En el panorama actual de este país, si tuviéramos que citar un nombre que recopilase el genio musical mezclándose con la mística más refinada y la narrativa lúcida, sin duda alguna, recibiría el de Chema Vilchez.

Es pues, una referencia para todos aquellos amantes de la música que quieren ir más allá de una composición comercial en el que se ajusten diversos acordes. Es música que nace primero en las inquietudes del alma y que se manifiesta luego en el juego de cuerdas de una guitarra, en donde Chema es un mero intermediario para susurrarnos al oído todo aquello que proviene de lo desconocido.
Así es su labor, la de dejar paso a la creatividad y que permita, por otro lado, escudriñar los misterios de una existencia en la que se desenvuelve su melodía. Cada nota es una inspiración, cada tono una espiración, cada armonía conquistada un reflejo de lo Insondable.
Su trayectoria no es gratuita. Graduado con honores en el Musicians Institute de los Ángeles, California, EE.UU. Especializado en armonía moderna, arreglos y composición, guitarra clásica, flamenca y eléctrica. De este modo pasa a realizar giras por Europa, Asia y Estados Unidos.
La música no es su única vía de expresión. Chema tiene publicados varios libros, ¨El sueño del navegante¨ (1995), y ¨Yoga renacer a la vida¨ (2006) *
Leido y recomendado.
Además de eso, también es profesor de yoga, disciplina en la que le permite tener un contacto muy cercano con todo aquel que desea profundizar en la misma.
Comienzo a saber de Chema a través de la música de la novela espiritual de Ramiro Calle, ¨El Faquir¨. Indago a través de Internet, compro el CD y la cosa queda ahí.
Es la casualidad, o causalidad, la que irrumpe en el destino y quiere que a través de su cuñada Ana, compañera mía de trabajo, pueda saber de él a modo de pinceladas y facilitar así un posible encuentro de dos almas en plena búsqueda y donde sus caminos comienzan a acercarse.
Sería un día como tantos otros, donde le encuentro compartiendo una clase de meditación en el centro de yoga ¨Shadak¨, y donde después de deleitarnos con una clase y charla Ramiro Calle, me dispongo a abordarle..., y así lo hice. Me presenté y gracias a que Ana le puso al día, fue fácil atajar el camino de las formalidades. La impresión fue muy grata. Chema desprende bondad, nada de superficialismo y parece estar en apertura en todo momento. No parece importarle que le irrumpa en esa paz en la que parece estar inmerso y es cordial en todo momento. A partir de ahí comenzó a palpitar una amistad en nosotros.
Coincidencias y la asistencia a un concierto suyo en directo, fueron afianzando la manera de conectar y de vislumbrar parte de ese espíritu benevolente que despierta mi sorpresa ante su durabilidad permanente.
Sería difícil clasificar los puntos en los que podemos coincidir, pues se palpan pero no se revelan abruptamente, sino que van emergiendo a medida que las afinidades se van explorando y entonces la amistad brota como un reconocimiento más allá del encuentro. Sí cabe destacar la necesidad de rastrear un sentido último, la de expresar y compartir, la música como vía de acceso a experiencias alejadas del personalismo, el desarrollo de la creatividad convirtiéndolo en trabajo interior, las miras a progresar lo más humanamente que se pueda y los proyectos a corto, medio y largo plazo que nos devuelven la ilusión e inocencia que no queremos perder.
A continuación muestro la entrevista que le realicé para que todos podamos disfrutar de sus respuestas excepcionales y su visión holística particular.
- Raúl Santos: Chema, cuéntanos. ¿Cuál fue tu primer contacto
con el yoga? ¿En qué momento te llamó la espiritualidad?
- Chema Vilchez: Mi inquietud por los temas espirituales comenzó
desde niño. Gracias a mi madre y abuela, el ambiente en casa era bastante
religioso, pero en un sentido muy abierto, mucho más espiritual que dogmático.
Así que, de manera natural, se creó un entorno muy proclive a todo lo que tenía
que ver con lo místico. Mi primer conocimiento del yoga vino con alguno de los
programas del psiquiatra y gran divulgador de temas de ocultismo que era
Fernando Jimenez del Oso. De niño no me perdía ninguno de sus programas (Más
Allá, La Puerta del Misterio) y en alguna ocasión que se mencionó la palabra
yogui, ésta se quedó grabada en mi mente de manera imborrable. A partir de ahí,
el primer libro de yoga lo compre con 11 años y durante toda mi adolescencia
leí muchos libros e intentaba hacer asanas de manera autodidacta. No fue hasta
los 17 años que empecé la práctica diaria de yoga en una escuela en Madrid
donde tuve la ocasión de conocer gente muy interesante, médicos, científicos,
escritores y yoguis que venían de la India para realizar charlas y talleres.
Pude conocer y tratar a personalidades como Eduardo Alfonso, un auténtico sabio
del siglo XX y discípulo directo de Ramón y Cajal, o a Enrique Miret Magdalena,
humanista excepcional,... y muchos otros. Ahora soy consciente de la suerte que
tuve de aprender con gente así, con una talla espiritual e intelectual
incomparable.
-
¿En qué consiste tu sadhana?
- Hago yoga a diario, tanto asanas como meditación
y procuro trabajar la vivencia del aquí y ahora en mis actividades, aunque no
siempre se consigue. Quizás la parte más compleja de una práctica espiritual es
mantener la mente en un estado de positividad permanente, sean cual sean las
circunstancias. De algún modo los seres humanos somos como robots,
tremendamente mecánicos y un porcentaje nada desdeñable de nuestro pensamiento
diario e inconsciente se convierte en un bucle de miedos, necesidades
insatisfechas, juicios y prejuicios. Creo que no hay mejor practica que
intentar permanecer serenamente atento para que los patrones de pensamiento
negativos o erróneos no tomen el control de nuestras emociones.
