viernes, 28 de febrero de 2014

La sensibilidad.


 La sensibilidad es un alto grado de percepción, donde las barreras personalistas son derribadas para dar paso a un enfoque distinto de vivenciar y vivenciarnos.

    Se sensible no es ser ñoño, ni dramático, suspicaz, o tener facilidad para caer en el lamento o la sensiblería pusilánime, ni tampoco el tener lágrima fácil. Alcanzar la sensibilidad es una comprensión muy profunda donde no anteponemos el ego, y las miras van más allá, alcanzando a todos los seres y penetrando en los misterios que ofrece la vida.
    La sensibilidad derrite la lógica, transciende las razones y desclasifica lo establecido. Es un acceso a captar la belleza que se esconde en las apariencias, la melodía en la naturaleza, el compás en el ritmo existencial. Es detectar los márgenes que encapsula la realidad aparente y desplegar una intuición que los transcienda.
    La sensibilidad permite el acceso a niveles más altos de cierta lucidez, que sin soltarse de su lado más hiriente, logra una visión más ampliada. Ser sensible no es ser débil. Se puede ser sensible y, a la vez, firme, porque no es sólo una actitud, sino una capacidad de entendimiento. Alguien puede llorar viendo una película y ser insensible al pisar una flor. Puede sentirse identificado con el dolor de una celebridad, y en cambio, mostrarse indiferente con los suyos.

    La sensibilidad no es un escaparate ante los demás, ni debe servirnos para crearnos toda una envoltura de engaños. Es un florecimiento en nuestro interior que rocía a los demás con su fragancia. Es ponerse en la piel del otro ser, ver desde su óptica, pisar sus huellas con sus sandalias. Es eliminar juicios y prejuicios, ajusticiadas condenas, deliberados veredictos. Es apreciar lo pequeño como inmenso, lo sencillo como grandioso, lo fugaz como eterno. Es atravesar la vida aceptando el misterio, bailar con el desafío, arriesgar en lo desconocido. Es coger de la mano a la existencia y dejarse llevar por ella, sin resistencias, sin oponencias. Es regresar a cierta inocencia -que no ignorancia-, y desde ahí, transitar disfrutando pisar el barro, saltar en los charcos.
    La sensibilidad funde armaduras, fraterna a los hermanos, humaniza a las criaturas. Es el bálsamo que desprende hacia la compasión, a la ayuda desinteresada, al amor incondicional.

    A veces, esa sensibilidad a flor de piel parece preocuparnos, como si nos alejara de los patrones establecidos. Parece que siendo sensibles fuéramos a ser más vulnerables, más rechazados por la sociedad. Ser sensible es desarrollar cierta rebelión, no contra nadie, sino contra lo impuesto a cómo uno debe ser. Ser sensible es no dejarnos atrapar por esa agresividad que debemos llevar a cuestas, es romper esa hipnosis en la que estamos inmersos. Sin sensibilidad todos se convierten en enemigos; sin sensibilidad, todos son  culpables de cómo nos sintamos. La sensibilidad no es sufrir constantemente, sino comprender que ese sufrimiento está ahí, y que dependiendo de cómo uno lo reciba, se hace más o menos fuerte.

    Sin sensibilidad no puede haber vislumbres, golpes de intuición, porque no hay el suficiente suelo germinado. La sensibilidad es la semilla eclosionada.
    Si nos eliminan la sensibilidad somos más manejables, porque sin ese rasgo de carácter nos unimos al pensamiento en masa, y desde esa perspectiva colectiva, la sensibilidad individual no tiene cabida. Reivindicar nuestra sensibilidad, o hacer por desarrollarla, es salirnos de una somnolencia establecida y mirar con unos ojos distintos.
    La sensibilidad no debe servirnos como un traje de quita y pon, ni como una tarjeta de visita. Es mucho más de lo que uno sienta, sino también, de cómo ejecute sus acciones. No escuchar a la otra persona puede ser un acto de poca sensibilidad; no dejar un asiento en el metro a una mujer embarazada, también. La falta de sensibilidad enfría los corazones, petrifica las opiniones, nos hace esclavos de la rigidez más constreñida.

