tag:blogger.com,1999:blog-41631915714530151842024-03-05T02:35:39.530-08:00En busca del SerRaúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.comBlogger95125tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-61129739268375032192017-08-18T06:21:00.000-07:002017-08-18T06:22:13.105-07:00Hacia el encuentro de seres. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6YMGWuMgewr5VKXBd3tAg-J_gRKFTjEutmVlbyBtKPD-58dJFEwlZ2cSZh2zKyF_tHFCdkHwy7IhXR1j9Ba6AOoDaFwBPiwxyqUbaIao3nDAHUqJAHaAE7XdRvpiDeGwCA2aJ54Crsw/s1600/seres+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6YMGWuMgewr5VKXBd3tAg-J_gRKFTjEutmVlbyBtKPD-58dJFEwlZ2cSZh2zKyF_tHFCdkHwy7IhXR1j9Ba6AOoDaFwBPiwxyqUbaIao3nDAHUqJAHaAE7XdRvpiDeGwCA2aJ54Crsw/s1600/seres+3.jpg" /></a></div>
En un mundo de incontables seres individuales, la comunicación permite enlazar y promover una interactuación necesaria para posiblitar el sustento de las distintas especies. El ser humano regido por su raciocinio, lógica y consciencia, parece el que más destaca en cuanto a la variedad de vías en las que puede expresarse.<br />
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Entre nuestro modo de relacionarnos existe la comunicación verbal, la comunicación escrita, la no verbal a través de gestos y lecturas corporales, y modos de expresión que se recopilan en las numerosas maneras de enfocar el arte. Pero a veces la comunicación que entablamos parece un mero proceso mercantil, donde existe un protocolo, unos modales, unas formas, unos roles y cierto talante que nos posiciona ante nuestro interlocutor. Este tipo de comunicación sólo barniza un encuentro. Es superficial y estudiado, acompasado en turnos y supeditados a unos márgenes que restringen una comunicación más profunda. Sobre esa pose no hay escucha activa, sino la espera ansiada de un turno que parece no llegar para que podamos exponer nuestros argumentos.<br />
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La comunicación entre seres -no sólo humanos- se expande mucho más. Entonces no se incluyen sólo las interpretaciones o las exposiciones a la hora de expresarnos, sino que una comunicación invisible se encarga de transmitir lo que no llega a traducirse en palabras. No nos referimos a la comunicación no verbal, de la cual hay mucho estudiado, sino de un lenguaje que no viene incluido en ningún diccionario, un lenguaje en el que no hay que analizar frases, oraciones, ni tiempos verbales.</div>
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Convertir esta comunicación en palabras es como hacer una firma en el agua; es imposible. Pero esta supracomunicación también se da a golpes de intuición, de corazonadas que traspasan las distancias, en la lejanía de los cuerpos físicos. Este tipo de comunicación hace que sobren las palabras, que el silencio se torne revelador. Una brisa, un lirio plegándose ante el viento, un paseo sintiendo la arena de la playa... Todo ello forma parte de un mensaje en el cual la existencia se puede expresar. La belleza, la armonía, la serenidad al contemplar las estrellas, todo ello, son vislumbres de un mensaje que está ahí, perenne, no reconocido ni a la espera de ser descifrado, sino vivido. Sus renglones no disponen de gramática, sino que se sitúan en nuestra consciencia.<br />
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Abrir un libro es fácil; el espíritu o alma parece no serlo tanto. Si el ser humano se desprendiera de esa sensación de superioridad en el planeta, este hogar terrenal de tantas familias de seres sería muy distinto. El propio ritmo de la vida se encargaría de lo que no está bajo control, como sus propios ciclos o los desastres naturales, pero no impondríamos nuestra dudosa inteligencia sobre todo lo que conglomera el soporte existencial.<br />
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La codicia del hombre hace de cortocircuito entre la comunicación y relación de seres. Prepondera su orgullo ante las cuitas de cualquier otra criatura, y acaba debilitándose en él cualquier indicio de acercamiento a sentir el palpitar de un lenguaje que va más allá de sus sentidos.<br />
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Pero esperemos que el privilegio de ser conscientes de que somos conscientes, nos haga de nuevo preescribir la historia. Entonces no habrá diferenciación de seres -aunque en términos especificativos, sí-, no existirá una superioridad ante lo débil y todo formará parte global de un Uno. Será cuando vuelva a vibrar esa energía que intermedia para que nos comuniquemos con nuestro entorno; será cuando sintamos en una brizna de hierba lo más sagrado que puede abarcar una mano; será cuando al mirar el cielo nos veamos reflejados en el espacio cósmico que nos envuelve. Entonces, sólo entonces, el llamado ser humano se verá como una pieza dentro de un puzzle universal, donde cada cual ocupará su propio espacio.<br />
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Todos estaremos formando parte de una inmensa familia donde con tan sólo mirarnos nos veremos formando una sola unidad, y en donde la consciencia, cuando se purifica, se comunica y ennoblece de manera natural, espontánea y por sí sola. El ser humano logrará abrazar a cada ser sintiente más allá de lo que consiguen abarcar sus brazos, dejando una huella impresa en lo más profundo de su ser interior.</div>
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Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-69441858018375136252017-07-09T08:15:00.000-07:002017-07-09T08:15:28.477-07:00La lucidez. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik-oO80o24DlTtm5U_n-NgK-UrgadFCyKa9lEqdCIf3pue8SPGUH5GE6f4KmiWmhf61gRxIhkHJ__mU7kIqYUTFhmj6bZeYbhgpAFxm9HN059_PsY7IBOIftrQst937loGwb_loMRiWw/s1600/lucidez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="337" data-original-width="500" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik-oO80o24DlTtm5U_n-NgK-UrgadFCyKa9lEqdCIf3pue8SPGUH5GE6f4KmiWmhf61gRxIhkHJ__mU7kIqYUTFhmj6bZeYbhgpAFxm9HN059_PsY7IBOIftrQst937loGwb_loMRiWw/s320/lucidez.jpg" width="320" /></a></div>
La mente ofrece zonas oscuras, opacas, pero también luminosas y esclarecedoras. La lucidez es la luz mental que se deposita sobre los objetos con los que chocamos constantemente. Es claridad, visión abarcante y vía de acceso a la comprensión.<br />
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Las trabas mentales quedan por debajo del umbral de entendimiento que reporta la lucidez. Es luz arrojada sobre la masa de oscuridad en la que se desenvuelve la ignorancia, y no precisamente del tipo de ausencia de conocimientos, sino la más esencial en el desarrollo de nuestra existencialidad.<br />
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La lucidez es la lámpara que se activa al encender el interruptor de la consciencia. Se apoya en la atención, atraviesa la neblina de la ofuscación y eleva el grado de la percepción.<br />
Sin lucidez el caos se adueña, la tela de confusión nos atrapa y la distorsión de la realidad se amplifica. Con lucidez las descripciones están a mano, el proceder se realiza en alerta perceptiva, y la mecanicidad se debilita.<br />
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La lucidez no es un estado de superioridad, sino un estado de conciencia elevada. Al igual que la luz no destruye la oscuridad sino que la disipa, en su presencia, no hay espacio para lo oscuro, pues lo ominoso sólo aparece en el margen que deja su ausencia. Por ello, la lucidez, no representa lucha, sino una cualidad que acompaña la presencia delimitando un acceso restringido a todo lo que sea antagónico.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7CWLc8AF5zdgKAhZdUws13GqitWGZ-zmTXesjwAHKD9ZcGd1zk_9IhaRmXjV8h6KX_bf7aMHDF0lknEStDtzs5ocnBDRGTRH1pXdQgJJxRu9Acyl1l5NXGUSnrZpIkVvDGhChVH7ZFA/s1600/lucidez+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7CWLc8AF5zdgKAhZdUws13GqitWGZ-zmTXesjwAHKD9ZcGd1zk_9IhaRmXjV8h6KX_bf7aMHDF0lknEStDtzs5ocnBDRGTRH1pXdQgJJxRu9Acyl1l5NXGUSnrZpIkVvDGhChVH7ZFA/s320/lucidez+2.jpg" width="320" /></a> Sin lucidez el instinto puede llegar a prevalecer creándose actos crueles e indelebles; con lucidez, el arropo de la consciencia sistematiza una ejecución sabia y responsable, ya que dicha luz debe ir acompañada de un corazón noble y no quedar al servicio de lo destructivo.<br />
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La lucidez no es sólo argumento intelectivo, también es antesala a la intuición. No sólo es comprensión racional, sino trampolín hacia entendimientos lejos de la lógica. No es sólo encadenamiento aritmético, sino dilucidar a lo que escapa de lo aparente.<br />
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Su vislumbre no es siempre un estado sostenido: a veces, la lucidez, se presenta por ráfagas, golpes de luz, o provocado por algún estímulo que lo refuerce. Esos destellos permiten que el sujeto, por instantes, alcance la cima más alta de la montaña. Permite que desde su posición vea con más nitidez el recorrido hacia el valle. Pero la lucidez sin más, puede convertir a la persona en una visionaria, en alguien adelantada a su tiempo y que, por ello, quede atrapada en la operatividad de su mente. Es una lucidez que le distancia de su corazón, que puede rozar el rango de erudito y le puede instalar en un peldaño por encima de los demás.<br />
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Este tipo de lucidez puede tornarse fría, calculadora, asociada a fines personalistas. Este tipo de lucidez no alcanzará el rango de sabiduría porque no habrá florecido junto a la compasión. La lucidez que se desenvuelve entre mente y corazón es presta, cercana, cálida y asociada al bienestar de todos. Es una lucidez donde no gestiona el ego, y donde el ser se aproxima para alcanzar la comprensión final de todo lo fenoménico.<br />
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Pero la lucidez también esconde su faz hiriente. Al ¨ver¨ también se asoma el dolor, el sufrimiento, lo detestable, ruin y mezquino que a veces acompaña al ser humano. Por ello, de nuevo, la lucidez no puede quedarse en manos únicamente de la parte intelectiva de la mente, porque tratará de diseccionar, racionalizar, buscar el porqué de los porqués, y al final se optará por regresar a una visión menos penetrativa por tal de no encarar las cosas como son.<br />
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La lucidez debe mecerse en el equilibrio de ánimo, en la ecuanimidad, en la visión inafectada, para que así no se tambalee la claridad que permite esa mirada por encima que detecta una realidad elevada. De ese modo el estado de lucidez va más allá de ser inteligente, va más allá de un saber de conocimientos. Todo ello se reproduce en la mente, y la lucidez salta de la mente, asoma la cabeza lejos de sus parámetros y experimenta una vivencia única y personal.<br />
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Cuando se logra la lucidez, o atisbos de ella, todo obtiene su cabida, no hay opuestos, nada sobra, nada falta. La lucidez no es selectiva; o se ve, o no se ve, pero se puede caer en la trampa de parecer ver. Entonces uno puede quedar atrapado en la creencia de que es lúcido, dejando de ver paradójicamente la verdadera lucidez.<br />
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Conquistar la lucidez no es tarea fácil, porque su conquista no es acumular lo sabido, sino exprimir lo experimentado.<br />
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En el desarrollo vivencial, la lucidez, es un apartado bello por el cual merece la pena indagar, pero sin convertirlo en algo que nos separe del resto, sino que nos acerque y aproxime a la verdadera sensación de sentirnos parte de un todo.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-26991956964529762952017-06-14T12:30:00.000-07:002017-06-14T12:30:54.546-07:00El maestro.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYR25sPHhlOTBJpz7CMT6JMXghdSSJ_JLK0ewJ3h6WhtSa7Wfy2CQ5ICtW45_K8jKyuMgD0_HqEMdnjHaRnAqmtEEsbTuEuwcGwJr5QpLrJvkyxhc83anfhxwSE0XYq-RbDC8ZxF9xMw/s1600/maestroespiritual.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="800" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYR25sPHhlOTBJpz7CMT6JMXghdSSJ_JLK0ewJ3h6WhtSa7Wfy2CQ5ICtW45_K8jKyuMgD0_HqEMdnjHaRnAqmtEEsbTuEuwcGwJr5QpLrJvkyxhc83anfhxwSE0XYq-RbDC8ZxF9xMw/s320/maestroespiritual.jpg" width="320" /></a>La figura de un maestro ha representado siempre la sal viva sobre esta tierra. Son y han sido muchos los que han apostado por una visión distinta del hombre, y consecuentemente, del mundo.<br />
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Muchos fueron perseguidos, otros acusados, otros sentenciados, otros quedaron en el anonimato, pero cada uno dejó impresa su huella, supo esparcir sus semillas en terreno fértil.<br />
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Un maestro orienta, indica, reconforta, motiva, marca una dirección, transmite una enseñanza, pero no puede hacer el trabajo por ti. No puede traspasarte su experiencia, su lucidez, su discernimiento ni sabiduría, pero puede reavivar tu llama para reducir a cenizas tu ignorancia, tu atolondramiento. De ahí que a veces los métodos no sean iguales para cada persona, porque el maestro no responde preguntas, sino a quien las formula.<br />
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El maestro es una luz que guía en la oscuridad, un faro que permite que veas los objetos con los que chocas, pero no le pidas que los aparte, que los retire, porque él también los tiene que sortear. Un maestro puede ser amable, noble y cercano, pero también firme, tajante y exigente. Eres tú quien se ha cruzado en su camino; él se mantiene en el suyo. Eres tú el que necesita beber de su fuente; él ya está saciado.<br />
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Un maestro no trata de convencer. No impone, sino expone. Sus argumentos pueden no ser consistentes porque no quiere ir hacia tu mente, sino hacia tu corazón. Por ello su lenguaje no es el de un erudito que trata de adoctrinar, de imponer criterios, sino que provoca que llegue una brisa en tu rostro que obligue a girarte, a percatarte de otros vientos que pueden provenir de otras direcciones. El maestro sabe que si te rellenas de conceptos crearás un muro alrededor de ti, te aferrarás a ellos, te ocultarás tras los mismos. Su misión es destruir todo lo que crees que te protege; te deja inválido hacia una experiencia que debe ser tuya y nunca prestada por nadie. Pero para que la receptividad no provenga sólo de los pensamientos, el maestro provocará en ti una conmoción. Provocará que el discípulo deje a un lado su mente para que haya un acercamiento de seres, de almas.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAUCzymBN7KrAmnvmKsUbc8nJVqpD8cfMzKym1s2MMip1iERd1kLvC547OyosJ9VoDo6Ak6fP4pdJUo8cHXQd8BTe26k_dJG2XouDo3BMGoBfv0do3z3w9gGL1D-YKmIPK7tM5UXTcxw/s1600/maestro.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="327" data-original-width="600" height="174" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAUCzymBN7KrAmnvmKsUbc8nJVqpD8cfMzKym1s2MMip1iERd1kLvC547OyosJ9VoDo6Ak6fP4pdJUo8cHXQd8BTe26k_dJG2XouDo3BMGoBfv0do3z3w9gGL1D-YKmIPK7tM5UXTcxw/s320/maestro.jpg" width="320" /></a> El maestro no intenta cambiarte, sino que por ti mismo te hagas más consciente. Respeta la base esencial sobre la que te sustentas: tu propio ser. Sin embargo, un maestro carga con todas las proyecciones y expectativas que puedan generarse hacia él. Es de todos y de nadie, escurridizo y también cercano. Su actitud descoloca porque es imprevisible. No encaja en ningún esquema mental, desprende contradicciones porque es la manera de complementarse. Deroga cualquier responsabilidad exigida hacia su persona, porque en última instancia, el maestro, es una llama en sí misma, una luz que se autoilumina y que puede irradiar a quien esté receptivo y abierto. Es su energía lo que atrae, nunca su ego. Se sirve de símiles y comparativas porque sabe que el lenguaje es incompleto para expresar lo que está más allá de las palabras.<br />
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Todo ello provoca un golpe de luz, destruye los cimientos de las creencias y las estructuras de cómo deben ser las cosas. Hace añicos lo que consideramos permanente para asomar la visión más allá de los muros que hemos creado alrededor. Es su manera de expresar su compasión, su amor. La compasión de un maestro no va ligada al apego ni a la docilidad perpetua. Por ello despierta celos, animadversión, y se despiertan los detractores. El maestro puede pasar de ser el más querido al más repudiado, porque falló en la expectativa generada, porque sigue su propio camino, porque no tiene en cuenta tu proyección. La manera de expresar su amor no es la convencional, por ello desconcierta a todos a su alrededor.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinG72J7KJLMBV1qHncxavNWST0jkreh4VKIKizFlt0OXYaLkkSfTK5O9C-Z6T-OF0sppdAjhwXSK4wOsT0y2DtZlmBBnCUCBi6ISaBHxWAcdh1fm4jkR_ZRxvAB6iGZZJFlyp4Y2zn2g/s1600/maestro+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1106" data-original-width="1600" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinG72J7KJLMBV1qHncxavNWST0jkreh4VKIKizFlt0OXYaLkkSfTK5O9C-Z6T-OF0sppdAjhwXSK4wOsT0y2DtZlmBBnCUCBi6ISaBHxWAcdh1fm4jkR_ZRxvAB6iGZZJFlyp4Y2zn2g/s320/maestro+2.jpg" width="320" /></a> Existe una leyenda hermosa sobre Buda. Se dice que cuando iba algún erudito a preguntarle, alguna persona cargada de conocimientos sin afán genuino de búsqueda, sin más intención que el de un cruce dialéctico, Buda invitaba a esa persona a estar a su lado durante dos años en completo silencio. Una vez pasaran esos dos años, aquella persona podía preguntarle sobre lo que quisiera. El tiempo pasaba, dos años junto a Buda sin preguntar nada, buceando en el silencio interior, profundizando en los recónditos recovecos del ser. Una vez pasaba ese tiempo, Buda les recordaba que ya podían iniciar la rueda de preguntas, comenzar a cuestionar todo lo que quisieran. Era algo muy significativo porque las personas que permanecieron durante esa temporada bebiendo de la misma fuente sintieron que las preguntas se desvanecían, se desintegraban, porque por contra, otro tipo de integración sucedía, otro tipo de comprensión se creaba, y ya las preguntas dejaban de ser relevantes, sustanciales. No preguntaban nada, no había nada que preguntar. Se postraban a sus pies y tan sólo le expresaban su agradecimiento, su manera de atajar la experiencia de la verdad. Así pues, Buda, que en apariencia podía parecer esquivo a atender preguntas, daba la oportunidad a través de la experiencia a que la respuesta surgiera dentro de cada persona, sin implicar la mente intelectiva, sino la comprensión profunda. Así evitaba el enredo discursivo, y en ese gesto, en ese acto, era la manera en la que se expandía su compasión.<br />
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El maestro puede parecer frágil, débil, pues su fortaleza no está al alcance de los ojos de los demás. Puede parecer ingenuo, pues su saber es el florecimiento de una inocencia recuperada sobre una experiencia. Te puede hacer sentir incómodo, puede que no encaje en tu modelo de lo que es un maestro, puede que le veas cotidiano, mundano, terrenal. Puede que no sea solemne, sino jovial. Puede que disfrute de los pequeños placeres sin la espera de una recompensa celestial, y convertir así lo más sencillo en divinidad.<br />
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Así evita el pedestal, el rango de superioridad. Así está en un mismo nivel al igual que el de cada uno, porque al fin y al cabo, maestro y discípulo subyacen en sí mismo.<br />
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Al maestro también hay que saber soltarle, puede ser un lastre en la evolución personal y espiritual. Puede convertirse en un apego, en una barrera que nos vuelve dependientes, que entronca con la madurez individual. Como dijera Krishnamurti: ¨Al fin y al cabo lo importante es trabajar con uno y no con alguien¨.<br />
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Aunque el maestro es una máxima ayuda, un reconfortante vehículo de la enseñanza, se debe utilizar como la indicación y no como el camino en sí, pues en definitiva, uno mismo es su propio maestro y en uno mismo reside su propio discípulo.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-24821509461968358612017-05-07T05:18:00.000-07:002017-05-07T05:18:42.402-07:00La capacidad de asombro.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj37etugZKNE0KB1EAQnhtd0C7bQ6E_6CJalVx6JsTHx7cZHy_Kk4JKC22dJna7e_Bt-9OhksQWsl9BKCMk4lxApv97pLOCAKcCuWTT3y-5DZS2-11dpC5SXTL87tsScY5V_1chTVydJA/s1600/asombro.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj37etugZKNE0KB1EAQnhtd0C7bQ6E_6CJalVx6JsTHx7cZHy_Kk4JKC22dJna7e_Bt-9OhksQWsl9BKCMk4lxApv97pLOCAKcCuWTT3y-5DZS2-11dpC5SXTL87tsScY5V_1chTVydJA/s320/asombro.jpg" width="320" /></a></div>
