domingo, 7 de agosto de 2011

La soledad.

    La soledad es algo inherente al ser humano, pues a través de ella venimos al mundo y sobre ella le abandonamos. En ella nos relacionamos con nosotros mismos, por eso muchas veces la rechazamos por completo.

    La soledad que no es deseada puede ser abrumadora y absorber por completo al sujeto que la padece. No es la soledad en sí la que puede desagradar, sino el sentimiento que produce la misma. Inmersos en ella no hay escapatoria ni con lo que entretenerse, por ello, emergen todas las sensaciones de insatisfactoriedad, sobreponiéndose ante la persona y eliminando por completo la capacidad de disfrute consigo misma.
    Por no disponer de un sosiego interior y un talante equilibrado perdemos la oportunidad de relacionarnos con la soledad, ya que como hemos dicho, se verá entorpecida con impedimentos que brotan de lo más profundo de nosotros mismos, y sabotearán toda intención de establecernos en ella. La soledad provoca vernos cara a cara excluidos del escaparate exterior.

    Si amigamos con ella podemos ver la otra cara de la moneda, pues es en esa dimensión donde nacen todos los potenciales creativos. Es en ella donde la inspiración encuentra su canal de acceso, y es en ella donde hallamos la puerta hacia el silencio interior.


     El poeta, el místico, el pintor... Todos ellos se dejan abrazar por ella para después sentirse renovados, rellenos, realizados... En ella encuentran el manantial de lo que todo brota y la dimensión en la que poder expresarse.
    La soledad siempre está ahí, a veces solapada por los acontecimientos del exterior, pero en el momento en el que se disipan nos vuelve a envolver y acaparar.

     A veces, frente a la soledad se produce lo contrario, es decir, en vez de rechazo o aversión, un profundo apego, pues en ella encontramos un refugio más elevado que el puramente renovador. Lo que puede ser un espacio para uno, se convierte en una armadura infranqueable o un refugio donde aislarnos. Entonces la soledad sirve de escapatoria ante los hechos del exterior, queriéndolos excluir y provocar mediante su propio desgaste, extinguir.



     La inclinación a la soledad constante es fruto de miedos, evasión y falta de disponibilidad para enfrentar los sucesos que se van presentando en el escenario exterior. La persona se vuelve más y más adicta a ese refugio, creyendo que está segura de acontecimientos negativos, cuando en realidad no hay nada seguro y todo sigue su dinámica fluctuante. La persona inmersa en esa burbuja, aun teniendo deficiencias anímicas, ha aprendido a familiarizarse con ellas y pierde la oportunidad de, mediante esa soledad, poner los medios para remediarlos, pues identificada con sus automatismos mentales pierde la intuición de mejoramiento vital. La soledad se desvanece entonces como instrumento válido para la instrospección consciente y se pierde en el sonambulismo psíquico. La persona convierte su rutina en una foto en blanco y negro, mutila sus posibilidades de relación, debilita el crecimiento que deriva de la interactuación de relacionarnos con los demás, y convierte
su libertad en un grillete que le encadena, pues lo que comenzó sintiéndose como dueño de su libertad, acaba siendo presa de la misma. En el estancamiento ha perdido la capacidad de fluidez, permanece repostando en vez de continuar su viaje, ha caído en la tela que anteriormente ha tejido.

    La soledad debe ser un apartado más de nuestra configuración existencial. Nos debe servir como ¨un alto en el camino¨, reorganizar nuestro mundo interior y nuestra psiquis. Es signo de salud emocional no darle la espalda a la soledad, sino saber darle su peso especifico. En ella pondremos a examen todo lo que se vaya presentando: tedio, aburrimiento, angustia, rabia, pensamientos repetitivos... Y después, mediante técnicas de interiorización como el yoga o la meditación, purificar dichos estados para enfriarlos en lo posible. Es un gran autoconocimento observar qué reacciones se producen estando inmersos en la soledad, pues se abren todas las compuertas que, mediante entretenimientos y quehaceres cotidianos, manteníamos cerradas.

    En ella se revela la angustia existencial, el vacío que en algún momento todos hemos sentido. Gracias a ella chequearemos nuestras deficiencias emocionales para, constructivamente, darles un giro y armonizarlas. En ella veremos nuestra radiografía, veremos lo que aflora de nosotros mismos, que hasta ahora cubierto por el  ruido de fuera, no éramos capaces de escuchar.
   En ella sentiremos plenitud una vez nos pongamos manos a la obra en trabajar nuestro interior; completud una vez desarrollada. En ella encontraremos el espejo que nos refleja fielmente. Será nuestra fiel confidente, nos procurará renovación anímica y un espacio para poder así, desplegar las alas de la Sabiduría.


6 comentarios:

  1. Querido Raúl:
    He sentido cuando he leído tu artículo, que me lo has dedicado a mi, pues es muy cierto todo lo que dices. Yo le he dado muchas oportunidades a la vida y junto a mi amiga "La soledad" he pensado y reflexionado cada una de tus palabras, por las que he pasado a lo largo de mi existencia.
    Quizá se me hayan juntado, todos los acontecimientos de golpe y no haya podido soportarlo.
    Estoy luchando mucho, para conseguir ganar la batalla, pero no me encuentro bien y desfallezco cuando menos me lo espero.
    Tu artículo es auténtico en mi ser y me he recreado leyéndolo, pero personas así de profundas, somos escasas y estamos destinadas a sufrir continuamente. Un abrazo de tu amiga Carmen

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  2. ME DICEN MIS AMIGAS QUE MUY BUENO EL BLOG

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  3. buenisimo ,, me encanta

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  4. No todo el mundo se asoma a la soledad. Me alegro que te guste la reflexión, porque creo que a veces la soledad es como un espejo, es decir, lo que hay es lo que refleja.
    Un besote.

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  5. Gracias por tus palabras y por tu blogs. Hay un momento en la vida en que uno se da cuenta de esa escalofriante soledad y derrepente nos abruma esa sensación. Quizás llegue en un momento de cambios y sea necesario para crecer como personas y así reconciliarnos con nosotros mismos. No se, a veces incluso estando con gente uno se siente muy solo y perdido. Quizás llegue entonces el momento de crecer (como tú bien dices en otros posts). Gracias por tu bñog Raúl porque me ha servido en un momento difícil de mi vida. Enhorabuena por tu crecimiento personal y gracias por compartirlo con los demás para ayudarnos a crecer.

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  6. Gracias a ti por animarte a comentar, y por tener esa sensibilidad que hace que nos asomemos a la soledad para investigarla.
    Saludos!!

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