    El buscador necesita desplegar su sensibilidad, porque es el peaje a un tipo distinto de entendimiento. También, porque es la manera de fumigar todo lo opuesto a un carácter sensible. Es la manera de no dañar, de apreciar lo sagrado en lo más cercano, de darse un afectuoso abrazo con la existencia.

    El camino debe ser engrasado para que no se produzca fricciones, y nada mejor que apostar por una sensibilidad sana, cooperante y donde la ternura consciente dé paso a un autoconocimiento más profundo e integral, y salpique todo ello a todo ser y criatura sintiente.














domingo, 9 de febrero de 2014

Entrevista a Mª Jesús Álava Reyes.



             
               María Jesús Álava Reyes

     Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, Experta en Psicoterapia por la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA), Máster en Psicología Pedagógica, Especialista en Psicodiagnóstico, Máster en Dirección de Recursos Humanos y Especialista en Coaching Ejecutivo.
    Ha sido elegida como una de las «TOP 100 Mujeres Líderes en España 2012», ocupando la primera posición en la categoría de Pensadoras y Expertas.
    Ha trabajado durante más de 30 años en las áreas de Psicología Clínica, Educativa y de Empresa.
     Ha ocupado diversos puestos de responsabilidad en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el Ministerio de Fomento y en Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena).
    En la actualidad es Socia-Directora de Apertia-Consulting, una empresa de consultoría que está poniendo en práctica un nuevo modelo de gestión del cambio y del desarrollo personal y profesional, por medio de un equipo de experimentados profesionales (ingenieros, economistas, periodistas, abogados, psicólogos..) y de una contrastada metodología.
      También dirige el Centro de Psicología Álava Reyes, donde trabajan 30 profesionales de la psicología y de la psiquiatría.
       A nivel divulgativo ha escrito numerosos libros, publicados en España, Portugal y Argentina. Entre los más conocidos está: “LA INUTILIDAD DEL SUFRIMIENTO” (con más de 300.000 ejemplares).
          Su último libro es LA BUENA EDUCACIÓN, junto con Susana Aldecoa (2013).
          Dirigió en 2007 la Enciclopedia de Psicología: LA PSICOLOGÍA QUE NOS AYUDA A VIVIR, donde colaboraron 43 especialistas de la psicología, de la medicina, del mundo de la empresa, de la sociología…
          Otros libros destacados son: EL NO TAMBIÉN AYUDA A CRECER, EMOCIONES QUE HIEREN, AMAR SIN SUFRIR, TRABAJAR SIN SUFRIR, y RECUPERAR LA  ILUSIÓN  (publicados por La Esfera de los Libros). También ha escrito a beneficio de la Fundación Isabel Gemio APRENDER A SER FELIZ. 

                  Es miembro del Consejo Asesor de la Fundación Española para la Promoción y el Desarrollo Científico y Profesional de la Psicología y miembro del Consejo Asesor de la Fundación Personas y Empresas.
             Es colaboradora habitual de diversos medios de comunicación: prensa, radio y televisión.

           En un día caluroso de junio, me propongo junto a Roque, en aquel momento alumno mío, ir a conocer en primera persona a Mª Jesús Álava Reyes. Disponemos de muy poco tiempo, es más, empleamos la hora de la comida para hacer una ¨escapada¨ y poder así realizar el encuentro.