Asombrarse es la capacidad de mirar siempre con los ojos renovados. Es un acto en peligro de extinción en el momento en que nos basamos y regimos siempre desde la lógica de las cosas.<br />
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El mero acto de asombrarse va ligado a una actitud de cierta ingenuidad e inocencia; virtudes asociadas a la ausencia de conocimientos. Disponer de una capacidad de asombro no significa buscar el renovarlo constantemente, quizás el mismo hecho de observar el transcurso de los acontecimientos dispara el apreciar hasta el más mínimo detalle. Significa, pues, encontrar un significado en lo puntual, una carga de contenido en lo sencillo, y un asombro interior incluso en lo que damos por sentado.<br />
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Reservamos el asombro para cuando ocurra lo extraordinario, desperdiciando así un proceso de florecimiento en lo ordinario. Dependiendo de la mirada, dependerá nuestra receptividad. El asombro de un niño es una buena prueba de ello. Para él todo es nuevo, grandioso, majestuoso, y su curiosidad se expande en todo aquello que le asombra.<br />
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Esa capacidad la perdemos, se desinfla o la corrompen. Se deja paso al tedio, el aburrimiento y la familiarización con las cosas que nos rodea, perdiendo un renacer a lo que se va presentando. No logramos identificar el milagro frente a nuestras narices, porque lo analizamos, lo diseccionamos, y extraemos una conclusión reducida a la razón.<br />
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Nuestra carga de conocimiento puede entorpecer el asombro. En el momento en que ¨sabes¨, te cierras a saber; en el momento en que ¨conoces¨, te niegas a dejar entrar el conocimiento. Se van acumulando memorias y en cuanto lo sorprendente se posiciona delante de nosotros, giramos la mirada. No podemos cargar con más, es mucho lo acumulado. Es mucho lo que todavía no nos ha dado tiempo a digerir como para ingerir más. Pero esa es la visión de la mirada que pertenece al pasado, o la visión de la expectativa del futuro. Si soltamos ambos extremos, podemos juntar las manos y sucede el milagro.<br />
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De una manera espontánea, en apertura, en actitud relajada, accedemos al asombro. Dejamos la identidad que tanto enjuicia para ser consciencia dejándose embriagar; operamos con la inocencia del niño que aún no necesita reducir todos los contextos a una experiencia racional. Así la vida es un asombro continuo de momentos, incluidos los menos deseados, incluidos los más detestados.<br />
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El asombro no es sólo por los estímulos del exterior, también el misterio de vivir, de pertenecer a una existencia. El milagro de ver nacer a un bebé, la observación del rocío al amanecer, el ensimismamiento de un silencio al atardecer. Asombrarse no significa exaltarse continuamente, ni acceder a la euforia desmedida, es una comprensión más profunda de ver lo milagroso en lo que nos rodea, lo divino en lo que nos alberga. Es estar despiertos a lo que es, recibiéndolo con una fuerte carga de alerta y receptividad, porque sabemos que su connotación de sentido no se volverá a repetir.<br />
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La capacidad de asombrarnos se pierde en cuanto nos llenamos de decepciones, de desencantos, de frustraciones, de una supuesta madurez hermética de la que no podemos escapar. La capacidad de asombrarnos es recuperar la mirada del niño, pero sin su ausencia de ¨saber¨. Es volver a descender a los grados en lo que todo conformaba un espectáculo lejos del raciocinio. Es el saber de una ausencia de conocimiento que se perpetúa inmaculado y que permite asombrarnos en la propia instantaneidad, aportando con nuestro asombro color a lo incoloro, curvas a lo lineal e intensidad a lo monótono.<br />
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Recuperemos el asombro que hemos silenciado en nosotros por encajar en unos patrones determinados. Avivemos la llama que cada vez se va consumiendo por buscar el ser correctos y diplomáticos. Nuestra seriedad puede reconciliarse con una actitud más expandida a captar lo que nos pasa inadvertidos por estar infundados en una personalidad de estructura petrificada.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-63347894730286422512017-04-16T07:41:00.000-07:002017-04-16T07:41:21.351-07:00El coraje.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH5F_HP8YsnIs7pILafp2LnJPzN22CKu0BfXOWcMl6Tu449vAL5OmyywGbn88EKiImN3bGS1M808M-ut48NqM-bwaDwXaxlmUomX8Zqno9FYzo1tf3AZoPS-1ZBhKQTaHWHdLSQM4F0Q/s1600/coraje.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH5F_HP8YsnIs7pILafp2LnJPzN22CKu0BfXOWcMl6Tu449vAL5OmyywGbn88EKiImN3bGS1M808M-ut48NqM-bwaDwXaxlmUomX8Zqno9FYzo1tf3AZoPS-1ZBhKQTaHWHdLSQM4F0Q/s320/coraje.png" width="320" /></a>El coraje es el impulso que nos moviliza a actuar aun sintiendo miedo. Por ello, el coraje, es una palabra de gran connotación, pues a diferencia de la ¨valentía¨, tiene la cualidad de poder transformar a la persona.<br />
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Ser valiente puede implicar la interpretación de estar exento de miedo, pero el miedo a veces es necesario. El coraje es arriesgar yendo de la mano con el temor, porque en cierto modo, el miedo implica un grado de temeridad necesaria.<br />
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Con coraje uno sale de su comodidad, explora lo desconocido, se adentra en lo misterioso. Permite ir con lo que uno es en ese momento, con sus limitaciones e inquietudes, pero con ello emerge la voluntad de dar el primer paso. El coraje no es exponerse a un peligro ni ser un kamikaze, sino que puede abarcar la firme resolución de abandonar los patrones que ya no nos sirven. El coraje de soltar para también agarrar, cambiar para poder evolucionar, despegarse de lo que uno es para volverse a crear.<br />
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La valentía sin más puede estar envuelta de arrogancia, orgullo, altivez o altanería. El coraje es humildad no sometida, es la libertad comenzando a ser esculpida, es el potencial de cada individuo eclosionando en su metamorfosis personal. Sin coraje no hay capacidad de crecer. La persona se encierra en sus limitaciones y está a la espera de que las cadenas que le someten se rompan por sí solas.<br />
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El coraje implica determinación, esfuerzo y dosis de una motivación dispuesta a perder al ¨doble o nada¨ todo aquello importante y que a la vez le esclaviza. El coraje no puede ser algo mecánico; se necesita estar presente. Se involucra entonces la consciencia y se requiere salir del yo robotizado. Es sin duda una fragancia en el individuo que lo puede respirar por sí mismo cuando sus pasos se aproximan hacia un terreno que no conoce, y por el que nunca ha transitado. Es también la rebelión que se va generando en el interior de una persona cuando se siente obligado a transmutarse, a mudar la piel que le asfixia, a renovar su psicología cuando ésta no es fructífera.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5WnyK-wdrGj8K4eB_k6tLR999oUrSRIzdZVWw_G69ftwfAyIbm-seJn1S308LaRAI4IR6TckvN8c83SRviCSVWwMR_NfOYWHN6w8WCZMRnIXW2m_c3njMqyfigf_gwWmcOFE4_aEfAw/s1600/coraje3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5WnyK-wdrGj8K4eB_k6tLR999oUrSRIzdZVWw_G69ftwfAyIbm-seJn1S308LaRAI4IR6TckvN8c83SRviCSVWwMR_NfOYWHN6w8WCZMRnIXW2m_c3njMqyfigf_gwWmcOFE4_aEfAw/s1600/coraje3.jpg" /></a> El coraje es un primer acto, lo demás vendrá dado por la circunstancia y los factores, pero lo que está claro es que esa fuerza que emerge de dentro no deja indiferente a quien lo experimenta. Dicho recurso se puede ofrecer cuando la situación es límite o insostenible, o cuando las circunstancias cierran alternativas dejando como única la opción de ser más fuerte desarrollando coraje. Supeditado a la consciencia, no es una reacción desorbitada ni anómala, como tampoco una respuesta vengativa; de hecho, puede aflorar dicha actitud sin hacerla visible a los demás convirtiéndola en un sano derecho a querer salir de cualquier arena movediza en el que se esté atrapado.<br />
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El coraje puede configurarse en base a la necesidad de derrumbar creencias, códigos, estados de ánimo y un sinfín de mecanismos en los cuales denotamos que nos mantienen atascados y empujados por su inercia. Es entonces cuando un ¨no¨ contiene más coraje que ceder a lo que nos repulsa o detestamos.<br />
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En la dimensión espiritual, el coraje es inevitable. La existencia no hace concesiones, no tiene miramientos ni ¨ojitos derechos¨, y la manera de acceder a su núcleo es saltando al océano de la vida. Su acceso no es un camino de rosas, sino un acantilado al que con asomarnos sentimos el abismo que parece engullirnos. Por ello, el buscador no puede recorrer su senda sin desarrollar coraje, porque forma parte intrínseca de su evolución espiritual. La valentía se echa a un lado, porque esa carcasa visible como una tarjeta de visita, queda quebrada ante la decisión de zambullirse al corazón mismo de la vida, sin paracaídas, sin amortiguadores, tan sólo con una esencia que no tiene con qué protegerse salvo su ser real, y para ello, se requiere mucho coraje.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxv6lo52Ri49Geivdr001J-69vPRK22vHw6CLrg0-s7LD81jiMpExKRhX9ncGaBeDH0Ji8MKf2PMuxKVAmGiw5GUH3vR_klzBF98vzgiBGrXjiwM0bKILUTWQsviwBx2RPUplkSt01cg/s1600/coraje+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxv6lo52Ri49Geivdr001J-69vPRK22vHw6CLrg0-s7LD81jiMpExKRhX9ncGaBeDH0Ji8MKf2PMuxKVAmGiw5GUH3vR_klzBF98vzgiBGrXjiwM0bKILUTWQsviwBx2RPUplkSt01cg/s320/coraje+2.jpg" width="320" /></a></div>
La existencia nos propone inseguridad; nada es seguro, nada es cien por cien fiable. Y si una de las cualidades más intrínsecas de la vida es la inseguridad, deberemos reunir todo el coraje para poder adentrarnos en el desafío que nos propone. Si no, no hay crecimiento; si no, no hay capacidad de transformación. Todo se vuelve un barrizal que nos va atrapando poco a poco y, el coraje en última instancia, debe resurgir.<br />
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La ausencia de coraje da como resultado un abandono de soberanía en la esencia de la persona. Uno queda al arrastre de la inercia; las riendas nunca son tomadas, las huellas son pisadas por otros. El resurgir del coraje activa un tipo de potencial, crea un anclaje de un yo firme y resolutivo dispuesto a darlo todo cuando la situación lo requiera, sin vacilaciones, sin titubeos, con la sana creencia de que puede darse un paso más.<br />
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Sin coraje uno se convierte en un resultado de contrariedades sin poder remar hacia donde quiere dirigirse. Sin coraje se derrumba las posibilidades, se estrechan los sueños y gana la partida lo que consideramos injusto. Con coraje el ser humano se integra en una interactuación existencial sabiendo tomar el ritmo y ajustándose a su compás.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-37537335163477058112017-03-05T10:28:00.000-08:002017-03-05T10:28:11.096-08:00El silencio.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtXP3CPOOK-yFWV13bqMrsC0S3r6F_KjSt2T08bgjVxMzLQ7S3C1CMTZ654kaEg4Z5yLOgYe08KawoIgkqFXkY0DaDBN0_AeNQaitucaY4mdqbKfOT8tBSkigbJoAxsIeKaf9wHNlc4A/s1600/silencio+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtXP3CPOOK-yFWV13bqMrsC0S3r6F_KjSt2T08bgjVxMzLQ7S3C1CMTZ654kaEg4Z5yLOgYe08KawoIgkqFXkY0DaDBN0_AeNQaitucaY4mdqbKfOT8tBSkigbJoAxsIeKaf9wHNlc4A/s320/silencio+3.jpg" width="320" /></a>El silencio tiene su propia fragancia, su propio aroma.<br />
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El silencio siempre está ahí. Aunque no lo percibamos, el silencio se mantiene sustentando lo audible. Entre palabras pronunciadas también existe el silencio; entre uno y otro pensamiento existe un espacio de silencio.<br />
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El silencio que a veces se produce en nosotros de manera natural y espontánea, reporta un descanso, un bienestar y una gran serenidad. A veces se relaciona el silencio con tedio y aburrimiento y acabamos huyendo de él porque nos deja cara a cara con nosotros mismos y eso nos incomoda.<br />
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Para acceder a él no sólo hay que acallar un griterío, no sólo hay que encerrarse en una habitación, no sólo hay que bajar el volumen del televisor. El silencio exterior llega a ser una antesala de otro silencio más renovador. Cuando el pensamiento acalla, cuando la agitación se disuelve, entonces no es que uno acceda al silencio, es el silencio quien nos toma. Embriagados en el mismo, emerge otro tipo de vivencia, se desarrolla otro tipo de comprensión. Uno parece tener espacio para afincarse, para enraizarse en su propio ser.<br />
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El silencio no sólo es ausencia de sonido. En él se pronuncia un nuevo significado, en él se produce otro tipo de entendimiento. Traducir el silencio es dejar a un lado las palabras. La palabra está recargada de connotación, pero en sí, la palabra está hueca, en ella no hay nada intrínseco excepto lo que cada una conlleva y se le ha proporcionado. Es como una vagoneta que lleva una carga pero que no consigue ser transportada mucho más allá. El significado de la palabra lo encontramos en el intelecto, pero el silencio está más allá del intelecto. La relación de la palabra lo encontramos en la memoria, pero el silencio está más allá de la memoria.<br />
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El silencio colma y sobre el mismo florecen bendiciones. Pero en el mundo que conocemos, el silencio puede llegar a estar mal visto. Una persona silenciosa, anclada en sí misma, saca de los nervios a la persona ruidosa que está al lado. Hacer ruido está visto como síntoma de celebración; el alboroto es sinónimo de alegría, pero se ignora que el silencio es síntoma de gozo, sinónimo de dicha.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifYlr0dSTsuMZifHwgRK-DJwPB6lSne4toq-PbRFSkC_MEzIOylg3p4ktduZOXWPy3EZ80YN8EoTNlTXFQ41qwEgFXXa-uSlCu1p9MnntmhuUZSI-RgaH7L0upLP0x_gpY6vYH4Ky9Vg/s1600/silencio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifYlr0dSTsuMZifHwgRK-DJwPB6lSne4toq-PbRFSkC_MEzIOylg3p4ktduZOXWPy3EZ80YN8EoTNlTXFQ41qwEgFXXa-uSlCu1p9MnntmhuUZSI-RgaH7L0upLP0x_gpY6vYH4Ky9Vg/s320/silencio.jpg" width="320" /></a> Aun estando solos en casa tenemos algo a todo volumen. ¿Qué tememos del silencio? ¿Qué deja al descubierto? ¿Qué solapa en nosotros el ruido que generamos o que proviene del exterior?<br />
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Una persona que sabe relacionarse con el silencio se regocija en él continuamente. No tiene por qué dar saltos de alegría, no tiene por qué comunicarle al mundo cómo se siente, porque es en su mundo donde ha entablado amistad con su propia dimensión silenciosa. El silencio en uno alcanza su propio clímax, su propio orgasmo que tan sólo perciben aquellos que detectan el aroma del silencio.<br />
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Pero a lo largo de la historia de la humanidad, el silencio nunca ha resultado atractivo. Las personas que han logrado hacerse un hueco en los libros de historia, son aquellas que hicieron mucho ruido, fueron inmensamente ruidosas, en cambio, jamás veremos referido ningún silencio, nunca se reseñará ningún registro. La persona silenciosa nunca se hará un hueco -ni seguramente lo desee- en ningún posicionamiento para hacerse notar, porque su idioma, su modo de expresar ya no es el común. El gentío no lograría conectar con la vibración sutil de su silencio. Su modo de expresar esa experiencia logrará vías distintas, incluso su hablar pausado, con consciencia y alerta, provoca destellos de ese silencio que ha eclosionado.<br />
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Entonces a lo largo de la historia también ha habido personas tratando de hacer llegar el mensaje del silencio. Místicos, maestros espirituales, yoguis... Muchos han querido dar a probar lo que ellos han degustado, han tratado de ofrecer lo que ellos han saboreado. Pero como mucho han podido dar indicaciones, la posibilidad de girar la consciencia, pues el silencio no puede ser ofrecido desde afuera, pero sí señalado hacia los adentros. Debe ser un encuentro de uno mismo con el silencio que jamás se ha esfumado. Debe ser la búsqueda de acallar la mente, del aquietamiento del pensamiento, de la desidentificación del ego lo que deje espacio para emerger el silencio.<br />
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Será entonces cuando el idioma se transforme, cuando el alma se renueve y el espíritu se fortalezca. Será cuando se manifieste lo inaudible, cuando se escuche el sonido que no es sonido, se articule la palabra que no es palabra, y percibamos el aplauso de una sola mano. Entonces el silencio traerá consigo su propia sabiduría, su propia enseñanza perenne, su propia cualidad de belleza que hasta entonces no conocíamos.<br />
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Un baño de silencio no deja a la persona indiferente. Muta su consciencia, se transforma su ser. Ya no es invadido por el ruido del mundo, porque en su propia dimensión de silencio se recrea y se asienta deleitándose en su propio gozo. Entonces el silencio ya nos ha conquistado y ha enraizado en nosotros como un florecimiento que ha descifrado lo que nunca podrá ser explicado.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-5273501082384806542016-07-31T07:19:00.001-07:002016-07-31T07:26:38.086-07:00La angustia existencial.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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A veces la existencia parece convertirse en un teatro donde uno no sabe qué función tiene que representar. Lo que entendemos por vida, va cogiendo forma de embudo hasta dejarnos aprisionados por completo. Es ésta una sensación de angustia interior donde el mismo hecho de existir ubicados en un plano vivencial sin capacidad de elección o escapatoria, despierta en el sujeto una ansiedad indescriptible donde un argumento racional no dispone de su propio renglón para ser depositado.<br />
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Entonces no hay un foco, un objeto o un síntoma en sí al cual atajar la displacentera sensación angustiosa. Es el propio hecho de existir, el simplemente sabernos vivos junto al misterioso juego de la vida lo que puede llegar a despertar autentico pavor en quien lo experimenta. Es cuando el propio océano que da de respirar al pez, se convierte en una angosta pecera de la cual toma abrupta consciencia.<br />
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La mente parece llegar a un límite en el que parece toparse con un muro que no puede derribar para ver qué hay más allá. Es el bloque de lo ignoto, la configuración de lo incognoscible. Pero la desazón que le despierta ¨conectar¨ con esa realidad subyacente, y no aparente, hace que su ser se constriña y aleje del núcleo que permite emanar la vida. Esa diferenciación y separatividad fragmenta la integración del individuo. Su ser se vuelve pedazos, su esencia se diluye entre el polvo de sus propios escombros. Ya no hay capacidad de asirse.<br />
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Cuando se experimenta la angustia existencial, la vida ya no es sólo misteriosa y enigmática, sino que despierta miedo y parálisis. Es como si por momentos fugaces pero muy intensos, pudiéramos asomar la cabeza hacia algo más real de lo que entendemos como tal. Es la sensación de caída libre hacia lo más abismal de uno mismo, y en donde la percepción común ya no nos sirve para poder agarrarnos.<br />
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Lo que hasta ahora entendíamos por vida se convierte en una gran mentira. La realidad pierde consistencia, el envoltorio empieza a romperse y ante nuestros ojos parece que la película en la que estamos inmersos fuese a dar los créditos finales. Se percibe una falsedad sobre lo constituido, una puerta entreabierta hacia una realidad desconocida pero que está ahí, pero sin una sustentación que pueda ser verificable.<br />