           Aquel trayecto parecía interminable. Era como ir a contra reloj en medio de la urbe, y donde todas las expectativas se concentraban en la hora de la que disponíamos. Al fin, llegamos al Centro de psicología ¨Álava Reyes¨, y nos dirigieron a una sala para esperar a Mª Jesús. Fueron minutos de espera en los que uno trataba de profundizar en el momento, incluso de sincronizar, a través de pistas, con la casualidad.
           La puerta se abrió y vi entrar a Mª Jesús. Nos saludamos y entablamos una rica conversación. El encuentro fue muy distendido. Yo insistía en que simplemente quería conocerla en persona porque le había leído en sus libros, y hacerle entrega de un ejemplar de mi primera novela publicada. Todo ello sin compromiso alguno y por el simple deseo de hacerlo. Ella parecía muy sorprendida por ver mi ¨ pro-actividad ¨. En todo momento transmitía un temperamento calmo y de sosiego.
           Le llevé un ejemplar de su libro ¨ La inutilidad del sufrimiento ¨, que me encantó al leerlo, porque sobre todo utiliza una psicología muy práctica y realista. Mª Jesús me quiso obsequiar con ¨ Recuperar la ilusión ¨, y en ambos ejemplares me puso una dedicatoria. En ambas me animaba a seguir con esa misma actitud y no dejar de perseguir todo aquello por lo que luchamos.
           El encuentro llegó a su final, y también le quise dar una tarjeta del blog, para que cuando así lo desease, pudiera echarle un vistazo. Nos despedimos con afabilidad, y yo me fui con esa grata sensación de haber conocido en persona a una mujer muy lúcida y cabal.
           Los meses pasaron, y ante la decisión de realizar entrevistas en el blog a diversas personalidades dentro de la psicología, la mística y la autorrealización, decidí ponerme en contacto con ella. Creo que su experiencia podía servir de motor y de inspiración a todos los que estamos inmersos en ese afán de querer conocernos, y disponer de herramientas para nuestra evolución consciente y personal. 
           Para mi sorpresa me recordaba, y le propuse una pequeña entrevista para conocerla aún más en profundidad y como un obsequio a los seguidores del blog. No fue nada fácil ajustar el momento de la entrevista, porque Mª Jesús tiene muchos compromisos y cuestiones que atender, pero en mi anhelo de realizar dicha entrevista, esperé pacientemente hasta que pudo ser realizada.



           A continuación, dejo las preguntas que fueron rellenadas por Mª Jesús con sus respuestas acertadas, y donde se plasma la experiencia de muchos años para profundizar en los distintos aspectos y parcelas que ofrece la vida, en donde la calidad de vida psíquica debería de ser una prioridad en la que todos deberíamos trabajar continuamente.


-          Querida Mª Jesús, ¿cómo fueron tus inicios en el mundo de la psicología?
-          Cuando estaba cursando COU dudaba entre medicina o psicología. Pensaba que si te rompías una pierna siempre te podían ayudar, pero que en psicología era más importante incidir a nivel emocional, y esa fue la opción que me hizo decantarme. Es un área donde no sólo ayudas en la superficie a una persona, sino en lo más profundo de su ser.

-          En tu centro donde acuden tantas personas en busca de técnicas para mejorar su psicología, ¿cuál es la patología más común?
-          Principalmente trastornos de ansiedad, depresión, comportamiento de hijos, pareja... También desorientación vital, saber que algo falla pero no saber por qué, y tantos otros.

-        Vivimos en una época de mucha incertidumbre. La ansiedad es la sensación más displacentera que experimenta el ser humano de hoy en día. ¿Cómo combatirla?
-          Lo primero es que en sí misma es una señal. No sólo las circunstancias, la realidad y el origen está en los pensamientos. No son sólo los problemas, sino la manera que tenemos de ver nuestra vida. Controlando los pensamientos, controlamos nuestra vida de una manera mucho más objetiva.

-        El sufrimiento innecesario parece ser la piedra en la que más veces tropezamos. ¿De qué manera se puede aminorar esa tendencia a caer en estados de abatimiento o depresión?
-        La respuesta sería enlazada con la anterior. En el capítulo séptimo de ¨ La inutilidad del sufrimiento¨ , viene detallado las herramientas que necesitamos para evitar caer en ese sufrimiento, o en esos estados de falta de energía.