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Quien percibe también nos da la espalda, el yo se inmola, se ausenta, se desvanece sin que podamos acogernos a nuestra identidad como vía de fiabilidad. La existencia entonces nos mantiene secuestrados en una dimensión en el que parece que detectamos sus márgenes divisando un límite que no podemos traspasar. Entonces el sinsentido lo percibimos como agresivo, golpea la cognición, destruye el raciocinio, aterra con su sola presencia y desbanca cualquier intento de acceder a la ¨normalidad¨.<br />
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La conciencia parece desprogramarse y desajustarse; no encuentra la salida del backstage al que ha accedido y se genera la sensación de cortocircuito. Las preguntas golpean. ¿Y ya está? ¿Esto es todo? ¿Es que no hay más? Y en ese cuestionamiento la percepción irrumpe como un cataclismo sobre uno.<br />
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Es como querer traspasar una puerta prohibida, conocer de primera mano el misterio en el que estamos incluidos, todo ello sin una autorización, como si la existencia nos dijese: ¨¡Ah no! Tú no, no vas a llegar a donde no ha llegado nadie¨, y se nos devolviera a la antesala, a la función donde estamos obligados a representar nuestro papel. Al percibir la totalidad de ese modo, todas las estructuras egóicas se desintegran, el yo que conocemos se derrite, y el ser que creemos sentir pierde su puesto dejándolo hueco y ausente.La zozobra nos abraza, nos envuelve en ese saber que algún día alcanzaremos la finitud.<br />
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Entre nosotros y la realidad parece haber una pantalla proyectando una película de la que no podemos salir. La interrogante aplasta como un devastador tornado que pasa por nosotros llevándose consigo aquello que parecía consistente.<br />
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Pero una vez pasa el ciclón, comienza de nuevo el reajuste, la construcción de nuevo de uno mismo conllevando una integración en esta dimensión de vida. La angustia, que parece inacabable e infinita, debe ir dejando paso a algo más allá que una experiencia aterradora. Puede ser fácil caer en lo banal, en los entretenimientos, en realizar más actividades e incluso en las adicciones. Al principio parecerán calmantes que nos sacan del infierno que parecemos estar viviendo, pero al final no habrán sido sino que escapes fugaces para no enfrentar la inquietud de saber quiénes somos y qué sentido tiene todo esto.<br />
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Entonces hay que regresar de nuevo, volver de ese viaje sin brújula que es la angustia, incorporarnos después de habernos asomado al abismo que trató de engullirnos. Necesitamos divisar de nuevo la orilla en mitad del océano, reconstruir lo que parece haberse disuelto. La angustia que no todo el mundo percibe ni experimenta, deber ser una motivación y darle un carácter transformativo. No podemos quedarnos indemnes observando nuestro interior fragmentado, no podemos dejar caer en terreno fértil el sentimiento de tan angosta dimensión.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqMphk4gi4lpc_HEb1Ai9akQbbjIByQNf4Vy_k_K7gBGxbi2TFaHak9Lw2KFsatEXaKRA1y045RemRHO-jUkm8ftjspgiO-DgLUSs_PagcKouAYTCK9jpkwPOlK3CoKql7wqa_CEk6aA/s1600/angustia+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqMphk4gi4lpc_HEb1Ai9akQbbjIByQNf4Vy_k_K7gBGxbi2TFaHak9Lw2KFsatEXaKRA1y045RemRHO-jUkm8ftjspgiO-DgLUSs_PagcKouAYTCK9jpkwPOlK3CoKql7wqa_CEk6aA/s320/angustia+3.jpg" width="320" /></a> Sobre el mismo debe florecer otro tipo de comprensión, de entendimiento, de sensibilidad. El yo del que parece habernos quedado huérfanos debe volver a cimentarse pero desde otro enfoque, otra óptica, otra manera de sostenerse, ya que el ego, la identidad permanente que creemos ser, la identificación del yo que parecía ser invencible, no nos ha servido de nada. Se esfumó, se desvaneció entre la neblina de la confusión. No pudimos agarrarnos a él como una rama fiable; quebró, y con él se despedazó todo lo que parecía que creíamos que daba sentido. Entonces más allá de las apariencias comenzamos a denotar lo insustancial, lo impermanente de los fenómenos (incluida dicha angustia), la ausencia de una yoidad fiable, la percepción de que nuestra identidad no es fija e inamovible, sino transitoria e inconsistente.<br />
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En esa especie de ¨nadas¨, de vacuidad que nos disuelve, debemos empezar a rellenarlo con nuestro sentido. Las interrogantes deben dejar paso a las exclamaciones, la angustia a la relajación, la incertidumbre de no saber a bucear en el mar de lo misterioso. Podemos llegar a sentirnos afortunados habiendo cruzado la angustia existencial (difícil de creer ¿verdad?) porque nuestra visión del Todo se ha ensanchado, ha ido más allá de la panorámica corriente y ha atravesado la cortina de lo común.<br />
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Entonces comienza una reconciliación, incluso un estado de profunda gratitud. Comenzamos de nuevo a amigar con aquello que nos producía enemistad, comenzamos a asentarnos con aquello que nos provocaba desestabilización. Entonces todo lo que te envuelve y rodea comienza a recibirte, vuelves a abrirte a ello. Ya no eres un extraño en este escenario de obras inconclusas que es la vida, la existencia te acoge como el hijo pródigo que quiso aventurarse y echar la mirada más allá. Pero la existencia no hace concesiones y te limita el paso (eso parece) para no saber más de la cuenta. Entonces recibes la invitación para vivir el misterio, no para resolverlo; para adentrarte en lo desconocido sin cargar con tantas preguntas, viviendo y viviéndote, y entonces la vida se regocija ante tu presencia, los pájaros cantan más fuerte, los árboles te reconocen al pasar y asientan.<br />
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Este nuevo renacer da paso a otro enfoque, quizás menos negativo para entendernos, pero tuvimos que atravesar el túnel. Ya no se trata de ¨adónde vamos¨ o ¨de dónde venimos¨, sino quiénes somos en este momento. Lo metafísico se echa a un lado para que podamos zambullirnos en la corriente de lo común, apreciando la sencillez, lo cotidiano, haciendo de lo más pequeño lo más grandioso, y con ello, accediendo de nuevo a integrarnos a la vida que no es sin que seamos, fundiéndonos en un fuerte abrazo sin límites y agradecido.<br />
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La angustia deja paso a un florecimiento de realización, donde uno vuelve a coger las riendas para confiar en la existencia en completa apertura y con un especial tipo de agradecimiento que vibra en lo más profundo de nuestro interior.<br />
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Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-2839658669174902532016-06-25T10:25:00.000-07:002016-06-25T10:26:35.728-07:00Ramiro, un compañero en la Búsqueda.<div class="_5pbx userContent" data-ft="{"tn":"K"}" id="js_a" style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.38; overflow: hidden;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
MIS ALUMNOS, MIS AMIGOS ESPIRITUALES, MIS MAESTROS</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Han pasado quinientos mil alumnos por el centro de yoga SHADAK. Quinientos mil amigos espirituales. Quinientas mil personas en el anhelo por mejorar. Medio millón de practicantes con los que he meditado, he indagado espiritualmente, he compartido inquietudes y sentimientos de plenitud. Mantengo con ellos comunicación siempre que lo desean, sé de ellos y ellos saben de mí, formamos una sinergia fraterna. A menudo me escriben para alentarme, demostrarme su cariño, hablarme sobre su evolución y autodesarrollo. Y hoy he recibido el mail de mi buen amigo y alumno desde hace muchos años Raúl Santos, escritor inspirado y sugerente, rastreador de las realidades que se ocultan tras las apariencias, alma grande. Quiero compartir con vosotros este mail, porque es un canto a la amistad sincera y profunda, porque es la evidencia de que el el alumno es maestro y el maestro es alumno, de la misma manera que la madre hace al hijo pero también el hijo hace a la madre. Gracias, Raúl, por tu sentido testimonio. Sigue meditando, sigue escribiendo y sigue siendo la fenomenal persona que eres.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
¨Ramiro, un compañero en la Búsqueda¨.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Aún recuerdo aquel libro que me llamó tanto la atención... ¨El arte de la paciencia¨. ¡Por fin alguien hablaba de una virtud tan importantísima y de la que parece no tener cabida en este mundo tan competitivo!<br />
Y así comenzó una relación en unos años de desorientación, de no saber por dónde agarrar el anhelo incesante de saber, de rastrear algo que uno sólo intuye, de buscar una respuesta a una pregunta que ni tan siquiera se ha formulado.<br />
Y empiezan a caer más libros en mis manos... Empiezo a leer palabras como yoga, meditación..., empiezo a saborear enfoques acertados y comienza a golpear en mí una verdad que resuena por dentro y que parece acoplarse por su reconocida familiaridad que no puedo evitar experimentar. Se abre una brecha en mitad de la oscuridad, una brújula en la desorientación de un desierto que pocos saben descifrar.<br />
Entonces intento practicar en casa, noto pequeños despertares, me planteo apuntarme a sus clases. Y un caluroso día da la casualidad que me encuentro con Ramiro en la zona de libros de una famosa tienda de Madrid. Antes de pensar, reacciono y le saludo, él me sonríe y da la mano. ¨¡Me sonríe!"¨, digo para mis adentros. Al fin y al cabo, le pueda gustar más o menos, Ramiro es conocido, y no es fácil encontrar amabilidad y cercanía de esa manera.<br />
A los pocos meses me apunto a sus clases. Al entrar al centro de yoga le vuelvo a encontrar, como uno más, inmerso en sus alumnos, sin escapar, sin dejar distancia. Vuelvo a saludarle, vuelve a sonreírme. Y así llevo practicando yoga a día de hoy ocho años. Cayendo en querer ser más flexible, en querer alcanzar eso que llaman ¨Iluminación¨, pero de nuevo uno regresa al punto de partida en el yoga soltando el alcanzar y queriendo más estar.<br />
Con el tiempo,y sin forzar,surge una relación de amistad con Ramiro. Llegan las ruedas de preguntas en clase, le tengo frente a mí. ¡Tanto que preguntar! ¡Tanto que sondear! A uno le gustaría tenerle en exclusiva, llevarle con uno y preguntarle constantemente: ¿Qué hago, muestro firmeza en esta situación o mantengo la ecuanimidad?<br />
Y van llegando las preguntas y van golpeando sus respuestas. Uno intenta desnudarse en clase, incluso delante de los compañeros, para que se pueda generar una cirugía interna y transformativa. Y comienzan a crearse las inquietudes más espirituales, las preguntas que no son fáciles de formular porque en el momento en que empiezan a pronunciarse pierden de su grado experiencial. Es difícil explicar la angustia existencial, las experiencias de despersonalización, la desrealidad de la madrugada, la ansiedad de simplemente verse vivo en este decorado existencial. A uno le cuesta plantear estas preguntas, quizás por no sentirse incomprendido, quizás por no desvirtuar la clase, quizás porque uno cree que sólo le pasa a él. Pero Ramiro conoce esos túneles, esas angostas dimensiones que ofrece la existencia. Con su mirada profunda dice que te entiende, que sabe por lo que estás pasando, que no hay de lo que preocuparse, que es el denominador común del anhelo místico que sentimos los buscadores.<br />
No hay nada que pague esa comprensión, ese pequeño mapa en el tránsito cósmico que nos envuelve con un tipo de soledad imposible de descifrar. Pero no, no quiero tildarle de maestro, no quiero que sea mi gurú. Además eso a él le ofende, le relaciona con lo que tanto denuncia en el mercado espiritual. ¡Claro que le agarraría de las barbas y le exigiría que me explicara todo, que me desentrañara todos los misterios que alimentan mi interrogante espiritual! Pero no puedo cargarle con la responsabilidad de hacer mi trabajo interior. Es cada uno su propio maestro y su propio discípulo, como tanto nos repite.<br />
Por eso es mi amigo, la persona que hizo que descubriese que existe la esperanza a través del yoga y la espiritualidad de transformarse y dar a la vida un sentido más noble, también me incitó que al leerle yo también escribiera, que algún día cumpliera el sueño de entrevistarle, que pueda intercambiar mails y sobre todo, ser un compañero en esta trayectoria que llamamos vida.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Gracias Ramiro</div>
<div style="display: inline; margin-top: 6px;">
Raúl Santos Caballero.</div>
<div class="_5wpt" style="border-left-color: rgb(220, 222, 227); border-left-style: solid; border-left-width: 2px; padding-left: 12px;">
</div>
</div>
<div class="_3x-2" style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.08px;">
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<div class="uiScaledImageContainer _4-ep" id="u_0_1w" style="height: 394px; overflow: hidden; position: relative; width: 221px;">
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Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-42492905826319359162016-06-15T12:01:00.000-07:002016-06-15T12:01:40.514-07:00El cariño.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Cs5lmiIsZvezn1DrmBHCEyDFU89kcTziCDXHUovdUF_7eYMavSrsdJbSe8jMYt3YpHF7qT9wiSopQhftyTs-gZr9Pc96avDJk1navorP3zz50KVail59puIp1L50yKlUzKhLRoFUFA/s1600/cari%25C3%25B1o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Cs5lmiIsZvezn1DrmBHCEyDFU89kcTziCDXHUovdUF_7eYMavSrsdJbSe8jMYt3YpHF7qT9wiSopQhftyTs-gZr9Pc96avDJk1navorP3zz50KVail59puIp1L50yKlUzKhLRoFUFA/s320/cari%25C3%25B1o.jpg" width="320" /></a>El cariño es una energía muy poderosa que se genera y se transmite a través de seres vivos. Es calidez, reconfortamiento, alimento del alma. Es la dimensión refinada del amor.<br />
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Se genera en la cercanía, en la proximidad, pero también se puede reconocer en la lejanía, en la distancia, porque su poder es palpable y familiar. El cariño es la dosificación de un amor expansivo llevado a la práctica. Convierte cualquier tipo de relación, o interactuación, en una atmósfera agradable y acogedora. <br />
<br />
Es una esfera donde no gobiernan las emociones negativas o los sentimientos generados por el odio o el rencor. Nace de la claridad mental y de un corazón distendido y no contraído. Es la comunicación de seres más elocuente, donde su profundidad alcanza grados de comprensión lejos de razonamientos y lógicas aplastantes.<br />
<br />
En ausencia de cariño se marchita el espíritu, el mundo deja de ser un hogar y la desconfianza puede comenzar a brotar. El cariño es la lumbre que derrite el frío constante al relacionarnos, propulsa el ánimo y enciende un sentimiento de unicidad que elimina asperezas y roces. Es la primera comunicación directa de una madre con su hijo, la manera de entenderse una enfermera con sus pacientes, el empuje de un maestro para transmitir a sus alumnos, los signos de muestra de un animal con su dueño, la energía que siente una planta al ser regada con cariño.<br />
<br />
El cariño es la señal de sentirnos queridos y considerados noble y sanamente. Se evapora el temor, se esfuman los miedos. En darlo ya lo estamos recibiendo, siempre y cuando sea de corazón y no por exposición, porque nos colma, nos satura de una cualidad especial en donde dejamos a un lado las diferencias para fundirnos en un plano emocional que nos completa e integra.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1kBK4tEFbshCw6-avXwlDRkbjzs9UDPDWgee-qGc5nxjsFDOnL0ev5-hA8M-vHBfCpPzNUdayfmkfyO949f0Djiym2Z-GIhLHcczl7nej-NxkrkWhhqOmbgIdU29eTJdkqROX1EgWNw/s1600/cari%25C3%25B1o+1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="243" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1kBK4tEFbshCw6-avXwlDRkbjzs9UDPDWgee-qGc5nxjsFDOnL0ev5-hA8M-vHBfCpPzNUdayfmkfyO949f0Djiym2Z-GIhLHcczl7nej-NxkrkWhhqOmbgIdU29eTJdkqROX1EgWNw/s320/cari%25C3%25B1o+1.jpg" width="320" /></a> El cariño encuentra muchas vías para manifestarse. Desde el afecto, la caricia, un silencio expresivo o un inminente abrazo. Pero ni todo el mundo está preparado para mostrarlo, ni todo el mundo está capacitado para recibirlo. En el momento en que transmitimos cariño el mundo se detiene, la mente se silencia y erupciona dentro de nosotros una rebosante sensación de plenitud que queremos hacer llegar y compartir.<br />
<br />
En la entrega de cariño no todo son gestos afectuosos, también hay cabida para las restricciones, las negativas y las muestras de firmeza con carácter constructivo, porque a veces es el canal en el que podemos hacer llegar un cariño arropado de vestiduras que reconduzcan una situación.<br />
<br />
Mostrar cariño no es signo de debilidad, como tampoco lo es saber reconocerlo y valorarlo. El cariño mostrado es una extensión de nuestro bienestar emocional, una irradiación de nuestra esencia más cercana y benévola, la propagación de una llama de nuestra hoguera interior. Si nuestro corazón está cristalizado, no somos ni huésped ni anfitrión del cariño. Si estamos acorazados de miedo y temor, no estamos capacitados para abrir nuestros brazos, y menos aún, recibir o dar un abrazo.<br />
<br />
El cariño debería de ser nuestro principal lenguaje a la hora de entendernos con nuestro entorno. En lo que decimos, las maneras, los gestos... Todo puede estar rociado de cariño, endulzado de esta cualidad que no tiene mayor misterio que el de transmitir lo mejor de nosotros a todo ser y criatura que, al igual que nosotros, desea y anhela sentirse querido, añorado y envuelto bajo el manto del cariño.<br />
<br />
Pero el cariño antes de esparcirse debe comenzar en nosotros mismos. Debe primero traspasar la frontera de nuestra individualidad para después propagarse hacia el resto. Si sólo proyectamos cariño hacia los demás pero no somos capaces de generarlo hacia nosotros, es un cariño de escaparate, es un jardín fuera de un hogar al que no llega el aroma, es no ser capaces de dar primero un cariño a lo más cercano de uno mismo.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYbUGCTxJR9NMAldAuNeWIzDAnjDLCO4T7h7cp011svIhyphenhyphen3mbmTIqQXX8FAsFaqDr6YfHk6lSUZcO7kXC756GLLo6oeiWGsuiPA79ojgGHMz7v4DTX4Sv0kc_R5pzsE6EfwPg_nutKfQ/s1600/cari%25C3%25B1o+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYbUGCTxJR9NMAldAuNeWIzDAnjDLCO4T7h7cp011svIhyphenhyphen3mbmTIqQXX8FAsFaqDr6YfHk6lSUZcO7kXC756GLLo6oeiWGsuiPA79ojgGHMz7v4DTX4Sv0kc_R5pzsE6EfwPg_nutKfQ/s1600/cari%25C3%25B1o+3.jpg" /></a> Por ello, el cariño, nace no sólo de cierta sensibilidad o quizás un grado de ñoñería, nace de un conocimiento de sí, de una experimentación en donde la cualidad de amar se fracciona para convertir en tangible la calidez que emanamos y que queremos que recaiga en los demás. Nace de un sentimiento rebosante que no se desgasta cuanto más lo demos, pues en nuestra interioridad equilibrada su energía nos inunda y salpica casi sin proponérnoslo en cualquier situación, acercamiento, relación o momento.<br />
<br />
Sin cariño cualquier gesto incluso de la vida cotidiana se realiza desde la desgana, la desidia y la dejadez. Con cariño todo se torna más unidireccional, todo se concentra en una mayor atención que se retroalimenta en la propia satisfacción que se genera de manera natural al propiciarse de manera genuina.<br />
<br />
Hay personas que dicen amar a todo el planeta y sus seres y al universo, pero no muestran el más mínimo cariño al que está a su lado. El cariño es amor menos enaltecido pero en cambio más presto y solícito. El cariño es amor en busca de menos reconocimiento pero en cambio adereza un instante fugaz. Es la vía humilde en la que se propaga la capacidad de querer y amar sin la búsqueda de lo que por ello se nos pueda recompensar.<br />
<br />
Hagamos del cariño un aroma que incite a ser exhalado, una fuerza arrolladora pero canalizada en cada ejecución que realicemos empleando la consciencia. Sin cariño el mundo tiende a quedarse en blanco y negro, a enfriarse, a oscurecerse una parte del mismo. Si en nuestro mundo de cada uno el cariño tiende a expandirse, estaremos creando una parte del mismo que rocía con su calor la pequeña parte proporcional de la que somos dueños en este planeta.<br />
<br />
Antes de que se produzca el gesto, el cariño debe emerger en uno mismo, y para ello, nada mejor que aportar luz en nuestras consciencias para disipar la oscuridad que tanto se puede mantener dentro de nosotros y que no permite reconocer la cálida cualidad del cariño que nos pertenece, y del que somos responsables de mantener y alimentar constantemente.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhabTvn0-D1sMRXb2RcMXWgID2Hmitt7Ofju-hUQrxupAcd-AC8Iw_JYes22qRaZVTGHN-fWwFlpQ2t9MdBBKg8SSVdFJzxNj81GvGCIdAPcGA69ZhHjFk6E6INiWecUA_-B9KAk3YJog/s1600/cari%25C3%25B1o+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhabTvn0-D1sMRXb2RcMXWgID2Hmitt7Ofju-hUQrxupAcd-AC8Iw_JYes22qRaZVTGHN-fWwFlpQ2t9MdBBKg8SSVdFJzxNj81GvGCIdAPcGA69ZhHjFk6E6INiWecUA_-B9KAk3YJog/s320/cari%25C3%25B1o+2.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
El cariño debe ser un florecimiento al que regar constantemente, una lluvia que lanza la nube ya cargada que no puede evitar mantener un minuto más, unos rayos de sol que se propagan sin la espera de ser devueltos y en donde en el ser humano genera un espíritu más cordial que, a través de su sola presencia, invita a todo lo que esté a su alrededor a disfrutar de esa fuente inagotable que genera el cariño.<br />
<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-58761750417454360442016-05-16T10:12:00.000-07:002016-05-16T10:12:48.210-07:00Entre cartones. <span style="font-size: large;"> Presentamos la novela ¨Entre cartones¨.</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQi6AEwZmAM-nhvuK7ME_otnThtNmZAJzI9FtJNUQtw_MSSe-ZIAUGBdwH4e-p_ZSzLk9tvZR-ITIVkjtE5_TSdehwHFNdV-BDjuTI0s0k1S7tozO9nGwLzJMxh8CRRzSQtkmnp3tvrQ/s1600/portada+entre+cartones.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQi6AEwZmAM-nhvuK7ME_otnThtNmZAJzI9FtJNUQtw_MSSe-ZIAUGBdwH4e-p_ZSzLk9tvZR-ITIVkjtE5_TSdehwHFNdV-BDjuTI0s0k1S7tozO9nGwLzJMxh8CRRzSQtkmnp3tvrQ/s320/portada+entre+cartones.jpg" width="226" /></a></div>
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<br /></div>
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Editorial Círculo Rojo, 2016.</div>
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16,50€</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Luis,
casado y padre de dos hijas, se ve viviendo en la calle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Su
situación actual deja atrás un pasado donde hacía año y medio fue nombrado director de un departamento en unos grandes
almacenes, emprendiendo así, una nueva etapa asociada a su reciente estatus.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><<
¿Cómo he podido acabar así? >>. Se pregunta una y otra vez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Luis
ya no puede regresar a su hogar; no hasta que reúna todas las respuestas a lo
sucedido; no hasta que logre esclarecer los hechos que le han empujado a
quedarse en la intemperie. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">La
vida en la calle le irá ofreciendo una cruda realidad que compartirá con el
resto de personas que, como él, se encuentran en su mismo estado de mendicidad.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">El
tiempo que transcurre lejos de su casa le servirá para reflexionar, para echar
de menos a los suyos, para valorar lo que ha perdido, y para conocer a un
vagabundo misterioso que aparece y desaparece, que ofrece comida al resto de
mendigos a cambio de ser servido, desprendiendo en sí mismo una enigmática
personalidad que le descolocará por completo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Félix,
el misterioso vagabundo, instará al resto de indigentes a que cojan las riendas
de sus vidas, mientras el clima de miedo se va apoderando de ellos por la
muerte de varios compañeros a manos de un asesino que no consiguen descubrir. <o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Luis,
en su nueva circunstancia no deseada, tratará de aclarar dudas y crear el
argumento necesario que le facilite la posibilidad de iniciar la vuelta a su
hogar, y así, estar de nuevo con su familia, todo en una atmósfera de
fluctuaciones, vacilaciones y temor por ser atacado como al resto de los
vagabundos, mientras su vida se va sucediendo entre cartones.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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Booktrailer</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/BnNbpO3OUhw/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/BnNbpO3OUhw?feature=player_embedded" width="320"></iframe><br />
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<br /></div>
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<br /></div>
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¿Deseas un ejemplar dedicado por el autor?</div>
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¡Ponte en contacto!</div>
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raulyogos@gmail.com</div>
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-56731766132578519922016-04-21T09:25:00.000-07:002016-04-21T09:25:33.492-07:00La necesidad de conflicto.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTSyqDkFJWa2GHzsEN8MtMNDWR0vitOM6kQqw7EqNkMos5UdHjDnXicrnUs872EHSTU0ad4JhW6bjSN1BsKrxQ1K7_2Mqns3bm83z1E4xjhXvD2eE0sLdsqN_9gF6Zj0NE5bJoH2aWwQ/s1600/conflicto.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTSyqDkFJWa2GHzsEN8MtMNDWR0vitOM6kQqw7EqNkMos5UdHjDnXicrnUs872EHSTU0ad4JhW6bjSN1BsKrxQ1K7_2Mqns3bm83z1E4xjhXvD2eE0sLdsqN_9gF6Zj0NE5bJoH2aWwQ/s1600/conflicto.jpg" /></a>En las relaciones humanas parece ser el conflicto una dimensión que se mantiene presente. En su latencia todo va bien, todo fluye y es armónico, pero en su despereza todo se desencaja, todo chirría y nada parece volver a reajustarse.<br />
<br />
El conflicto puede surgir al cruzarse intereses, al chocar puntos de vista dispares, pareceres antagónicos. Es su esfera un marco que representa división, lejanía en las personas, el inicio de confrontaciones. El conflicto puede perdurar o ser puntual, reconciliable o incurable, ser pasajero o permanente.<br />
<br />
Todos tenemos y pasamos por conflictos. No sólo entran en juego los que se reproducen en el marco externo, también están los conflictos internos, los desgarros de dentro. Pero la inclinación al conflicto es algo que merece indagación.<br />
<br />
Hay personas que tienden a agarrarse al fuego antes que esperar a que se apague, y así, la vida se consume en una fuente inagotable de insatisfacción de la que no se es consciente. La externalización en conflictos exteriores no es más que la celebración del conflicto que se mantiene dentro. A veces es inevitable caer en un conflicto, en una discusión, pero otras se torna como una válvula de escape para sacar el malestar de dentro.<br />
<br />
El conflicto externo es la representación teatral de la función escenificada de los adentros, que surge de una retroalimentación de dolor y miedo. Toda la carga de confusión, de sufrimiento, de insatisfacción, de baja estima, entre otras, son las anillas que se tiran cuando provienen circunstancias adversas del exterior. Entonces estalla la bomba de dentro y se vierte en las relaciones, en la interactuación con los demás.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh6K8I-mnmaxZytnfjYCLSaxEZ8n0aFX3OP_6Seq4_KkXAyF_KSe4M0QE85iPb7s0ZlA3DcPruqgmLbBF5xbfNzjyi8oZHhIfGB4dQ8TAnXloAodgrHb5RfvvHMjjWHLmMYr3Mf16Rwg/s1600/conflicto+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh6K8I-mnmaxZytnfjYCLSaxEZ8n0aFX3OP_6Seq4_KkXAyF_KSe4M0QE85iPb7s0ZlA3DcPruqgmLbBF5xbfNzjyi8oZHhIfGB4dQ8TAnXloAodgrHb5RfvvHMjjWHLmMYr3Mf16Rwg/s320/conflicto+3.jpg" width="213" /></a></div>
La necesidad de ese conflicto surge cuando nos hemos identificado tanto en ese mecanismo de dolor que parece ser nuestra verdadera identidad. Como una parte más de nuestra personalidad, buscamos alimento en el conflicto para nutrirlo, para mantener viva esa identidad que se ha ido construyendo en nosotros. Entonces la capacidad de estar en perfecta armonía se corrompe, se disuelve, el malestar se sitúa en primera fila y se manifiesta en la conducta, en la contrariedad, en el inconformismo crónico, en la irritabilidad permanente.<br />
<br />
Todo se vuelve motivo de conflicto, todo merece una discusión, nada escapa sin que se mastique con los dientes del remordimiento. Si no hay conflicto, se busca. Si no hay motivos, se encuentran. Se convierte el exterior, las personas, las relaciones, todo, como una gran confabulación orquestada para hacernos desgraciados. Salen las autodefensas, el ego permanente, la guardia siempre mantenida.<br />
<br />
La necesidad no es sólo en cuanto a discutir con alguien, también hay personas con la necesidad de, precisamente lo que más teme, sacarlo a relucir para roer ese cierto malestar, sentir que hay un motivo que le empuja a ello, y autoconvencerse de su desdicha.<br />
<br />
Por no mirar de frente al dolor, al malestar que está sin drenar, el sufrimiento que tanto queremos evadir, todo nos zarandea y nos acaba atrincherando. Lo que más tememos que se repita, acabamos generándolo a través del conflicto. Lo que más queremos tener lejos, más lo acercamos a través de propiciar el conflicto. Al final el dolor se alimenta una y otra vez, y parece que todo se coordina para nuestra fatalidad.<br />
<br />
Primero, el conflicto debe resolverse dentro. Así, la identidad del dolor no se perpetúa a través del conflicto. Se puede sentir dolor al soltar esa parte nuestra a la que tanto nos aferramos, y empero, comenzamos a ser conscientes de lo negativo que resulta mantener su hospedaje en nosotros. Se requiere también bajo esa mirada de autoconocimiento, no hacer responsables al resto de cómo nos sintamos, y neutralizar de ese modo los factores de discordia.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji-stGEBTo_2X_mCIOVlJZoZ06JLRrUNmC5yMAqPYbC-yLlhb2kThP5R6IbRaxE3FvsCF3JS3j0KfiY3YWm8kZahnAiSvh3Blk2BiFrO-CcVKIhJ94RNecDcuotBjT6k5_rMY6lF51Xw/s1600/conflicto+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji-stGEBTo_2X_mCIOVlJZoZ06JLRrUNmC5yMAqPYbC-yLlhb2kThP5R6IbRaxE3FvsCF3JS3j0KfiY3YWm8kZahnAiSvh3Blk2BiFrO-CcVKIhJ94RNecDcuotBjT6k5_rMY6lF51Xw/s1600/conflicto+2.jpg" /></a></div>
Cuando el conflicto es crónico como su necesidad de expresarlo, no es más que el reflejo de un tornado que se crea en un océano agitado de dentro. Son personas víctimas de sí mismas, albergando en ellas una naturaleza de crispación que deroga la verdadera esencia de una personalidad solapada por un manto de ofuscación. El conflicto acaba convirtiéndose en adicción; se necesita del mismo para satisfacer el impulso incontrolado de saciarlo. Se crea en uno una parcela destinada a recrearlos, un área de atención al conflicto, para así, disponer de recursos y poder ser resolutivos con ellos dentro del margen de la contraposición.<br />
<br />
Entonces del conflicto ya no se evade, produce en el sujeto una atracción. Todo es una constante disputa, un reproche permanente, una altura a la que nadie está. Toda comunicación es una intransigencia, un ¨como deben ser las cosas¨ en lo que nada encaja.<br />
<br />
Ninguna armonía de fuera va a resolver la inarmonía de dentro. Por ello, el trabajo debe ser interior para deshacer el nudo de lo conflictivo. Debemos rellenar el vacío que se recarga de debates fuera de tono, pérdidas de maneras, chismes continuados, olfateo constante de disputas.<br />
<br />
Resolver esa identidad desgarradora que busca el enfrentamiento para sostenerse, es soltar una parte que ha secuestrado la que mira por la concordia, la ausencia de problemas, la capacidad de acuerdos, y el afán resolutivo. Surge entonces otro tipo de presencia, sujeta en uno, afincada al ser, y no presta a perderse enseguida en el círculo repetitivo del conflicto. Al ir poco a poco desligándonos de esa emanación de constante dolor, sufrimiento y queja, el conflicto carece de atractivo, deja de ser estimulante, y cuando aparece es como un tren que dejamos pasar porque sabemos que en la mayoría de los casos no nos conduce a nada y crean un campo de negatividad en nuestro entorno.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTbjWzRsZ5ZTW9C8oOw-peVxGzQ7zHIZSGsLM5XDW35pww8PPfO9NNezLUPB1VCFTWK_fk3navQF7D5bq7YZX0fpKUcqBRKdzXw-mpi98VwP6_XbNd7MKwG3JrK5ZeGDTzWx9RW9aplg/s1600/conflicto+4.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTbjWzRsZ5ZTW9C8oOw-peVxGzQ7zHIZSGsLM5XDW35pww8PPfO9NNezLUPB1VCFTWK_fk3navQF7D5bq7YZX0fpKUcqBRKdzXw-mpi98VwP6_XbNd7MKwG3JrK5ZeGDTzWx9RW9aplg/s320/conflicto+4.jpg" width="320" /></a> Eso no significa evadirlos y evitar mostrar la defensa de intereses lícitos en uno, sino determinar la prioridad de que la paz interior y la dicha no deben de alterarse por participar en rencillas que no nos transforman en nada y que nos desgastan por completo.<br />
<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-11539487020655684362016-03-25T06:23:00.000-07:002016-03-25T06:23:04.352-07:00La respiración.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTgMBuEjc23jqojVRgMxFjJ0MjGie-xtY3xUhX0XSawNQLs_LJd_FIozxXdjsrkX_5s_OPGZTGhDdS-fmatULgJublyYqxezM8xwem75fl2Bs_328JBBmdrJfwDuI1olO0IsWpwAWYww/s1600/respiracion.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTgMBuEjc23jqojVRgMxFjJ0MjGie-xtY3xUhX0XSawNQLs_LJd_FIozxXdjsrkX_5s_OPGZTGhDdS-fmatULgJublyYqxezM8xwem75fl2Bs_328JBBmdrJfwDuI1olO0IsWpwAWYww/s1600/respiracion.jpg" /></a>La respiración es el proceso por el cual, simplemente, estamos vivos. El hecho de respirar nos mantiene conectados con la vida, es el vínculo orgánico, el intercambio de oxígeno, la unión directa de dos realidades: la interna y la externa.<br />
<br />
Su acto puede ser voluntario, podemos intervenir en ella, podemos forzarla, suprimirla, extenderla, ampliarla en diversos ejercicios para obtener una serie de beneficios fisiológicos. Una buena oxigenación repercute positivamente en el organismo como en la calidad de la salud. Pero la respiración es mucho más...<br />
<br />
Al llegar al mundo nos recibe, al dejarlo nos despide, y durante todo el recorrido vivencial nos acompaña sin abandonarnos. Entonces la respiración es una aliada, un testigo fiel de todos los acontecimientos que atravesamos. Pero nuestra percepción olvida el fenómeno de la respiración dejándola como algo subterráneo a nuestra atención, quedando así enterrada ante los sucesos que se van presentando.<br />
<br />
Aun así la respiración no nos ignora. Ella puede estar sin nosotros, pero nosotros no seríamos sin ella. Al dormir nos vamos, pero se mantiene, nos sustenta. Al despertar y regresar continua sin reclamar méritos, sin exigir halagos. A veces irrumpe agitadamente cuando tenemos ansiedad, cuando se activa el miedo. Su ritmo se acentúa y caemos en la cuenta de por qué en ese momento la respiración no puede hacer más para mantener su compás natural.<br />
<br />
Pero la respiración sigue siendo mucho más.<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHNujURtrHLC3ii7KNypXz4cMuqgKSeu3ON9FdFAUb3Zo4BNI1fz3amcRbLBlT5U_7k4i7IEepnyRGGECqZL87moqdrR5_pFh9EndEMaPcVYofrsa07z8CmOTFlrQLvNgBXwHGcn6h8g/s1600/respiracion+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHNujURtrHLC3ii7KNypXz4cMuqgKSeu3ON9FdFAUb3Zo4BNI1fz3amcRbLBlT5U_7k4i7IEepnyRGGECqZL87moqdrR5_pFh9EndEMaPcVYofrsa07z8CmOTFlrQLvNgBXwHGcn6h8g/s1600/respiracion+3.jpg" /></a> Es un puente, una aduana que enlaza y nos une con la existencia. Su ir y venir puede intervenir en el proceso mental, como el proceso mental recae sobre su equilibrio. Hay interrelación, hay una simultaneidad entre mente y respiración. A mayor calma mental, más serenidad en la respiración; a mayor control respiratorio, más sosiego y claridad mental.<br />
<br />
Entonces el soporte de la respiración ofrece distintos enfoques. La atención sobre ella puede generar relajación y tranquilidad, pero su observancia crea una gran transformación. ¿Cómo el simple hecho de respirar puede transformar nuestra consciencia? La transformación se genera cuando estamos presentes en la respiración, no sólo influyendo, sino observándola. Cuando percibimos este proceso tan cercano que es respirar, cuando tomamos consciencia de su mecanismo natural siguiendo el ritmo y aceptándolo, simplemente como espectadores arreactivos sin que nos arrastre, entonces surge una atestiguación.<br />
<br />
La respiración ofrece tras su observación captar el surgir y desvanecer, la impermanencia, el cambio constante. Porque no hay dos respiraciones iguales, porque cada respiración tiene su propia gloria y divinidad, porque si perdemos la atención en recordar otra, se verá implicada la mente en sus memorias; si fantaseamos en la respiración que está por llegar, se encontrará la mente enredada en sus ensoñaciones. Si la conciencia se unifica en la respiración de cada momento, la mente se retira, no puede operar a su manera porque todo es tan fugaz que apenas hay espacio para su charloteo.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqcq8mhjvoD8_W3IoAAnwTD_b020jxMq81Jy_S7VjlxE_OugnlWdmTO-Gzbmd1LjPYJykUGvXISz2sIwIlthq24mNneYKgQr5KlrhgokQvNsGauiFVIpWJd9WBIBrJdD4zn0OUNSfEvQ/s1600/respiracion+4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqcq8mhjvoD8_W3IoAAnwTD_b020jxMq81Jy_S7VjlxE_OugnlWdmTO-Gzbmd1LjPYJykUGvXISz2sIwIlthq24mNneYKgQr5KlrhgokQvNsGauiFVIpWJd9WBIBrJdD4zn0OUNSfEvQ/s1600/respiracion+4.jpg" /></a></div>
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Pero observar con plena aceptación, con total relajación, sin enjuiciar, sin tensión, estando atentos a un proceso que nace en nosotros, desembocando en la existencia y viceversa, es desarrollar una visión pura. La respiración se torna soporte meditacional, un anclaje que permite enraizarnos con nuestro ser. Buda desarrolló este tipo de meditación <i>vipassana</i> para traspasar el velo de lo fenoménico. Sin embargo, es en la experiencia de su práctica lo que determina el poder transformativo, el cambio de perspectiva.<br />
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En profundo silencio, la respiración comienza a ser tan sutil que apenas es perceptible. Entonces uno ya no respira, sino que es <i>respirado</i>. Sólo queda la observancia porque incluso ha desaparecido el observador. Entonces eclosiona un tipo de energía que emerge desde dentro.<br />
La respiración continúa, la vida externa sigue, pero la consciencia se ha esparcido en cada recoveco de nuestro ser. Observar el proceso respirante no es una idea, ni un parecer, es conectar con la línea divisoria que separa dos universos, y que al dejar a un lado la mente discursiva, se produce una comunión imposible de catalogar de manera intelectiva.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD0m30OWZzigR9Srs3ZMUOLd4EkPTfj_KmcRk1HIoZgGNa9v6_Oj6xWwfbbD7LrGI76KHkrOKGxIOMvfalHGzyfs2snhRLFXea6fbyfVYAtWKN4VyQ6Dx_Ab52bqw9AhZgLE06c3r1eQ/s1600/respiracion+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD0m30OWZzigR9Srs3ZMUOLd4EkPTfj_KmcRk1HIoZgGNa9v6_Oj6xWwfbbD7LrGI76KHkrOKGxIOMvfalHGzyfs2snhRLFXea6fbyfVYAtWKN4VyQ6Dx_Ab52bqw9AhZgLE06c3r1eQ/s1600/respiracion+2.jpg" /></a> Para la búsqueda del espíritu, la respiración es más que una herramienta para la introspección. Es la puerta entreabierta hacia un misterio que es la existencia en sí misma. Entonces respirar no sólo es un acto natural que se produce, sino el anclaje hacia una dimensión presente. Respirar se convierte en la rama a la que asirnos cuando el arroyo de las circunstancias empuja su fluidez. Respirar se vuelve en el proceso íntimo que entra y sale de nosotros trayendo consigo el mensaje de lo continuo, de lo transitorio que se vuelve todo.<br />
<br />
Sin la respiración sería difícil encontrar la rendija que nos lleva al instante, porque su presencia que detectamos conscientemente es la prueba fiable de que el momento es el que es, mostrándonos su cara, su rostro sin manipular por el pensamiento.<br />
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La respiración siempre va a estar, siempre va a coexistir con la temporalidad, llevándonos paradójicamente y tras su observación, a un estado de consciencia transtemporal.<br />
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Respirar no sólo es un proceso, sino la llave que abre la puerta de acceso hacia la dimensión espiritual de nuestro ser.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSOQxGjSTSt_UlRvjd0tEZNgsJHHHcCAYK6soKnj8ePdDIItXRHxvvlKb5YIXXmgYEAlA6jebjmNhIWW4R4BJj16Qc4WfJmrt8MnXE8CsiALqr6xgwSakvL8ue1qkV7HAedAHeRhNL1A/s1600/respiracion+5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSOQxGjSTSt_UlRvjd0tEZNgsJHHHcCAYK6soKnj8ePdDIItXRHxvvlKb5YIXXmgYEAlA6jebjmNhIWW4R4BJj16Qc4WfJmrt8MnXE8CsiALqr6xgwSakvL8ue1qkV7HAedAHeRhNL1A/s1600/respiracion+5.jpg" /></a></div>
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-2822889364478711792016-03-01T11:42:00.000-08:002016-03-01T11:47:14.653-08:00La tristeza.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQo2drJjLnBlpiKBg2dTDggopdElc-royWXFOm8OwzKNyxnpW0C1qLN2-ZFRE8gJSVG9P2PE3Ny5n_R8q-8b-qjLdjsgciDbLf-nBI_FaZ_tRpZSfYl1fVHgR7j6QhakJyFx8DQoolTQ/s1600/tristeza.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQo2drJjLnBlpiKBg2dTDggopdElc-royWXFOm8OwzKNyxnpW0C1qLN2-ZFRE8gJSVG9P2PE3Ny5n_R8q-8b-qjLdjsgciDbLf-nBI_FaZ_tRpZSfYl1fVHgR7j6QhakJyFx8DQoolTQ/s320/tristeza.jpg" width="320" /></a>La tristeza es una emoción que se caracteriza por ir generalmente acompañada de melancolía. Cuando la tristeza embarga, ésta nos advierte de un desahogo, pues a veces hay una gran masa de energía concentrada que necesita salir de nuestro interior.<br />