-        Cuando perdemos la ilusión por lo que hacemos, parece que nuestro mundo se derrumba por completo. ¿Cuáles son las herramientas que nos pueden ayudar a construir de nuevo los cimientos de nuestras motivaciones?
-         Lo primero, recuperar la ilusión con esperanza y volver a creer en nosotros mismos. Esa ilusión nunca puede estar en manos del exterior, y debemos aprender a automotivarnos  y ganar confianza, y dando como resultado, una sana autoestima. La terapia ¨ Racional emotiva ¨es el método en mi equipo y permite poder salir adelante.

-         El trabajo puede llegar a ser la actividad que más tiempo nos absorbe. ¿Cómo debe ser nuestra actitud frente a los quebraderos que nos puede generar?
-          Todo el tiempo es casi en el trabajo. Hay que intentar tener una actitud positiva, o si no, el trabajo se convierte en un aliado o fuente de malestar. Depende de nosotros sin pedir a los demás, si no, todo es un suplicio. En este contexto, no habría dinero suficiente para pagar nuestro sufrimiento. 

-        También existe el plano de las relaciones. ¿Cómo manejarnos con ellas, y cómo defendernos cuando somos víctimas de la manipulación?
-         Nunca nos han preparado para la vida. Deberíamos conocer los principios de las relaciones humanas, también saber decir no. Mucha gente no sabe y se convierten en víctima de la manipulación. Es importante ser asertivos, ser empáticos pero sabiendo cómo es la otra persona. Hay que convertirlo en un arte, sino, se convierte en un lastre. Para comunicarnos bien tenemos que conocernos a nosotros mismos y con cada persona saber favorecer la comunicación. Aconsejo ¨ Emociones que hieren ¨.
  
-         ¿Cómo podemos trabajar la autoestima sin caer en el egocentrismo?
-         Cuando aprendemos a conocernos, tenemos que saber querernos, y también, a perdonarnos. La autoestima es sana y permite no depender de los demás, que eso no quita de no ser sensible. Cuando hay ego se entorpece las relaciones. Entonces nuestro reflejo está en el espejo de los demás.
  
-        La mente parece ser muchas veces lo que más descuidamos. Muchos somos los que conocemos la meditación y técnicas de introspección para sanearla y equilibrarla. Además de estas herramientas que son válidas, ¿qué más recomendarías para la higiene mental?
-        Sobre todo técnicas de autoconocimiento. También hay que tener en cuenta la realidad externa. Trabajar en el equilibrio emocional y disfrutar del bienestar. Trabajar para ver bien el mundo y, sobre todo, no enfrentarlo. Y saber que la frustraciones son peldaños para seguir creciendo. Somos, de alguna manera, los verdaderos responsables de nuestras emociones.   

-        ¿Tocar fondo puede ser una bendición? ¿Es necesario conocer el suelo que nos mantiene de pie?
-        Lo ideal sería no llegar a tocar ese fondo. Pero sí que puede ser necesario para tomar impulso. La verdadera tragedia es no saber recuperarnos. Hay que saber relativizar, porque tocar ese fondo, a veces es inevitable. De todo ello debemos extraer recursos para seguir adelante.

-        ¿Algo que quisieras comentar libremente?
-       Decir que la felicidad depende, en gran medida, de nosotros. Según un estudio, las circunstancias sólo son responsables un diez por ciento. El noventa restante lo controlamos nosotros. Tenemos que tratar de poner el cerebro a nuestro favor. Debemos sentirnos privilegiados en diferencia de muchas otras personas que están bastante peor. Debemos aprender a saber valorar, a también agradecer una ducha de agua caliente, un techo donde cobijarnos.
      También quisiera invitar a que mucha gente lea tu blog, me parece una labor muy interesante. Espero que estas palabras puedan servir de ayuda a todos tus lectores. 



      Muchas gracias Mª Jesús. Ha sido todo un placer. Estaría horas y horas escuchándote. En mi nombre y en la de todos los seguidores de este blog, te deseamos la mayor de las suertes en todos tus proyectos, y que tu gran labor nos sirva de inspiración para desarrollar una psicología más sana, que derive en felicidad propia y ajena.





                                                 www.mariajesusalavareyes.com