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La tristeza es un estado emocional más, pues al igual que la alegría y la ira, viene y va, nos toma y nos suelta, pero puede generar autoengaños como pensar que somos los que más sufrimos y que los demás deben estar a nuestra disposición para consolarnos. Puede teñir de blanco y negro cualquier evento, impidiendo la capacidad de disfrute y debilitando cierta vitalidad que se encuentra ausente en ese momento.<br />
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Según la medicina tradicional china, el pericardio es la zona donde se reflejan las emociones, y de ahí que sintamos cierta presión en el pecho cuando sale la tristeza de su letargo. Entra dentro de los ciclos vitales; un día te levantas y te encuentras triste, escuchas una canción y te abraza la melancolía, lees una historia y te conmueve. La tristeza tiene su grado de importancia, nos invita al recogimiento y guarda una belleza intrínseca que jamás tendrá la alegría.<br />
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Lo que sucede es que la tristeza está censurada. Es como un artículo de lujo que no nos podemos permitir porque se asocia a un descontento, a un inconformismo, a un abatimiento que nos ciega de ver las cosas buenas. Es como un invitado que apenas puede avanzar más allá de la entrada de la casa. Pero la tristeza es mucho más, siempre y cuando no sea crónica y acerque a estados depresivos, la tristeza guarda su propio embelesamiento.<br />
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Un toque de tristeza puede despertar las miras a la generosidad, puede refinar el espíritu humano, puede ralentizar los pasos cuando el viaje es compulsivo sin saber a dónde. La tristeza tiene su propia cualidad, tiene distintas vías de canalizarse, por eso tiene a su disposición variedad de accesos, diversas antesalas que permiten que la emoción alcance un grado álgido de sentimiento. La música, la poesía, el arte... Todo ello puede despertar a través de la sensibilidad, la melancolía, el triste sentir sobre lo que se percibe, sobre lo que se transmite y logramos captar.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk5hVsuriCYcjXEhEg1kmjiH3Sb3ZAI0zSemnpkk-4xYB1sfK9esbL9Y3-ibLCbXFFq5GmPtKJJmV1yIBmiS34Rp0LJBST67JOCE9-q9IKsUt0iocnOLPilekKAai5Y7pzrC_j9qI8JQ/s1600/tristeza+2.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="189" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk5hVsuriCYcjXEhEg1kmjiH3Sb3ZAI0zSemnpkk-4xYB1sfK9esbL9Y3-ibLCbXFFq5GmPtKJJmV1yIBmiS34Rp0LJBST67JOCE9-q9IKsUt0iocnOLPilekKAai5Y7pzrC_j9qI8JQ/s320/tristeza+2.png" width="320" /></a></div>
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La tristeza que no es neurótica, continua, que no está adherida al carácter de la persona y no condiciona su calidad de vida psíquica, tiene mucho que ofrecer en su indagación. Normalmente huimos, buscamos entretenimientos para escapar de ella, pero al igual que la soledad, son estados que se dan la mano en el sentido de ser dos dimensiones con puntos en común, siempre que miremos hacia ellas con visión nítida sin condicionar. Pero al rechazar la tristeza también rechazamos una parte de nosotros que no consideramos digna de pertenecernos.<br />
<br />
Para sentirnos completos no podemos huir de las esferas emocionales que nos asaltan y que, incluso, es necesario profundizar en ellas con el fin de autoconocernos y aprender a relacionarnos con las mismas. La profundidad de la tristeza es una energía distinta a la que nos lleva otras emociones. La alegría, por ejemplo, es más centrífuga, la tristeza, más centrípeta. Por eso nos gira a la introversión, a cierta detención en uno, a un recogimiento hacia los adentros. Es como una resaca que nos arrastra, sin que queramos, de nuestra marea emocional.<br />
<br />
Quizá la tristeza sea un recordatorio puntual que al tomarnos nos recuerda que también hay que sentir a quien siente dentro, que también hay que expresar en lágrimas lo que otra forma de comunicación es insuficiente, y que dicha masa de sentimientos también requiere ser atendida. La tristeza riega la sequedad que a veces se enraíza en nosotros, derrite el frío con el que nos revestimos para protegernos, destruye la armadura en la que nos escondemos para representar una imagen de seguridad hacia el resto.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbDORPSuxvgwRB7IH9kEeRfSRehG2pLGrBUPuZSjHxba5DQUP4JCxyIqRQ2IXJ95hXR5XcrTIOLyW8ZEZf18DZwwC9-1lXfCI68wdztjRM5nnFIfhgB-XN_F32lRVjNP4YSBbawJQDQw/s1600/tristeza+4.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="175" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbDORPSuxvgwRB7IH9kEeRfSRehG2pLGrBUPuZSjHxba5DQUP4JCxyIqRQ2IXJ95hXR5XcrTIOLyW8ZEZf18DZwwC9-1lXfCI68wdztjRM5nnFIfhgB-XN_F32lRVjNP4YSBbawJQDQw/s320/tristeza+4.jpg" width="320" /></a> Pero cuando la tristeza comienza a querer mantener su presencia, debemos atenta y amablemente despedirla, invitarla a que abandone nuestro hogar interior porque la velada no debe extenderse más. Su visita, o el acceso a ella, ha regado terrenos que parecían fértiles, ha dejado en el ambiente un aroma que tiene su propia fragancia. Una vez se retira la tristeza nos aborda cierta calma, cierta ausencia de impulso, nos embarga una serenidad más asentada porque la tristeza se ha llevado consigo una carga que nos oprimía, que constreñía nuestra alma y asfixiaba nuestro ser.<br />
<br />
La tristeza puede acercarnos hacia más seres, puede destruir barreras egocéntricas, puede traernos el mensaje de lo fútil en una relación inarmoniosa, puede dar sentido cuando no lo encontramos a un hecho. La tristeza es emisaria de que no dejemos las cosas hasta su final, de que el tiempo pasa y que en su ausencia no damos valor a lo que sí deberíamos.<br />
<br />
Abracemos la tristeza sin apegarnos, saboreemos su néctar sin querer eternizarlo, disfrutemos de su presencia sin confundirla con la nuestra. La tristeza es mucho más que un berrinche, es mucho más una aguda angustia melancólica. Es la capacidad de saber relacionarnos con una parte esencial del ser humano, es la belleza de un agudo sentimiento que rocía con sus gotas las hojas marchitadas de nuestro florecimiento.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiglzR7Ny5_QJqcZYePexnqSmzm0FoAOE896CxS8ODqGuSxDZXoxd2HrK8-0gN-21JjrbLYjQaoYNZer8ZcIkUKoJTKgwvto59gYu6_uQGD79i7HAsG4VTaT5OaoSNbRxWbdrgPb6AQw/s1600/tristeza+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="199" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiglzR7Ny5_QJqcZYePexnqSmzm0FoAOE896CxS8ODqGuSxDZXoxd2HrK8-0gN-21JjrbLYjQaoYNZer8ZcIkUKoJTKgwvto59gYu6_uQGD79i7HAsG4VTaT5OaoSNbRxWbdrgPb6AQw/s320/tristeza+3.jpg" width="320" /></a></div>
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-36672553744637282112016-02-06T09:23:00.000-08:002016-03-13T12:29:54.686-07:00El fenómeno de la transitoriedad.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfSDQvKJF9fBBhGd-UYNTVizqMe8ks12Oatu14lUbeJ72Eec1E2C9KwyMXffs-zJDrPP6hcvFvHQOkJ2O0XkINHDSaHTm6AME9goIYPboWOAM1wxIIZBs24EytpcsibElXHpW1XTY3sw/s1600/transitoriedad+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfSDQvKJF9fBBhGd-UYNTVizqMe8ks12Oatu14lUbeJ72Eec1E2C9KwyMXffs-zJDrPP6hcvFvHQOkJ2O0XkINHDSaHTm6AME9goIYPboWOAM1wxIIZBs24EytpcsibElXHpW1XTY3sw/s320/transitoriedad+2.jpg" width="224" /></a>Todo cambia, todo muda, nada permanece estático. Los ciclos se presentan, las etapas se finalizan y la vida toma un carácter sometido por la ley de lo transitorio. El cambio es lo único permanente en un escenario donde el decorado es reemplazado una y otra vez constantemente.<br />
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La ley de la transitoriedad es inexorable, intrínseca a la existencia misma. En su propio dinamismo se sustenta. Nada queda estático sin estar envuelto bajo el manto de la impermanencia. La transitoriedad encuentra sus márgenes en las dualidades, en los opuestos y en el desarrollo fenoménico. Todo cambia continuamente a nuestro alrededor, pero curiosamente nuestra percepción se niega a comprenderlo, dando por sentado todo aquello que se está continuamente renovando.<br />
<br />
Vivimos acaparados por la idea de lo perdurable, de lo permanente, de querer agarrarnos a lo eterno. Sabemos que el tiempo pasa, pero creemos que tan sólo afecta a los demás. Se nos escapa la comprensión profunda de detectar lo poco perdurable que pueden ser las cosas, haciendo de la vida una imagen retenida, una fotografía que no se altera. Damos por hecho lo que ya de por sí está cambiando.<br />
<br />
Cambian los escenarios, las actividades, las relaciones, los estados de ánimo, las percepciones, las ideas, y así un sinfín de planos y eventualidades. Nosotros ya no somos quienes fuimos, ni somos quienes seremos. Todo muta sin poder controlarlo, al margen de nuestros deseos y voliciones.<br />
<br />
Ahora sentimos una emoción, después otra. El amigo se convierte en enemigo, el enemigo más adelante nos ayuda. Lo que parecía la peor noticia, con el tiempo se convierte en oportunidad. La vida es fluidez, renovación constante. Un dicho de Heráclito reza que nunca te bañarás en el mismo río dos veces. Lo único que se estanca es nuestra percepción, nuestros petrificados ideales, nuestra visión de las cosas que no alcanza el compás ni el ritmo de la melodía existencial.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEGJlFwX4y9s1YPpjFTXS0C3sfmDLqktUMPUf0g9pL5zIzNlqyf3O-xcjtP4In119zPrgKtqLJmt_tuWTacZJ5HJ8PCLp3TvKoenzICkRrnKYrZKtihMejhaBALqMdCAmn7uODznBP4Q/s1600/transitoriedad+4.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEGJlFwX4y9s1YPpjFTXS0C3sfmDLqktUMPUf0g9pL5zIzNlqyf3O-xcjtP4In119zPrgKtqLJmt_tuWTacZJ5HJ8PCLp3TvKoenzICkRrnKYrZKtihMejhaBALqMdCAmn7uODznBP4Q/s320/transitoriedad+4.jpg" width="320" /></a> Nuestro pensamiento quiere seguridad, un suelo fijo donde aposentarse. Buscamos adherirnos a lo seguro en una esfera de constante mudanza. Todo ello deriva miedo, inseguridad, y un apego rígido hacia todo lo que de por sí tiende a ser modelado. En mitad del arroyo nos agarramos a una rama a punto de quebrar, en vez de manejarnos con las aguas que nos empujan y aprender a reconciliarnos con ellas. La vida golpea contra nosotros y mantenemos una actitud de bloqueo, de sujeción a esa rama que consideramos irrompible. Llegará un momento que, o bien se quiebra la sujeción, o aprendemos a soltar para volver a retomar la fluidez de la que nos habíamos apartado.<br />
<br />
Para la mente, la transitoriedad es un fenómeno que no termina de captar. La mente necesita de lo fijo, de lo inmutable para tener donde adherirse. Necesita de las creencias en determinados patrones y de la proyección según los esquemas en los que se basa. El cambio le frustra, le tambalea, derriba sus cimientos. Lo mudable, lo transitorio, todo ello se desarrolla en el presente y es ahí de donde la mente quiere escapar. Prefiere basarse en lo ya vivido o en lo que está por llegar, porque de esa manera hay un margen para edulcorar las experiencias. El presente es un suelo que se hace añicos a cada instante, por eso la mente y el ego, en él no pueden mantenerse.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3xfWtjfb_W2aVpjo4l15-bnpVGoX2km5SR1aT8X6ufRud-0sr3GgbrTA-S0yf_-llIyRQHpMwovJVk_BZzFCX8t1vODTxb2XS2UVsq7rPIv5R2olCizxeeaLHsP7M0IpdjiHKykTCZQ/s1600/transitoriedad.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3xfWtjfb_W2aVpjo4l15-bnpVGoX2km5SR1aT8X6ufRud-0sr3GgbrTA-S0yf_-llIyRQHpMwovJVk_BZzFCX8t1vODTxb2XS2UVsq7rPIv5R2olCizxeeaLHsP7M0IpdjiHKykTCZQ/s1600/transitoriedad.jpg" /></a> Aceptar el cambio es conectar con un dinamismo que se produce al margen de nuestros favoritismos o de nuestra postura de cómo deben ser las cosas. Es acrecentar nuestra mirada para abarcar todas las posibilidades que ofrece la transitoriedad. Si nada pasara, un dolor de cabeza sería para siempre. La transitoriedad ofrece aprendizaje, desprendimiento a cada instante, muda psíquica. Ofrece la posibilidad de crecer y deprendernos de una parte de nuestra personalidad que no nos ayuda en nuestra evolución. Ofrece el entendimiento correcto de una comprensión más reveladora sobre las fases en las que se desenvuelve la vida.<br />
<br />
Si todo cambia, si todo transita, ¿a qué apegarnos? El desapego permite ligereza en vez de fricción ante las circunstancias dadas. Permite cortar con las ligaduras invisibles que tanto nos esclavizan emocionalmente. Ya puede ser el apego a personas, a placeres, a ideas, etc... Al final lo único que se mantiene es nuestra ligadura creada, y a sus espaldas, se desarrolla el fenómeno cambiante.<br />
<br />
La existencia rige con sus ciclos, invierno/verano, día/noche, y así se van completando los decorados en los que estamos inmersos. Si queremos alcanzar lo eterno no debemos mirar afuera. El tiempo condiciona y rige. Según el controvertido Osho: ¨ La eternidad no es duración en el tiempo, sino profundidad en el momento ¨.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLVaNnu8JBR_bPDsRAMnL55CV8HvrbFdmePI_ReV3TS6fpSwupo-4XA9pUgeQGq419v_szZepQZfCMMg-E6vHg1RRBECVqorVydzlbHXtdzM5swr08drLmnvFSiVB5eBhJvQN6q3khhw/s1600/transitoriedad+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLVaNnu8JBR_bPDsRAMnL55CV8HvrbFdmePI_ReV3TS6fpSwupo-4XA9pUgeQGq419v_szZepQZfCMMg-E6vHg1RRBECVqorVydzlbHXtdzM5swr08drLmnvFSiVB5eBhJvQN6q3khhw/s320/transitoriedad+3.jpg" width="320" /></a> Ahí debemos investigar para acceder a esa intemporalidad libre de condicionantes. El momento ofrece algo más que una situación que resbala ante nuestros ojos. Encierra en sí mismo el acceso a una dimensión no salpicada por la fluctuación del dinamismo. El acceso es tan estrecho que no entra ni un pensamiento, ni una sola idea, tan sólo un estado de consciencia alerta.<br />
<br />
Si estamos más conscientes penetraremos en una profundidad en la que ninguna sola onda nos agitará, en la que la condición del cambio tenga un acceso restringido, y se pueda presentar así un estado bien distinto del que está regido por el fenómeno de la transitoriedad.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-52012082667634469642016-01-08T08:24:00.000-08:002016-03-20T06:24:09.411-07:00La acción desinteresada.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMEajfb7dHHFPw1w5tzy2SDKrusgtS7zC7XotU4f-nLfRx0K4Fwzb7_ZaknGXZVbb39tlOX6dmbV40p-TZ4MTBmFZcV3BjFeXQOZKdI2klIjiZnjHlbL1Ep6HQlxJ74io5GccSMw5Zlw/s1600/accion+4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
<div class="" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMEajfb7dHHFPw1w5tzy2SDKrusgtS7zC7XotU4f-nLfRx0K4Fwzb7_ZaknGXZVbb39tlOX6dmbV40p-TZ4MTBmFZcV3BjFeXQOZKdI2klIjiZnjHlbL1Ep6HQlxJ74io5GccSMw5Zlw/s1600/accion+4.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMEajfb7dHHFPw1w5tzy2SDKrusgtS7zC7XotU4f-nLfRx0K4Fwzb7_ZaknGXZVbb39tlOX6dmbV40p-TZ4MTBmFZcV3BjFeXQOZKdI2klIjiZnjHlbL1Ep6HQlxJ74io5GccSMw5Zlw/s320/accion+4.jpg" width="320" /></a> Realizar acciones es inevitable en cada ser humano. Toda acción va ligado a un resultado, a veces buscado, y otras, viene dado por la naturaleza intrínseca de la ejecución.</div>
<br />
Existen acciones muy sutiles como puede ser pensar, observar; otras más burdas, como puede ser empujar un coche. Pero en ambas nos identificamos con el ¨hacedor¨. En ese ¨hacer¨ hay voluntad, intención, volición y deseo noble, pero también puede esconder soberbia, codicia, ambición y egoísmo. Con lo cual no sólo interviene la acción y todo lo que lo catapulta, sino la actitud con la que lo realizamos.<br />
<br />
¿Qué diferencia, pues, puede existir entre la actitud y la acción por hacer?<br />
<br />
Que nos pueden esclavizar, o no, sus resultados.<br />
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<br />
Es el afán de dar un sentido al acto lo que nos arrastra obsesivamente al resultado. Sería demagogia expresar que cuando realizamos algo no buscamos una obtención, es decir, si bebemos agua queremos eliminar la sed, pero de lo que se trata es de investigar en cómo aflora y repercuten ciertas tendencias individualistas, ególatras y personalistas, referente a lo que nos incita a la hora de realizar una acción.<br />
<br />
Por ello, la acción desinteresada es un gran ejercicio para romper las cadenas del sentimiento de control y posesión. Permite ir derritiendo el mecanismo de ¨hacer¨ por y para algo, y convertir el acto de la acción en una recompensa por sí misma. Pero nuestro lado acumulativo y voraz no termina de entender este término, de hecho, buscará en esta actitud otro tipo de recompensa, quizás el futuro reconocimiento por parte de los demás de desprenderse de los resultados.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghJfp3W6XSdY7U33LqzyjZWjYYx3ZUSD4Fe9VahAt6WgpyHYjE4p5oAf5IwLFB9QaNhOnSw6qZfzeMU5IRDRByh2svOKqBBUFwLewxECXsaj5pENhvpGxLVgUX4hTCI2vuwEET0WOudA/s1600/accion.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghJfp3W6XSdY7U33LqzyjZWjYYx3ZUSD4Fe9VahAt6WgpyHYjE4p5oAf5IwLFB9QaNhOnSw6qZfzeMU5IRDRByh2svOKqBBUFwLewxECXsaj5pENhvpGxLVgUX4hTCI2vuwEET0WOudA/s320/accion.jpg" width="320" /></a> Se dice que lo importante es participar, pero a veces esta frase llega cuando no se ha conquistado el primer puesto. Antes lo que se escuchaba es ¨¡Tú puedes!¨, ¨¡No has llegado hasta aquí para nada!¨, ¨¡No nos puedes defraudar!¨. ¿Está mal alcanzar o luchar por un primer puesto o lograr el pódium? Igualmente entra de lleno la actitud desprendida hacia los resultados. Puedes quedar primero, valorarlo, no sentirte superior y olvidarte, y puedes quedar el último y generar rencor y culpar a todos los demás de tu derrota. El mendigo puede ser rico y el monarca puede ser pobre.<br />
<br />
Pero mucha parte de ese sentimiento interior de falta de estar completados surge cuando hemos alcanzado una meta, o se crea el miedo a perder algo cuando lo hemos obtenido, por falta de consciencia en su desarrollo y tener en todo momento las miras puestas en la conclusión final del acto. Entonces el ¨hacer¨ es una negociación, pierde su totalidad y entorpece la transformación de la persona. Sólo consigue acumular y acumular actos sin penetrar en una verdadera riqueza que no es la que puede estar por llegar, sino la que viene ligada por el simple placer y disfrute de hacerlo.<br />
<br />
En el yoga esta vía de emplear los actos como entrenamiento y acrecentamiento de la consciencia se le denomina ¨Karma yoga¨. Entonces no sólo hay que retirarse a contemplar o refugiarnos en la soledad del silencio, sino que la vida de cada día, lo cotidiano, todo ello, es un banco en movimiento de meditación.<br />
<br />
La acción y el hacedor se vuelven uno; la expectativa y la conclusión final se funden sin oscilar en extremos de pérdida o ganancia. Por lo tanto, cualquier acto de la vida diaria puede convertirse en soporte meditacional, en transformación espiritual, porque abocados a actuar ¿qué mejor que convertirlo en néctar para nuestra evolución personal?<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8Gup4K1gQeijd86xPEvRku6ZjQbLAoKEAQFuKBjm_Nl3VFYkdHCW6zp6jslHJidQViL6FTRnSnC2ykYfRPnt422M7nR45Kw1eaRJqKjl9bImWaeETxODu1tnGx_7Ey4km9cx4eh58nQ/s1600/accion+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="217" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8Gup4K1gQeijd86xPEvRku6ZjQbLAoKEAQFuKBjm_Nl3VFYkdHCW6zp6jslHJidQViL6FTRnSnC2ykYfRPnt422M7nR45Kw1eaRJqKjl9bImWaeETxODu1tnGx_7Ey4km9cx4eh58nQ/s320/accion+3.jpg" width="320" /></a></div>
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En el camino de la búsqueda el desapego hacia los resultados no es significado de que no nos importen o no deseemos que sean favorables, sino que aun sabiendo que hemos hecho todo lo que estaba en nuestro alcance, no disponemos del absoluto control sobre los mismos. Por ello, la acción desinteresada es un noble ejercitamiento de la falta de personalismo en la ejecución de las acciones, y el recibimiento en ausencia de ego como anfitrión de los resultados.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-40826134711020884782015-12-13T09:16:00.002-08:002015-12-13T09:22:23.570-08:00Promoción navidad 2015.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgbw3azZQMpyX2Sl4WvUfof_jglMXS7AX8nAw4WwgjJne2u5vn0kj0-Hxk9iC_KJYjj4wVjdRwQPpQnbj3blPDUxGqoB5OH6hdH_J532D5Tiu8_uk-MYzCFNdxRcQbvxLE5HdHk1fNQQ/s1600/Portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgbw3azZQMpyX2Sl4WvUfof_jglMXS7AX8nAw4WwgjJne2u5vn0kj0-Hxk9iC_KJYjj4wVjdRwQPpQnbj3blPDUxGqoB5OH6hdH_J532D5Tiu8_uk-MYzCFNdxRcQbvxLE5HdHk1fNQQ/s320/Portada.jpg" width="228" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><br /></span>
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<span style="font-size: small;">http://editorialcirculorojo.com/cartas-desde-el-nirvana/</span></td></tr>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7jSCAUQoSwgt3_Qgz2xi9vhaM_QAPkNLOOuG-DQOK-pd-N7rV_yoqtnUncQeh-84duZkihhiPmBnKamH5vq26QB6asSz9-H1foVQl1hyphenhyphenwd9J24rttFdIXD6zmCxgHOgjhyUQpxSYvag/s1600/Las+sandalias+del+Buscador.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7jSCAUQoSwgt3_Qgz2xi9vhaM_QAPkNLOOuG-DQOK-pd-N7rV_yoqtnUncQeh-84duZkihhiPmBnKamH5vq26QB6asSz9-H1foVQl1hyphenhyphenwd9J24rttFdIXD6zmCxgHOgjhyUQpxSYvag/s320/Las+sandalias+del+Buscador.jpg" width="228" /></a></div>
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Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-26662042162243628692015-11-22T07:59:00.000-08:002016-03-20T06:22:23.272-07:00La hipocondría.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMKzM-F7u77Ma9pVOcYvQvRZzdOou7oXc739dOlyj3TC9BrkC8Iqs-JM858pspcviuj8r_bxcFr_Zm7cFKNd6lFdDT3TmRvhLPGRCx1Qm8J0e9CTZDYCxKLOjmRjs3_uimS7g4J5ch4Q/s1600/hipocndria+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMKzM-F7u77Ma9pVOcYvQvRZzdOou7oXc739dOlyj3TC9BrkC8Iqs-JM858pspcviuj8r_bxcFr_Zm7cFKNd6lFdDT3TmRvhLPGRCx1Qm8J0e9CTZDYCxKLOjmRjs3_uimS7g4J5ch4Q/s320/hipocndria+2.jpg" width="320" /></a>Dentro de los estados de neurosis, existe uno muy llamativo denominado ¨Hipocondría¨. Puede llegar a ser una enfermedad obsesiva que, paradójicamente, surge del miedo a estar enfermo y donde la persona comienza a presagiar y a infundirse temores sobre su salud.<br />
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Presupone que algo no va bien y anticipa un deterioro de enfermedad catalogándolo de calamidad. Todo puede comenzar con una pequeña hipótesis, una teoría por evolucionar, una breve idea de lo que está por llegar y acabar la persona por convencerse a sí misma de que contiene un mal de salud que ya no se puede remediar. La pequeña suposición acabar convirtiéndose en una sospecha continua que va quedando en el trasfondo de manera residual sobre la cotidianidad del día a día. Acaba enquistándose y petrificándose como un pensamiento fijo volviéndose un eje central a medida que se van sucediendo los acontecimientos.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXDk5o1Pq23gE-yAVB4LWazf6Q4MS1xJqJrsrIkgIu-IN6tAIq41ToW1KRrYOE19fiFOm004aAL7lIp7dFMBS5V7cO3PxyqBRmTKte-UDjc146joY6C1qWSjf_Ql1dpR2t7qPWy5cr3Q/s1600/hipocondriaco.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="313" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXDk5o1Pq23gE-yAVB4LWazf6Q4MS1xJqJrsrIkgIu-IN6tAIq41ToW1KRrYOE19fiFOm004aAL7lIp7dFMBS5V7cO3PxyqBRmTKte-UDjc146joY6C1qWSjf_Ql1dpR2t7qPWy5cr3Q/s320/hipocondriaco.jpg" width="320" /></a> Esa tortura de no saber a ciencia cierta si uno está enfermo pero acabar convencido de ello, roba frescura, vitalidad y ensombrece el ánimo. Es la etiqueta invisible que lleva el hipocondríaco colgada a todas partes, es la posibilidad aún no materializada en un diagnóstico por realizar. La imaginación se desborda y se pone al servicio de la ¨terribilidad¨. La vida ya no parece tener ningún sentido estando desarrollando una enfermedad, y se convierte lo que queda por vivir, en un tránsito a la espera del proceso del padecimiento. << ¿Para qué voy a disfrutar si seguramente estoy enfermo? >>. Se repite una y otra vez el hipocondríaco.<br />
<br />
Todo comienza con el menor síntoma. El sujeto se informa de cualquier indicio de enfermedad, trata de anticiparse y acaba atando cabos hasta llegar incluso a experimentar en su cuerpo los presagios amenazantes. Puede llegar a convertirse en algo muy perturbador, en una conducta en la que la persona acaba atrapada y no puede salir sólo por el simple hecho de proponérselo. La preocupación se va enraizando y cualquier mínimo dolor, cualquier erupción en la piel, cualquier contacto con agujar u objetos de vías de transmisión, cualquier gesto en el rostro del doctor, todo ello, se vuelven detonantes que despiertan el miedo atroz a una enfermedad que pudiese estar en latencia.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAWFz_hmm1iwC6kNbI5YIGaLC6UyiUmGYSG_dsMbCxkURgx4pO54RHTeV2CCeeQ9prFB_hMU-CLnSXnKuE3LLeS02I4-3Cfxq9HGrvatW_BY9o9fAU6-SVeQTfCUWq9SwaVq-wX5lLwQ/s1600/hipocondria+4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAWFz_hmm1iwC6kNbI5YIGaLC6UyiUmGYSG_dsMbCxkURgx4pO54RHTeV2CCeeQ9prFB_hMU-CLnSXnKuE3LLeS02I4-3Cfxq9HGrvatW_BY9o9fAU6-SVeQTfCUWq9SwaVq-wX5lLwQ/s1600/hipocondria+4.jpg" /></a> El desarrollo vivencial se vuelve, pues, en una cuenta atrás hasta el desenlace final. Vivir se convierte en la oportunidad perdida que fue robada por una supuesta enfermedad. Es el no retorno hacia un estado de salud que diese por merecido el derecho a ser feliz. Pero el hipocondríaco que se pone siempre en el peor de los casos, convierte la enfermedad en la mayor catástrofe que le pudiera suceder. Siente que ha quedado huérfano de plenitud, ningún instante merece ser completado de satisfacción siempre y cuando perdure la duda y ensombrezca la sospecha con su acto de presencia. Es un temor camaleónico que se reviste de cualquier momento y circunstancia.<br />
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Si el hipocondríaco se viese desde fuera, se echaría a reír, pero inmerso en su prisión psicológica, lo que siente y experimenta no le saca la más leve sonrisa. No se trata con ¨no lo pienses¨ o ¨vive la vida¨, como seguramente le aconsejen en su entorno. Cuando el miedo se retroalimenta sobre una enfermedad, la sensación no es sólo mental, sino que impregna el cuerpo, los órganos, se adhiere convirtiendo el esquema corporal y el sistema orgánico en una caja de resonancia donde retumba una y otra vez el eco del aviso del desorden o malestar.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNwEX5XeQ4KSHLQ3xIgK1kwo2oUkgCd30mlePnM5lu43Q7KfX69pTnfNsesixA1QwY_5RwyCusm9KP_sqPXvcwtjdnIRnPYNkBBI9IlddjXMZ68qFxSb07QQXZjwhLEgmaiu98xtratg/s1600/Hipocondria+5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNwEX5XeQ4KSHLQ3xIgK1kwo2oUkgCd30mlePnM5lu43Q7KfX69pTnfNsesixA1QwY_5RwyCusm9KP_sqPXvcwtjdnIRnPYNkBBI9IlddjXMZ68qFxSb07QQXZjwhLEgmaiu98xtratg/s1600/Hipocondria+5.jpg" /></a></div>
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Ante el augurio hipocondríaco se deben razonar varios aspectos. El primero a nivel interno, es decir, de dónde proviene realmente la actitud alarmante. Quizás hay condicionamientos o improntas que quedaron en nuestras retinas y que despertó un pavor en nosotros. Quizás la idea de no ser merecedores de nada bueno y que estamos condenados a un mal mayor. También puede existir un sentimiento de culpa derivado de haber convivido con alguien con una larga enfermedad o haber visto morir a personas cercanas. También el no haber cuidado la salud o haberla puesto en riesgo, y con ello, esperar una sentencia diagnosticada.<br />
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Otro aspecto a razonar o comprender, es el factor externo a convivir con una enfermedad. Si a un enfermo real le contasen la experiencia de un hipocondríaco, cuanto menos soltaría una carcajada o puede que le diese una lección de superación personal y de encarar la adversidad. Era el sabio Ramana Maharshi quien decía: <<El cuerpo ya es en sí la enfermedad>>. En efecto, donde hay cuerpo ya existe la enfermedad. Él mismo tuvo cáncer de brazo y no perdió su talante equilibrado. Y es que enfermedad y salud son dos caras de la misma moneda en donde<br />
Buda también declaraba que nadie escapa a la enfermedad, vejez y muerte.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE2g8zqwkzaBjfp7qENXmwf_VqP-lBHhZJoUgkCOrc8YZG_n2prbTYeT5ZQHDSPZUpH6cfOoUgiGoGJcT_SxF2_CXguSPIPo6xYTxACztWf3YZoLtdwmDaxmyMqTvBcoKyNcPR-aXBvg/s1600/hipocondria+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE2g8zqwkzaBjfp7qENXmwf_VqP-lBHhZJoUgkCOrc8YZG_n2prbTYeT5ZQHDSPZUpH6cfOoUgiGoGJcT_SxF2_CXguSPIPo6xYTxACztWf3YZoLtdwmDaxmyMqTvBcoKyNcPR-aXBvg/s320/hipocondria+3.jpg" width="320" /></a> Nadie, absolutamente nadie, está excluido. Por eso hay que hacer un gran trabajo de aceptación y fluidez con esa incertidumbre, e incluso es más, si no hay nada que realmente lo diagnostique, poner la mente a nuestro favor trabajando el contra convencimiento de que estamos sanos (aunque un hipocondríaco pensará que las pruebas hechas son fallidas o que ha habido un traspapeleo de resultados) y que sentirnos bien y plenos viene derivado de que pongamos los medios emocionales adecuados.<br />
<br />
Si la enfermedad llega, se despertaría un reto, que es el de estar sanos y recuperar la salud o vencer la enfermedad. El reto sería también en convertir el recorrido de lo que nos quedase de vida en instantes plenos y felices. Nada fácil, pero debemos reconducir actitudes y puntos de vista porque en el peor de los casos, todos tenemos recursos que desconocemos por completo. Incluso aceptar la muerte, que será siempre el desenlace final, puede eliminar esa carga excesiva de temeridad, ya que de esta vida con tanta demanda de salud, nadie saldrá viva.<br />
La hipocondría puede ser tratada por grandes profesionales, pero no para convencerlas de que no tienen ninguna enfermedad, sino para hacerles ver que en el caso de tenerla pueden ser plenos, felices y completos.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-53166128628842134942015-10-04T12:51:00.000-07:002015-10-04T12:52:42.143-07:00La reflexión consciente.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJtHFOC26BXqYX65wkrj81r_H2Wdj9XYaDx-FBg-vz58IPs7HEZq7aDaovtmo2WcGThgPZIDAZuqK1q7DsE53vRAKXzYoaSXfKXciqmmICuyT-GTiLSp471LGT520L9EFR3g0r2hoRcQ/s1600/reflexion+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJtHFOC26BXqYX65wkrj81r_H2Wdj9XYaDx-FBg-vz58IPs7HEZq7aDaovtmo2WcGThgPZIDAZuqK1q7DsE53vRAKXzYoaSXfKXciqmmICuyT-GTiLSp471LGT520L9EFR3g0r2hoRcQ/s320/reflexion+2.jpg" width="320" /></a></div>
El raciocinio ofrece la capacidad de generar un análisis intelectivo que, mediante su cultivo, posibilita la indagación racional. El pensamiento es una herramienta muy valiosa, y a la vez, misteriosa, porque su origen al crearse escapa la mayoría de las veces a nuestra voluntad.<br />
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Es entonces cuando el proceso pensante se vuelve mecánico y repetitivo, torturante en muchos casos y termina por hastiar al sujeto que no lo controla. Pero cuando el pensamiento está bajo el yugo de la consciencia, éste adquiere otro potencial, posee la capacidad de ser lúcido y consciente, y entonces se torna un utensilio cognitivo de gran beneficio, se vuelve auxiliar a la hora de buscar razones intelectuales y traduce en palabras aquello que puede ser difícil de expresar. Nace entonces la reflexión consciente.<br />
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El pensamiento así, bien encauzado, se sumerge en una fila que termina por ser reflexiones que pueden desembocar en sabias determinaciones.<br />
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La consciencia permite estar presente en la racionalización y construcción de las cadenas pensantes. El pensamiento, al estar al amparo de nuestra voluntad, ya no es acosador ni mortificador, sino que pone su empeño en alcanzar grados de entendimiento que faciliten la comprensión profunda a nivel analítico.<br />
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La reflexión consciente trata de profundizar, argumentar y llegar a esclarecer causas, situaciones, inquietudes o sensaciones. Es la capacidad de discernir, de diferenciar, de emerger en claridad y con palabras lo inexpresable. De ellas se da paso a acciones diestras, posicionamientos acertados o extracción de una sabiduría que parecía inexistente. Al ser esta una reflexión consciente, su utilidad es más considerable, lejos de ser más o menos acertada, pues lo importante es que la persona toma, y no es tomada, por el análisis reflexivo.<br />
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Si la consciencia se extiende, la racionalización no se vuelve neurótica ni obsesiva, sino que con su peso específico sabe concluir sin esa inercia a desgastar el estímulo pensante. Es pues, una utilidad lícita e indispensable para alcanzar grados de entendimiento, y lograr así, conclusiones acertadas. Cuando las reflexiones son orquestadas por nuestra parte más destructiva o inconsciente, no hay soberanía de un yo lúcido y panorámico, sino de inclinaciones que se van repartiendo entre nuestros distintos puntos de vista. No hay una agrupación de voces, cada una tira a su terreno, y la reflexión, lejos de ser persistente y compacta, se vuelve camaleónica y va modificándose a su antojo. Sería ésta una reflexión en tela de juicio, embaucadora y carente de fiabilidad. No habría pasado por nuestro filtro más deliberado, ni reajustado ni actualizado. Es un barco a la deriva, sin ningún control sobre el timón. Una reflexión así es una trinchera de miedos, juicios, prejuicios y dudas.<br />
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Tras reflexiones más sabias, imparciales y moderadas, la visión se amplia y se logra salir de un tipo de entendimiento que, quizás, anule la capacidad de arrojar luz sobre diversas parcelas. La reflexión consciente promueve el pensamiento correcto, diestro y presto a reivindicar una resolución que elimine la inquietud de no captar algo que se nos escapa. Abre la puerta a la agudeza, la visión cabal y al atino intelectivo. Nos deja en bandeja las palabras para recargarlas de connotación y los argumentos para emplearlos a disposición de los diferentes contextos.<br />
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Dedicar tiempo a una reflexión consciente es crear un análisis sorteando obstáculos que no vemos en un principio por falta de lucidez o visión clara. El recto y sano pensar se pone a nuestra disposición. Es la posibilidad de escudriñar sin ser poseídos, sabiéndolo tomar y sabiéndolo soltar, sin quedar asfixiados por los ríos de pensamientos inconclusos de los que somos abordados la mayoría de las veces.<br />
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En el terreno de una búsqueda espiritual, la reflexión consciente es necesaria para desempañar un tipo de saber que logre acercarnos a otro más intuitivo y revelador. Sin la capacidad de reflexionar sabiamente, el buscador es tomado por impulsos o cree lo primero que escucha o no discrimina en las enseñanzas. Es su consciencia un lienzo en blanco donde todos pueden depositar su firma sin dejar espacio a su propio análisis personal.<br />
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Una orquesta de pensamientos sin una batuta que guíe y oriente, se convierte en un estruendo ruidoso sin ningún compás. En cambio, si hay de fondo un director de orquesta (la consciencia) y un ritmo acompasado (la reflexión lúcida) se produce una acertada melodía donde cada instrumento aporta su utilidad, dando como resultado la armonía en la composición, de todas las partes que lo integran.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-31470093741119361492015-09-20T07:51:00.000-07:002015-09-20T12:17:16.827-07:00La susceptibilidad.¿Quién no se ha sentido susceptible en un momento dado? Es éste un sentimiento de vulnerabilidad ante ciertos hechos. Es un moratón mental que recibe todos los golpes, el gran ¨ojo¨ que todo lo ve, la sospecha continua buscando ser reafirmada.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLjnuBidubhiofO2fPvTgyzJ3BsLo3fR6jFxWwGOgENLQpn_LNampACoqtKlPsMnegbPzoi4giuHj6inJeZZkQ_R8MjfPK9L3I6v2rl7jwT2UJ59XuFl6k99snOV4c5eCWmCPfstsBgw/s1600/susceptibilidad.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLjnuBidubhiofO2fPvTgyzJ3BsLo3fR6jFxWwGOgENLQpn_LNampACoqtKlPsMnegbPzoi4giuHj6inJeZZkQ_R8MjfPK9L3I6v2rl7jwT2UJ59XuFl6k99snOV4c5eCWmCPfstsBgw/s320/susceptibilidad.jpg" width="299" /></a></div>
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La susceptibilidad nace de un sistema propio de creencias de cómo deben hacernos sentir los demás. Es origen de animadversión, odio y rencor. Hace de cualquier situación una amenaza directa, un desamparo que nos hace sentir desprotegidos de los demás, un blanco fácil que nos convierte en diana.</div>
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El susceptible desconfía sin cesar, ve donde otros no llegan, interpreta lo que nadie ha traducido. Es su obsesión por encontrar ¨pistas¨ que atenten contra él lo que le lleva a versionar las circunstancias hasta ajustarlas a sus temores infundados. La susceptibilidad atrinchera el alma de la persona, desgasta sus energías en racionalizar cada situación, bloquea todas sus relaciones y retroalimenta su necesidad de sentirse considerado. Para él todo confabula en contra suya, todas las piezas encajan sin estar nunca a su favor y jamás nadie le tiene en cuenta como él quisiera.</div>
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La susceptibilidad hace que la persona enfrente el mundo como si ya hubiera realizado un pacto predeterminado sin haberle preguntado; actúa como si ya se sintiera excluido de antemano. Debido a ella -la susceptibilidad-, se logra malinterpretar cualquier frase, cualquier tono, cualquier gesto o mirada, distorsionando todo canal de comunicación. Se establece una ¨alerta máxima¨ que nunca baja la guardia. Entonces el sujeto susceptible intenta proteger lo que no es visible pero que parece que todo el mundo desea atentar.</div>
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Los acontecimientos por llegar son un desafío, cualquier encuentro se vuelve una posibilidad de aunar críticas destructivas hacia su persona, e incluso cuando no hay amenaza aparente, rastrea cualquier señal para convertirlo en hallazgo reiterativo. La persona suspicaz convierte todo su ser en un radar, la susceptibilidad se vuelve un revestimiento y su actitud siempre a la defensiva, invade su espacio emocional y boicotea cualquier intento de interactuación.</div>
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Detrás de toda esa configuración se encuentra un orgullo siempre herido, inmaduro, y falto de ajustarse a una realidad inmediata. El ego acaparador quiere sentirse tomado en cuenta, considerado y valorado. Es la suya una conquista por agradar, por hacerse un hueco en la empatía de los demás. No existe mayor sentido que el de alimentar esa idea de ¨imprescindible¨, pero por otra parte, la sensación de no estar a la altura desvela una inseguridad que lo trunca por completo.</div>
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El exceso de susceptibilidad acaba por espantar a todo aquel que no siga sus dictados proyectados, y termina por cansar al que tiene a su alrededor. El susceptible va forjándose en una pequeña isla personal de la que no permite acceso a nadie pero en la que todos deben estar.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEila1XyHlrv70IiwBJNkk4rQbL6Ao08q8Ko5qMSFhMMHTR1IGanTYOkVHYIFekRm2Oawa4q-zjszKj6HnVEDN6lfTUU6d6OjceDIkbVb11C5wwgat_Db69v_8FpHv2-Flcw_ATV6EPn6A/s1600/susceptibilidad+1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEila1XyHlrv70IiwBJNkk4rQbL6Ao08q8Ko5qMSFhMMHTR1IGanTYOkVHYIFekRm2Oawa4q-zjszKj6HnVEDN6lfTUU6d6OjceDIkbVb11C5wwgat_Db69v_8FpHv2-Flcw_ATV6EPn6A/s320/susceptibilidad+1.jpg" width="213" /></a> En el camino del autoconocimiento, la susceptibilidad se convierte en un bache que puede hacer tambalear cualquier posibilidad de construcción de la personalidad noble, llegando a derrumbar en un segundo el sustento de apreciación que soporta una relación, o imposibilitando lazos afectivos sanos siempre afectados por la interpretación suspicaz.</div>
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Para vencer dicha susceptibilidad, se debe proceder a una autoobservación muy rigurosa donde se ponga en tela de juicio cualquier apreciación que se considere atenuante hacia nosotros. El dardo emocional no podemos remacharlo con nuestra reacción desorbitada fruto de un condicionamiento así. Se pueden realizar altos introspectivos donde nuestro estado de alerta verifique si realmente hay indicios de sentirse atacado. La mayoría de las veces el propio miedo hace que la consciencia se atrinchere creando rareza en el ambiente. Utilizar un pensamiento racional también sirve de ayuda, y sobre todo, la capacidad de aceptar a los demás tal y como son, eliminando ese principal protagonismo que se arroga nuestro ego en cada función a la hora de actuar.</div>
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Soltemos las armaduras que creemos que nos protegen y en realidad nos asfixian y oprimen. Eliminemos la fortaleza interior en la que creemos estar resguardados y salgamos al mundo abrazando cada situación, protegiéndonos si hace falta, pero relajados y receptivos. Un desarrollo integral no puede verse mancillado por un estado emocional susceptible, pues al final es una herida abierta que todo le va rozando.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNsDjpgUDeohc1RQIKb_vA72BjyJBxKvg6vzE0iVrLqUW2Xrl2whXtZxh5O8LSblBlsVjI8CkUYeuYlR0dVGsyOrI6fkhLexBeZTJIVj6d6nwy_gckK7U8mE_l2IPg8Br5aKPeflLd8Q/s1600/Soltar-lastre.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNsDjpgUDeohc1RQIKb_vA72BjyJBxKvg6vzE0iVrLqUW2Xrl2whXtZxh5O8LSblBlsVjI8CkUYeuYlR0dVGsyOrI6fkhLexBeZTJIVj6d6nwy_gckK7U8mE_l2IPg8Br5aKPeflLd8Q/s320/Soltar-lastre.jpg" width="320" /></a> La libertad interior debe soltar dicho lastre que no permite evolucionar a ningún ser humano y que le condena de por vida a mantenerse rígido, centripetado e investigando como un detective neurótico, cada prueba que pueda ir en su contra.</div>
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Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-54158348535588160222015-08-04T11:59:00.000-07:002015-09-12T07:53:02.976-07:00La virtud de la insignificancia.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEge-e0q6Fj8v_Cb__q2b42xkJIDz4vdWCQHbXQQoBU7EcpEXF2Rnzm4BbUeXrEXVmFDkJX1ctS4HMdbOhGx07iieZgQKHbulBlZH4V6LqKvyLRc4OFkEW7PU4UwVDyQGIdNMmX0eZUprg/s1600/Insignificancia+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEge-e0q6Fj8v_Cb__q2b42xkJIDz4vdWCQHbXQQoBU7EcpEXF2Rnzm4BbUeXrEXVmFDkJX1ctS4HMdbOhGx07iieZgQKHbulBlZH4V6LqKvyLRc4OFkEW7PU4UwVDyQGIdNMmX0eZUprg/s1600/Insignificancia+2.jpg" /></a> En el afán del hombre, el ¨significado¨ procura rellenar el sentimiento de vacío que puede llegar a producirse en él. La evolución es una cualidad existencial y es noble buscar el mejoramiento y avanzar en los grados que propone la vida, ya que el potencial de un individuo es profundamente desconocido.<br />
Pero, y más en estos tiempos, la persona proclama y crea a su alrededor una vida que no le corresponde, que desearía pero no le pertenece, que rechaza su sencillez porque da valor a las apariencias. Entonces en la búsqueda de lo extraordinario el sujeto se convierte en ordinario, porque se sumerge en el arroyo colectivo que espera, mediante su empuje, ser llevado a un lugar en exclusiva.<br />
Puede darle la compulsión de aparentar, de fingir que todo va bien cuando en el fondo hay malestar, de querer transmitir lo maravilloso que es todo cuando a lo mejor quedan restos de miseria.<br />
La insignificancia no es carencia de sentido, no es conformismo ni rechazo a mejoras, no es apatía, desilusión, pereza, holgazanería, resentimiento ni derrotismo. La insignificancia, si jugamos con la palabra, podíamos conjugar: ¨significancia intrínseca¨, es decir, significado propio, esencial y natural.<br />
Esa insignificancia -en apariencia- es el valor cualitativo que subyace sin la necesidad de ser reconocido por nadie. Desde pequeños nos educan para que seamos ¨hombres de provecho¨, que lleguemos a lo más alto y que alcancemos prestigio. Es como tomar el relevo de otras personas adultas que no lo han conseguido, y con ello, cumplir una meta que en muchos de los casos no nos pertenece.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU09snYOrxU1LkYcnGtWZ348w33qOAf1dRvxjuuooLEZ8TQ24BLkxfAnzB5bOAmwJyapuCTwBS9wGzosIBnR3mb4lJyv6cppqi0FmBuAziY0nYSVjGiQwpDH6GSxVMCsIKEXwKSIeYOQ/s1600/insign+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU09snYOrxU1LkYcnGtWZ348w33qOAf1dRvxjuuooLEZ8TQ24BLkxfAnzB5bOAmwJyapuCTwBS9wGzosIBnR3mb4lJyv6cppqi0FmBuAziY0nYSVjGiQwpDH6GSxVMCsIKEXwKSIeYOQ/s1600/insign+3.jpg" /></a> El significado de una persona cuando se convierte en escaparate se torna como un adorno, una máscara y una pose de la que no se puede deshacer. La felicidad podrá ser fingida pero al final es una demanda de ser considerados, tomados en cuenta y ubicar un espacio único dentro de la multitud. Ese espacio único ya se crea en el centro de tu ser, sólo hay que reconocerlo. Tu propia individualidad es irreemplazable, no hay dos copias, la existencia no tiene pensado volver a repetirte. Entonces ¿por qué esa carrera para llegar a ninguna parte?<br />
Está bien prosperar, avanzar, evolucionar y querer ser mejores de una versión nuestra de la que no nos conformamos. Es lícito descubrir nuestro potencial, ver nuestras limitaciones y mejorar nuestros aspectos, tanto internos como externos. Pero ¿por qué ese rechazo a ser común? Es como si nuestro ego nos dijese: << Tú vales mucho más que todos ellos>>. Es como si las voces de todo el mundo se reunieran en nuestra cabeza para decirnos: << ¿Es que te vas a quedar ahí parado, sin hacer nada?>>.<br />
Al final un individuo puede quedar enajenado en la búsqueda de un posicionamiento que hable de él hacia los demás, que sirva de portavoz y resuma en un momento su valía sin necesidad de dar más explicaciones. Pero si nos fijamos en la naturaleza, vemos que es mucho más sabia. Nadie compite con nadie. Un árbol no lucha por ser un pájaro ni viceversa; una rosa no exhala su aroma dependiendo de quién la perciba. Rigen sus propias leyes pero no verás agitación ansiógena en nada, tan sólo una profunda aceptación de lo que es y que permite la fluidez continua.<br />
Cada participante en la naturaleza está a gusto siendo lo que es, disfrutando de su momento y adaptándose a los cambios que ofrece el curso natural de los acontecimientos. Pero para el hombre un hormiga no tiene significado, por eso la pisa, siente su poder sobre ella. Un árbol quiere alcanzar las estrellas, por eso asciende hacia arriba, pero no abandona nunca sus raíces. Hasta donde llegue lo habrá disfrutado. Todos los seres humanos quieren alcanzar la cima de la montaña, pero no existe espacio para todos, de hecho muchos quedarán a medio camino y nadie les advierte de la posible frustración que puedan sentir. Es el precio de no alcanzar la proyección de lo extraordinario y verse empujado y forzado a fundirse en el colectivo donde nadie destaca de nadie.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjUrjlCGX1ep7UJG6JAz3ftqUH4k97ktwPN6F76X6R-yoVyfh5n1YsfL9vZpuNPYzXIWGpkx-JK9ZUdODjRmYfZib8qKlf2dqpJ99nO7K1St5840XubUV4E8mgUCmQmp33RtDiKpsLNg/s1600/insign.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjUrjlCGX1ep7UJG6JAz3ftqUH4k97ktwPN6F76X6R-yoVyfh5n1YsfL9vZpuNPYzXIWGpkx-JK9ZUdODjRmYfZib8qKlf2dqpJ99nO7K1St5840XubUV4E8mgUCmQmp33RtDiKpsLNg/s320/insign.jpg" width="320" /></a></div>
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Pero cuando una persona decide ser insignificante -en el contexto que estamos empleando-, no significa que no quiera arriesgar por miedo, que no se atreva a dar ningún paso, sino que siente una gran liberación, de hecho observa cómo unos se van pisando a otros para subir a esa cima en el que él está ausente de participar. Se vuelve un don nadie, se sumerge en el anonimato, pero eso le convierte en extraordinario para sí mismo. Escala su propia cima, se eleva sobre sí mismo, y trata de conquistar lo que nadie le puede sustraer. Ve en la sencillez su modo de expresar, sin galones, sin sofisticación, sin un repertorio de todo lo anteriormente conquistado para mostrar. La sencillez le permite ser como es en este momento.<br />
Pero el ego necesita alimento para reforzarse, retos para existir. Y la persona común no evita el reto, no se esconde, lo vive y experimenta con consciencia, pero no se descentra, no se abandona a sí misma y más que un reto donde sólo predomina un resultado, trata de verlo como un juego que debe ser curioseado.<br />
El sentimiento de la insignificancia es un gran ejercicio para nuestra vanidad. Es observar que en nuestra ausencia las cosas siguen existiendo, siguen su curso, que la existencia no se detiene hasta que nos decidamos a reconocerla o no. La existencia te invita a participar a cada momento, pero extraviados en lo que podemos obtener en otro, rechazamos dicha invitación.<br />
La insignificancia es reconocer que somos una parte del todo. Que estar a la espera de la llegada de lo extraordinario empaña la visión, porque esa misma cualidad se encuentra en lo ordinario, en el alrededor, en la brisa que roza tu cara. Hay belleza en lo común, en lo corriente, en el simplemente ¨estar¨. Toda fricción por querer forzar algo por compulsividad es ruidoso, agitado, ampuloso, antinatural. Todo ello genera una lucha con uno mismo y todo lo que le envuelve; se deja de formar parte del todo para convertirse en una pequeña isla. La lucha es tensión, rudeza y siempre está viendo amenaza en ver perdida su valía. Cuando hay relajación se atribuye siempre a derrota, debilidad y falta de valentía. Pero era Lao Tse, el padre del Tao, quien nos instaba a reconocer que la aparente fragilidad de un lirio era fortaleza, y que la robustez de un roble puede ser fragilidad porque entran de lleno en los contextos. En los contextos es donde se pone a prueba las etiquetas que otorgamos a las cosas. Si llega un vendaval, el lirio se pliega y resiste, sin agarrarse a nada que no sea él mismo. El roble está rígido, estático -cualidades del miedo- y puede quebrar con facilidad sin posibilidad de ser reconstruido. La robustez que imponía y despertaba tanta admiración no sirvió ante la llegada del vendaval, y en cambio el lirio, sin llamar la atención pudo ser flexible, agacharse sin sentirse humillado por bajar la cabeza y volver a resurgir con total esplendor.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVSgmyE7I8oGcdryj7NWxHUYhKnqueeJx4yrjbbHzH3UiFWYIYRXpCoX1s_TIPLT1ej7A6Q4hRg_M2T71HVrNUPMQL-POnmfxPqJ8HUFVtrDjOZpm_9-tMBDKzF6_GbwFrWwtntH0lJg/s1600/insign+1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVSgmyE7I8oGcdryj7NWxHUYhKnqueeJx4yrjbbHzH3UiFWYIYRXpCoX1s_TIPLT1ej7A6Q4hRg_M2T71HVrNUPMQL-POnmfxPqJ8HUFVtrDjOZpm_9-tMBDKzF6_GbwFrWwtntH0lJg/s320/insign+1.jpg" width="320" /></a> La insignificancia es significado total pero en otra dimensión. Si buscamos ser insignificantes a la espera de que nos lo reconozcan, estaremos en el mismo juego. Es más que una actitud, es un reconocer la banalidad, la futilidad de ciertas cosas que, al fin y al cabo, nunca nos llegarán a trasformar.<br />
Por ello, la virtud de la insignificancia es la comprensión profunda de nuestra verdadera esencia, lejos de los parámetros que impone esta sociedad en la que se determina nuestro valor en la apariencia que logramos hacer llegar a los demás.<br />
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En la búsqueda de uno mismo, la insignificancia no es un término negativo, sino la ausencia de capas que creemos que configuran nuestro significado.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-42633949868945527662015-07-04T08:46:00.000-07:002015-07-04T15:16:02.156-07:00El placer.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA_JOSDgfY4UAZ1dw-FFHv8xDU5ObVgY2CyU_QdgXBX6-q8JiSipjqEwoyry0AeuGuKyfrDHclqX-skbxpEQAVpdL6Pe-GjRH8vHgP6VQnZGEcBjaUYQ5umhjHOx0926IO637blxPP2w/s1600/el+placer.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA_JOSDgfY4UAZ1dw-FFHv8xDU5ObVgY2CyU_QdgXBX6-q8JiSipjqEwoyry0AeuGuKyfrDHclqX-skbxpEQAVpdL6Pe-GjRH8vHgP6VQnZGEcBjaUYQ5umhjHOx0926IO637blxPP2w/s320/el+placer.jpg" width="320" /></a> El placer se convierte en un denominador común en la búsqueda de satisfacción del ser humano. Es el momento culmen que aplaca la demanda de los sentidos, embriaga con su cualidad placentera y aleja por instantes cualquier tipo de malestar.<br />
El placer es momentáneo, tiene su propia durabilidad. Consigue en el sujeto determinar sus acciones en pos de una nueva dosis, alcanzando con ello un clímax que lo saca por momentos de su realidad ordinaria.<br />
El fenómeno del placer ofrece curiosidades: nos satisface, pero queremos más; buscamos su disfrute, pero una vez llega a veces no tenemos la capacidad para hacerlo plenamente. Es algo que cuando llega vemos cómo se nos escurre de nuestras manos y estamos más en lo que se escapa que en lo que tenemos. Se produce un fuerte apego, una neurosis por eternizar algo que tiende a diluirse como un fenómeno transitorio más.<br />
Por placer la persona puede estar fuera de sí, forzar los medios para llegar a él, e incluso darse la espalda a sí mismo con tal de saciar su sed. La adicción puede condicionar, dirigir el rumbo y verse truncado una y otra vez, pues el placer puede ir acompañado del dolor y viceversa. Una vez el placer se consuma, la atmósfera puede rellenarse nuevamente de insatisfacción. Entonces se despierta un ansia, un rechazo a cualquier otro estado interior que no sea el placentero. La manera en que se quiere poseer el placer convierte a la persona en poseída.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEila_-8Z9H-z75OXKYrB1gOISyDjege07Hzp4gwtaKxkGS0EMl-kPEaFOfhOtnq7x5vbsyeUJaCjnt4HxW704L148FuIhHqBxD39YAFuKRh2KR0uiqjdiNsJ8dy7qa6qYLPHC4K9ePgag/s1600/placer+1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEila_-8Z9H-z75OXKYrB1gOISyDjege07Hzp4gwtaKxkGS0EMl-kPEaFOfhOtnq7x5vbsyeUJaCjnt4HxW704L148FuIhHqBxD39YAFuKRh2KR0uiqjdiNsJ8dy7qa6qYLPHC4K9ePgag/s320/placer+1.jpg" width="320" /></a> ¿Qué nos empuja a un placer compulsivo?<br />
Es tal su seducción que nos hipnotiza por completo. Vemos en el placer la huida del dolor, la contrariedad del sufrimiento. Queremos situarnos en un placer contrapuesto y equidistante hacia el rechazo de lo que no nos gusta. Cuando se torna pulsión, el placer es un cebo. Nunca se sacia y somete al individuo. Acaba por ser de todo menos satisfactorio. Se vuelve una brecha por la cual escapar del momento, una puerta escondida hacia un paraíso del que somos rechazados y empujados de vuelta cuando ya lo hemos consumido.<br />
Tanto huimos de algo que al final se puede tornar placentero. El dolor puede convertirse en placer. Así cambia la perspectiva, el enfoque, se extrae un jugo de lo que parecía imposible. Entonces una penitencia, en el fondo, puede ser disfrutable. Nace el masoquismo. También ver el dolor en los demás puede ser motivo de placer; nace el sádico.<br />
El placer, lejos de ser un momento de peso específico, se convierte en un embaucador. Nos saca de un eje y su búsqueda nos distancia de una serenidad ganada. Es la píldora hacia el escapismo sin movernos del lugar. Nos promete algo perdurable cuando en realidad no podemos agarrarlo con las manos.<br />
¿Debemos dar la espalda al placer?<br />
No, pero sí experimentarlo con consciencia, observando el proceso fenoménico, cómo surge, cómo se desvanece. Sabiendo soltar para no ser un esclavo y para que no sólo vibremos con el goce, sino que aprendamos a deleitarnos con el gozo, que a diferencia de un placer que proviene de fuera, éste emerge de dentro. Entonces la relación con el placer no es conflictiva. No genera culpas. Es una dimensión a la que podemos acceder anclados en nosotros mismos. Es una dimensión de la que podemos salir sin el impulso de mirar atrás temiendo el no haberlo amortizado.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA7qCrR5_EAvVgUk6KkscrzHBw-9zFeEtaqQDfQWMZp2ts488u61ekSKjmMhw9w08ibIlzpegznw_oFhHj0w_dZXKO8uxGt8sO9gKWvwzFvoUZkBQK8-lKTzrZJflTpNpbePkmz0un8g/s1600/placer+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA7qCrR5_EAvVgUk6KkscrzHBw-9zFeEtaqQDfQWMZp2ts488u61ekSKjmMhw9w08ibIlzpegznw_oFhHj0w_dZXKO8uxGt8sO9gKWvwzFvoUZkBQK8-lKTzrZJflTpNpbePkmz0un8g/s320/placer+2.jpg" width="320" /></a> Evitar el placer sólo engorda el deseo de culminarlo. Reprimir un anhelo placentero es querer tapar la boca de un volcán. Por eso la relación con el placer debe estar impregnada de desprendimiento, consciencia y desapego. De este modo la red que obnubila la visión no nos termina por atrapar y en ningún momento nos aprisiona encadenándonos sin poder escapar.<br />
Hay placeres nobles que debemos potenciar. El placer de disfrutar un pequeño momento, un rato de tranquilidad, una lectura que nos deleita. Hay placeres que nos completan sin la necesidad de forzar su duración: una taza de té, oler la fragancia de una rosa, una caricia... Por eso también se requiere capacidad de disfrute frente al placer sin volverlo ávido ni ansiógeno. A menor necesidad de placer, más placentero se vuelve cualquier nimiedad, convirtiendo lo más trivial en extraordinario.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYk_tEYtcZ5EsHffCay7Ll-4fgYZsgFz3vYtzeQLUGaEXdB4YUruXhZSvj4jhq0phGQ4giTeeULA2fjyFJxj2YOhH7AYKsmsNfqCH-rMVr4sbpEGpYXkJzi_0CbehRrjeTRPRjCl57aw/s1600/placer+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYk_tEYtcZ5EsHffCay7Ll-4fgYZsgFz3vYtzeQLUGaEXdB4YUruXhZSvj4jhq0phGQ4giTeeULA2fjyFJxj2YOhH7AYKsmsNfqCH-rMVr4sbpEGpYXkJzi_0CbehRrjeTRPRjCl57aw/s320/placer+3.jpg" width="320" /></a></div>
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Convirtamos el placer en una vía más de autoconocimiento, para que, como dicen los tántricos: ¨Juguemos con el fuego pero sin quemarnos¨.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-51593587913068595932015-06-14T10:19:00.000-07:002015-06-14T10:19:50.468-07:00Entrevista al escritor Raúl Santos Caballero.<blockquote style="background-color: white; border: 0px; color: #777777; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; font-style: italic; line-height: 28.7999992370605px; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px 0px 0px 50px; position: relative; quotes: none; vertical-align: baseline;">
<div style="border-image-outset: initial; border-image-repeat: initial; border-image-slice: initial; border-image-source: initial; border-image-width: initial; border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 0.75em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: x-small;">Raúl Santos Caballero es una persona polifacética y singular. Se desarrolla de manera multidisciplinar y en su faceta de escribir ha publicado con su última obra, tres libros de temática espiritual, psicológica y de autoconocimiento. Su único afán es la de ayudar y la de compartir una búsqueda a todos los demás. No trata de entretener, sino de remover todo lo que anidamos en el interior y por ello se sirve en todo momento de su propia experiencia. ¨Las sandalias del Buscador¨ es su última publicación, y en Universo La Maga queremos saber de él:</span></div>
</blockquote>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<em style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 600; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: x-small;"> ¿Tu afición por la escritura empezó tarde, qué la impulsó? ¿Tienes algún escritor que te inspira o eres de los que absorben muchos géneros?</span></span></em></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: x-small;">Fue algo que surgió de una manera natural. Llevaba tiempo sintiendo esa necesidad, la de expresar y dejar impreso en papel ideas y reflexiones. Cuando vi que lo que empezó como algo que sólo quería probar estaba finalizando un libro, sentí la necesidad de compartirlo para el que le pudiera servir, lejos de si gustaría o no.<br />No soy de los que leen todo lo que cae en sus manos. De hecho me he vuelto más selectivo. SI una obra no me engancha le doy sucesivas oportunidades, pero si veo que mientras lo leo mi mente se evade, cambio enseguida de libro. Intento leer de todos los géneros pero como un imán caigo en la espiritualidad, la psicología y el autoconocimiento. Como curiosidad decir que novelas no leo muchas, y fue el primer género que publiqué.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: x-small;"><a data-rel="lightbox-0" href="http://www.universolamaga.com/wp-content/uploads/2015/05/foto-raul.jpg" style="-webkit-transition-duration: 0.2s; -webkit-transition-timing-function: ease; border: 0px; color: #3b8dbd; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; transition-duration: 0.2s; transition-timing-function: ease; vertical-align: baseline;"><img alt="foto-raul" class="alignright wp-image-30996" src="http://www.universolamaga.com/wp-content/uploads/2015/05/foto-raul.jpg" height="186" style="-webkit-transition: opacity 0.2s ease; border: 0px; float: right; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; height: auto; line-height: inherit; margin: 18px 0px 18px 20px; max-width: 100%; padding: 0px; transition: opacity 0.2s ease; vertical-align: baseline;" width="122" /></a><br /><em style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 600; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El vecino de al lado fue tu primera novela. ¿Cómo surgió la idea?</span></em></span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: x-small;">Un día me senté frente al ordenador y dije: a ver qué pasa.. La historia es completamente ficticia. Me serví de dos personajes principales para crear conversaciones y poco a poco lo demás se fue creando sólo. Es toda una experiencia convivir con la historia y con los personajes. Es como si uno fuese un intermediario al relatar lo que sucede. Por eso muchas veces digo que el libro ya está creado, simplemente hay que escribirlo como Miguel Ángel ya veía la escultura en el mármol.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<em style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 600; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: x-small;">En qué ha influido tu blog de temática espiritual es esta última obra – Las sandalias del Buscador-? Háblanos de ella.</span></span></em></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: x-small;">Completamente en todo ya que es una recopilación de los tres primeros años. No he cambiado absolutamente nada. Son una serie de artículos sin hilo conductor donde se investiga muchas parcelas de la psicología humana y la esfera de la búsqueda interior. Todo desde los pies en la tierra, sin nada soteriológico ni dogmático, al revés, desde la visión de que en lo cotidiano se encuentra la verdadera enseñanza de la vida. También recalcar las dos entrevistas realizadas al músico, escritor y profesor de yoga Chema Vilchez, y a la escritora y psicóloga Mª Jesús Álava Reyes.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<a data-rel="lightbox-1" href="http://www.universolamaga.com/wp-content/uploads/2015/06/Las-sandalias-del-Buscador.jpg" style="-webkit-transition-duration: 0.2s; -webkit-transition-timing-function: ease; border: 0px; color: #3b8dbd; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; transition-duration: 0.2s; transition-timing-function: ease; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: x-small;"><img alt="Maquetación 1 (Page 1)" class="aligncenter wp-image-31001" src="http://www.universolamaga.com/wp-content/uploads/2015/06/Las-sandalias-del-Buscador-e1432899503155.jpg" height="815" style="-webkit-transition: opacity 0.2s ease; border: 0px; clear: both; display: block; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; height: auto; line-height: inherit; margin: 18px auto; max-width: 100%; padding: 0px; transition: opacity 0.2s ease; vertical-align: baseline;" width="582" /></span></a></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<em style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 600; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: x-small;">¿Qué hay de ti en cada una de estas obras? ¿Es sólo imaginación o partes desde alguna experiencia personal?.</span></span></em></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: x-small;">Hay todo y nada. Soy todos los personajes y ninguno. Claro que las historias vehículan experiencias, pero no son copias de la realidad. La imaginación tampoco se puede forzar porque ésta tiene que aparecer a veces como inspiración o como vislumbres de encadenamiento en el argumento. Lo importante es estar receptivo, abierto para recibir como un buen anfitrión todo lo que se va desarrollando. Si que es cierto que la faceta de escribir sirve para drenar, para sacar a la luz cosas que ni sabes que tienes dentro. Es toda una terapia y por ello recomiendo a todo el mundo a que al menos, lo pruebe.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<a data-rel="lightbox-2" href="http://www.universolamaga.com/wp-content/uploads/2015/05/Portada-356x500.jpg" style="-webkit-transition-duration: 0.2s; -webkit-transition-timing-function: ease; border: 0px; color: #3b8dbd; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration: none; transition-duration: 0.2s; transition-timing-function: ease; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: x-small;"><img alt="Portada-356x500" class="aligncenter size-full wp-image-30997" src="http://www.universolamaga.com/wp-content/uploads/2015/05/Portada-356x500.jpg" height="500" style="-webkit-transition: opacity 0.2s ease; border: 0px; clear: both; display: block; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; height: auto; line-height: inherit; margin: 18px auto; max-width: 100%; padding: 0px; transition: opacity 0.2s ease; vertical-align: baseline;" width="356" /></span></a></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<em style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 600; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: x-small;">Tienes obras sin publicar, ¿serán tu próximo objetivo?</span></span></em></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: x-small;">Sí. Como digo yo: ¨están en el horno¨. Me gusta hacer una revisión cuando ha pasado el tiempo suficiente como para que casi se me olvide lo que escribí. Al leerlo soy un lector más, fuera de la frecuencia que en su momento me permitió escribirlo. En esa frescura me encuentro más objetivo para decidir hacer cambios o no, aunque soy de respetar bastante lo que en su momento plasmé.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<em style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 600; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: x-small;">¿Cuál es tu próximo proyecto?</span></span></em></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #666666; font-family: Ubuntu, Arial, sans-serif; font-stretch: inherit; line-height: 28.7999992370605px; margin-bottom: 1em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: x-small;">Espero publicar a finales de año una novela con muchas sorpresas. Me gusta que el lector sienta que lo que tiene entre manos no tiene por qué ser lo que ya esperaba. Lo único que puedo adelantar es que la historia girará en torno a la mendicidad y a la vida entre cartones que existe en la calle.</span></div>
Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-33829818498425509942015-06-14T08:56:00.005-07:002015-06-14T14:34:52.896-07:00La cárcel emocional.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfqzufVscXpNwYamd3flFq6IgHeHSZVzir18V1INGBwuF5saIqzjH-vYVx1cmiAQO2X3sJ6-Ska9S3HlFh73NqqN3SRgiC52wV3sRsfduWXE3leb8a7wbtCmS-areZ0PMqJMc3Wgtcjw/s1600/carcel+1.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfqzufVscXpNwYamd3flFq6IgHeHSZVzir18V1INGBwuF5saIqzjH-vYVx1cmiAQO2X3sJ6-Ska9S3HlFh73NqqN3SRgiC52wV3sRsfduWXE3leb8a7wbtCmS-areZ0PMqJMc3Wgtcjw/s320/carcel+1.png" width="320" /></a> Todos nos sentimos libres ¿pero es así del todo?<br />
Quizás no tengamos barrotes que nos aprisionen, pero el mundo interior con el que cargamos puede convertirse en un lastre difícil de soltar. Es curioso ver cómo teniendo las necesidades cubiertas ese bienestar que tanto anhelamos se puede ver distorsionado por factores emocionales del que no tenemos ningún tipo de control.<br />
Se va forjando en todos nosotros una estructura basado en creencias, en sentimientos, puntos de vista..., en suma, todo un arsenal que paradójicamente no nos orienta hacia nuestro favor. El nudo de emociones que llega a forjarse nos termina por aprisionar dejándonos incapacitados para recibir el más mínimo disfrute. Entonces buscamos la escapatoria, los placeres que puede reportarnos un mundo externo al que emigramos dejando de lado un territorio interior aún sin explorar. Nos saciamos por instantes, pero de nuevo, como una sombra, nos engulle una insatisfacción que parece no tener fin.<br />
Somos prisioneros de nosotros mismos. Quedamos atrapados en nuestra propia red de conceptos y no logramos vislumbrar un destello de libertad que nos libere de nuestra percepción truncada de la felicidad. La mente se vuelve ama en una mansión de la que desconocemos todos sus recovecos. Ordena y manda y quedamos a su merced, pues su poder hipnotizador acaba por someter nuestros estados de ánimo. Somos esclavos pero no de un dueño externo, sino de nuestra propia cadena mental. El grillete se va solidificando a través de los pensamientos que acaban por anular una soberanía de nuestro yo desfragmentado. Quedamos en tierra de nadie y desde ahí buscamos una orientación.<br />
Las emociones cogen pulsión y convierten las tranquilas aguas en remolinos, la calma en tempestad. Puede llegar a sobrepasarnos, pues presos de una prisión de la que no podemos huir, la sensación de impotencia o de cómo proceder sabiamente queda en una mera intención. Pasamos de la alegría al abatimiento, de la risa al llanto, del bienestar al malestar. Surgen recuerdos, memorias cristalizadas, acciones por realizar, traumas por curar, heridas abiertas por cerrar. Toda la emoción se pone al servicio de un conflicto interior del que apenas somos capaces de recordar cómo se originó, y del que sin darnos cuenta estamos sumidos sin poder asomar la cabeza para respirar.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBi5Q21uh4y1l5eloWSZ0Pkknvn67SNhldvJHTSchebk7nc9mLCV3fY5Y-CVo4ITed2Z4OgAfWqh2bP-2TiQEVxaZnABmhSWNwE6BLTCvtYE4qmaZl7b_AscJvJ5mtMusnfocJR18_xQ/s1600/carcel+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBi5Q21uh4y1l5eloWSZ0Pkknvn67SNhldvJHTSchebk7nc9mLCV3fY5Y-CVo4ITed2Z4OgAfWqh2bP-2TiQEVxaZnABmhSWNwE6BLTCvtYE4qmaZl7b_AscJvJ5mtMusnfocJR18_xQ/s320/carcel+2.jpg" width="320" /></a> Los ojos miran, pero no ven, pues toda la atención está desviada hacia los adentros, pero no como atención plena o consciencia mental, sino como una manera de rumiar una y otra vez surcos repetitivos de pensamientos. El ego está oculto, se maneja bien a nuestras espaldas. Va creciendo a medida que escuchamos su argumento sin tener en cuenta su identidad, su falsedad, su informe no ajustado a una realidad que acaba solapada por nuestra discapacidad de estar en apertura a la situación presente.<br />
Los momentos así son horizontales. Uno deja paso a otro pero en el mismo nivel. Es como estar en un cochecito para niños donde se le echa monedas; parece que se mueve pero no avanza. La saturación de emociones negativas convierte el espacio mental en una prisión muy sutil, donde las energías se van perdiendo en atender a cada una de ellas de manera personal.<br />
El ego no ve fin a todo ello. Nunca ve colmado esa ambición, por ello debemos dejar pasar otra manera de manifestar lo que consideramos que somos. Luchar con la mente puede dejarnos agotados. Se las arreglará para sacar un nuevo tema en el cual dejar ver todas las miserias. Es nuestra identificación lo que promueve su propia existencia de su lado menos constructivo y desde una consciencia que debemos despertar a cada instante, se convierte más fácil el acceso a un punto más elevado donde divisar esas corrientes submarinas en el estamos tan fácilmente atrapados.<br />
Voluntad y firme determinación es fundamental para no dejarnos aprisionar por la cárcel emocional. La observación sin reaccionar permite ir ganando terreno a las energías que tan mal aprovechamos en atender algo que aunque surge en nosotros; no nos pertenece. Todo es un ciclo con su propio dinamismo; obsérvalo. A la noche le sigue el día y viceversa. Querer mantener un estado de ánimo perenne es caer en una frustración, porque no existe nada que no esté bajo la ley de lo transitorio. ¿Entonces? Hay que saltar de la dualidad para que no nos arrastre de la manera en que nos condiciona y somete. Hay que observar y dejar pasar, y así entonces ganar terreno a nuestra parte doliente emocional. Las emociones viven de nosotros, no nosotros de ellas. Podemos dejarlas pasar y que estén un rato, pero no estamos obligados a cederles una habitación para que hagan noche. Si están que sea hasta que se cansen y se vayan por sí mismas, sin nuestra implicación, sin que por nuestra parte las atendamos, porque entonces así es cuando ganan poder en nosotros.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzi5xCn0dQqB591ddpg8oC-db3M7CepHbe-9uItVBZo9YQSTvgCE9hFn7qxzdZ70UxiKq9e2WVFm1O1vEdoZcH7Wt8dxSn7tP1OyjwhlhbAtqjGGrL2eO5D6xPNn5PiZxmgMOF2CARgA/s1600/carcel+3.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzi5xCn0dQqB591ddpg8oC-db3M7CepHbe-9uItVBZo9YQSTvgCE9hFn7qxzdZ70UxiKq9e2WVFm1O1vEdoZcH7Wt8dxSn7tP1OyjwhlhbAtqjGGrL2eO5D6xPNn5PiZxmgMOF2CARgA/s1600/carcel+3.png" /></a></div>
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La libertad interior no es ausencia de toda clase de fricción, malestar o sensaciones ingratas. Es la observación que se adelanta para no quedar atrapados y poder tener una visión más nítida al respecto, sin caer presa, sin vender nuestro bienestar a una parte de nosotros, que sin saber por qué, confabula para que nos seamos plenos como realmente merecemos.<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-13121415452158662822015-05-10T08:08:00.000-07:002015-09-12T06:50:29.642-07:00Las sandalias del Buscador. Ya está a la venta el libro recopilatorio de los tres primeros años del blog En busca del Ser.<br />
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Este libro homenaje a todos los seguidores y a todo aquel con inquietudes espirituales o de mejoramiento, incluye tres artículos inéditos y las entrevistas en exclusiva del escritor y músico Chema Vilchez, y de la psicóloga y escritora Mª Jesús Álava Reyes.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxszgHk-1Pt1RhrK0cQxzZhm2dP3yEfDKHYH2eG7pVyZOIdZrN_bQ8O4vMLsu3goh6bAd_hwn5yTypcXnVpijUdQ_CyEdvImYR30pPmwk5WlFifUmpbEkCYClgy-k8M1RYXxHQVs1PoA/s1600/Las+sandalias+del+Buscador.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxszgHk-1Pt1RhrK0cQxzZhm2dP3yEfDKHYH2eG7pVyZOIdZrN_bQ8O4vMLsu3goh6bAd_hwn5yTypcXnVpijUdQ_CyEdvImYR30pPmwk5WlFifUmpbEkCYClgy-k8M1RYXxHQVs1PoA/s320/Las+sandalias+del+Buscador.jpg" width="228" /></a></div>
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Editorial Círculo Rojo. PVP 15€ </div>
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SINOPSIS</div>
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¨Debo decir que la obra de Raúl Santos Caballero rezuma honestidad y veracidad, como no podría ser de otra forma viniendo de él. Esa actitud sincera, esta energía noble es la que impregna su trabajo y le confiere validez y sentido. Por ello recomiendo al lector que utilice el libro para liberarse de su burbuja y atravesar la estructura que le separa de la visión lúcida, para así, poder adentrarse a los senderos que de ella divergen: la bondad, la generosidad y el amor<br />
Las verdades y las respuestas útiles sólo surgen de la propia experiencia, pero es de agradecer que los buscadores como Raúl compartan, de forma tan bella como él lo hace, parte del camino transitado¨.<br />
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Tres años de investigación en todo lo que envuelve la psicología y la mística del ser humano, se recopila en esta obra donde el lector podrá sumergirse en artículos esenciales como ¨La paciencia¨, ¨El sentimiento de culpa¨, o ¨La soledad¨. En otros más reflexivos como ¨La muerte¨, ¨La amistad¨, o ¨La autoestima¨. Y también en artículos que tratan de atravesar la realidad aparente como ¨La despersonalización¨, ¨La desrealización¨, o ¨El destino¨.<br />
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Reflexiones que nacen de un sentimiento de búsqueda y de la propia experiencia, con el fin de arrojar luz y facilitar, en lo posible, el sendero a todo aquel que sienta una llamada hacia la indagación.<br />
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¿Deseas un ejemplar con dedicatoria personalizada?<br />
Ponte en contacto: raulyogos@gmail.com<br />
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<br />Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4163191571453015184.post-17573334592441972582015-04-23T05:55:00.001-07:002015-05-01T07:45:56.368-07:00Los estrechos puntos de vista.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSqS7TvGEJgm6ej4nEUtQZ3UVfSsGok-Myq44SA1CD6j4lIrmL6-gO8el5-vbZ9M8aAkJfUJomThQ-_b2b9DOkRiT_MS_hIHogiKe8KAz2ZriojmGzN3Jda2uxBWSzEeFBGvmWN-XrGg/s1600/punto+de+vista.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSqS7TvGEJgm6ej4nEUtQZ3UVfSsGok-Myq44SA1CD6j4lIrmL6-gO8el5-vbZ9M8aAkJfUJomThQ-_b2b9DOkRiT_MS_hIHogiKe8KAz2ZriojmGzN3Jda2uxBWSzEeFBGvmWN-XrGg/s1600/punto+de+vista.jpg" /></a> Todos nos basamos en inclinarnos en opiniones, clasificar situaciones y hacer comparativas. Nuestra base de entendimiento y captación permite elaborar una demarcación ante lo que acontece y, desde ahí, elaborar un posicionamiento firme y determinado.<br />
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Es entonces cuando nos aferramos a puntos de vista, preferencias o creamos distanciamiento mediante el rechazo. Pero a veces todo lo que consideramos creer, todo lo que damos por hecho, todo el conocimiento que damos por sentado, no es más que un margen que separa y llega a distanciarnos de un entendimiento más amplio y panorámico. Nuestro saber abarca hasta un punto y depende de nuestra actitud el querer ampliarlo. Para ello debemos estar en apertura, dispuestos a soltar todo aquello que creemos ser lo que nos sostiene y define. Es reciclar continuamente nuestros patrones de comprensión y lanzar unas miras que abarque hasta el infinito.<br />
<br />
Si no, de otro modo, se van coagulando y petrificando todo aquello que en su momento pudo haber tenido su validez. Pero todo es fenoménico y transitorio (no irreal), e incluso nuestro punto de vista en un momento determinado puede haber alcanzado su fecha de caducidad.<br />
<br />
También entran de lleno los contextos, pues ese decorado permite rellenarse con nuestras preferencias e ideologías. Y cómo no, nuestro estado de consciencia, pues es lo que determina la discriminación de los hechos y sus consecuencias.<br />
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Discernir no es fácil, y menos cuando estamos apegados a estrechos puntos de vista. Son estos una parcela en la que nos sentimos familiarizado y seguros, y creemos coger en ella con nuestra personalidad configurada en sus creencias.<br />
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Un punto de vista erróneo no tiene más consecuencias que la posibilidad de ser cambiado, pero su apego desmesurado es lo que hace sacar lo peor de una persona.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7GdMf93Cq4HWR92_TIsygTnV7vLWeAfJlwGgIPO86soXI95Q05EreREr3kCa5DlhLXpFhy4pUQ9rq1MOQDKByhDosVi59pyyIRbeGcMtz8SZwsjW8bv6yiIVW1RYq1oG9RLm4SZVXHg/s1600/punto+de+vista.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7GdMf93Cq4HWR92_TIsygTnV7vLWeAfJlwGgIPO86soXI95Q05EreREr3kCa5DlhLXpFhy4pUQ9rq1MOQDKByhDosVi59pyyIRbeGcMtz8SZwsjW8bv6yiIVW1RYq1oG9RLm4SZVXHg/s1600/punto+de+vista.jpeg" /></a> Ideologías, creencias, dogmas, clichés, y un largo etcétera, han cambiado siempre la historia de la humanidad. No mirar más allá de un estrecho punto de vista, es estancarnos en un sitio que no ofrece una visión más ampliada, y con ello, la posibilidad de manejarnos con más variables que determinan razones, consecuencias o vislumbres.<br />
<br />
Nuestro grado de lucidez también repercutirá en ampliar la periferia de nuestros amasijos de conceptos, juicios y prejuicios. A veces se derretirán; otros, se solidificarán, porque se reafirma más su fuerza y hacemos todo lo posible por sustentarlo.<br />
<br />
No salir de los estrechos puntos de vista es como no actualizar nunca un reloj. El tiempo se queda detenido, la vida se mantiene en pause, y nuestra capacidad de entender se acoge y no se suelta de la solidificación en nuestra postura. Abrir la mente no significa perder nuestros valores, ni la ética, ni destruir nuestras consideraciones. Pero sí es dejar correr el río de las opiniones y fluir con ellas sin sujetarnos siempre a la misma rama, porque esta puede quebrar y el curso de los acontecimientos nos terminaría por arrastrar sin tener más alternativas donde sujetarse.<br />
<br />
Hagamos por ampliar el horizonte, humildemos nuestras opiniones, relevemos lo que creemos es fijo e inamovible. La vida abarca mucho más de lo bueno y malo, lo bonito y lo feo. La comprensión no tiene límites, no es raciocinio únicamente, es también existencial, y su lenguaje escapa de lo meramente racional.<br />
<br />
El punto de vista que solamente es estrecho, debe derrumbar sus barreras para oxigenar y dar paso a otro tipo de percepciones, pero nuestro desconocimiento que genera una ignorancia que además es atrevida, no intuye ni por asomo.<br />
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A veces es la propia vida, la que con sus adversidades, nos otorga la lección. A veces son las contrariedades las que nos hacen descabalgar de nuestro ego "sabelotodo".<br />
<br />
No esperemos a que una situación cataclismal nos derrumbe para volver a edificar. Tengamos una actitud de buen anfitrión para recibir opciones y posibilidades que hasta ese momento obviábamos por completo. Es un gesto de grandeza, de sabiduría en potencia, de salud emocional y de psicología sana que se actualiza por sí misma.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzqyOWS15cTY7_t04nT5dwzkB2SlMiutIzOcWnipM5gijPUM4OlTa0wZZsuPkDrKqPEViY5qrX6owYLwDpYJdDgGe8SocfrZdV4OljlQOxfv2FsK9svzdk3kYEDAKxZX840g6136HsoA/s1600/punto+de+vista+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzqyOWS15cTY7_t04nT5dwzkB2SlMiutIzOcWnipM5gijPUM4OlTa0wZZsuPkDrKqPEViY5qrX6owYLwDpYJdDgGe8SocfrZdV4OljlQOxfv2FsK9svzdk3kYEDAKxZX840g6136HsoA/s1600/punto+de+vista+3.jpg" height="320" width="269" /></a></div>
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Examinemos lo que escapa a nuestras manos y también lo que podemos controlar, y con todo ello, expandamos nuestra consciencia para eliminar fronteras y que pueda abarcar dimensiones que no vemos por estrechez de miras, y sí en cambio, con apertura mental.<br />
Raúl Santos Caballerohttp://www.blogger.com/profile/08386264281314651487noreply@blogger.com0