-
¿Cómo concilias la música con la búsqueda
espiritual?
- La música, tal y cómo yo la concibo, es en sí misma una búsqueda espiritual. La práctica musical es una invitación a
olvidarte de tu yo para convertirte en energía, en sonido. Cuando creas o
interpretas música, desde más allá de la conciencia egóica, de la necesidad de
aprobación, de miedos y aspiraciones es cuando realmente surge la auténtica
música, capaz de sanar el alma y revelarnos realidades que ordinariamente pasan
desapercibidas.
-
-
¿Dónde o cómo encuentras la mayor inspiración?
- La mayor inspiración es la propia vida. Un
paisaje, una puesta de sol. El afecto de un ser querido y cómo no, la propia
condición humana con todas su carga de errores y limitaciones. A veces, momentos
complicados te traen buenas ideas y momentos más plácidos son menos productivos
desde el punto de vista creativo. Pero, la inspiración es un gran misterio. En
cuestión de segundos puede venir a tu cabeza una composición musical que dura
muchos minutos, o la trama de toda una novela. Es algo que escapa a la medida
espacio/temporal.
-
También eres profesor de yoga, ¿qué les
dirías o qué les aconsejarías a todo
aquel que aspira a dicha función?
- Para ser profesor de Yoga es esencial que tu
única motivación sea hacer el bien a los demás. Evidentemente es muy importante
una buena formación desde el punto de vista técnico, filosófico y anatómico.
Una actividad como esta no se puede tomar con ligereza. Puedes provocar
lesiones graves o irreversibles en alumnos que tenga algún problema físico. Y
por otra parte, tener conocimientos de psicología, capacidad de escucha e
intuición es también transcendental. La formación de un profesor de yoga a de
ser muy amplia, multidisciplinar y permanente, de hecho todos somos eternos
aprendices en el campo del yoga..., bueno y en todos los demás campos.
-
Soy de los que piensan que cualquier cosa hecha
desde el corazón es creativa. ¿Cómo definirías la creatividad?
- Para mí la creatividad es la capacidad de fluir
en cualquier actividad o disciplina que desarrolles y de plasmar esa creación
en el plano físico. Desde inventar algo a pintar un cuadro o escribir un poema.
La creatividad es hija de la libertad interior. Los miedos y los bloqueos son
enemigos rotundos del espíritu creativo. En cambio, en la medida que te conoces
a ti mismo y permites que la luz de la conciencia brille en tu interior, la
creatividad se desarrolla como un manantial imparable, porque nuestra
naturaleza esencial es pura creatividad. Todos somos, en principio,
inmensamente creativos.
-
¿Cómo ves la relación de buscar un propósito a
la existencia, y a la par, desenvolvernos en la jungla urbana?
-
Creo que en la vida hay muchos factores que no
podemos controlar. Pero si hacemos un plan vital elemental, digamos que a unos cinco años vista, si tratamos de ir en la dirección que sea acorde a nuestra forma
de concebir el mundo y que se adapte a nuestros valores, pues en cierta medida
podremos conciliar nuestra forma de pensar, sentir y vivir. Esto me parece
importante. Deberíamos de vivir y actuar con coherencia a nuestros principios.
Creo que gran parte de la infelicidad y la frustración vital en la que andan
inmersas tantas personas se debe a no poder conciliar estos aspectos. Hoy en
día y dado los tiempos que corren, el sistema que entre todos hemos creado nos
hace autómatas, seres enajenados, egoístas, competitivos. Nos damos la espalda
unos a otros cuando la salida a los problemas y a las crisis está en darnos la
mano.
-
Si nos ponemos más prosaicos, también podemos
pensar, cómo llevaría Buda un atasco en la M30, un viernes de Agosto a las cuatro de la tarde. Seguramente con ecuanimidad, pero es aún más probable que Buda
evitase verse en esa circunstancia casi todos los viernes del año, como
posiblemente le sucede, aquí en Madrid, a miles de personas. Ni a nivel
individual ni colectivo, la sociedad que tenemos es sostenible. Y muy
posiblemente seamos testigos de un gran cambio, si es que no ha empezado ya.
-
Cada vez más está de moda el yoga y sus
distintas modalidades. ¿Qué opinas de que exista tanta variedad o que incluso
pueda perderse la verdadera esencia de la práctica?
- Pienso que el auténtico Yoga es siempre el
mismo, más allá de nombres y escuelas. Si una disciplina te ayuda a detener la
incesante actividad de la mente para vivir en las coordenadas del aquí y ahora,
haciéndote más consciente y lúcido, entonces estás haciendo Yoga y eso siempre
será muy bueno para ti y todos aquellos que se crucen en tu vida. Evidentemente
hay impostores, falsos maestros.... A este respecto recomiendo un libro de Alan
Watts, "El Gurú Tramposo". Como te puedes imaginar, desde que empecé
en 1985 a moverme por escuelas de yoga de España, Estados Unidos, India, etc,
he conocido mucho gurú tramposo. Es tremendamente fácil reconocerlos, pero
también es cierto que tienen una capacidad sorprendente para atraer incautos.
-
Nos conocimos a partir de diferentes
coincidencias, pero también por un denominador común llamado Ramiro Calle.
¿Cómo le conociste?
- Conocí a Ramiro en la India, en la casa de la
Madre Teresa. Fue una grandísima coincidencia. Desde ese momento, año 1995,
hicímos una gran amistad. Hemos colaborado en varios proyectos y seguimos
haciéndolo. De hecho, hace unos días grabó unos cuentos para un nuevo trabajo
discográfico. Yo he aprendido mucho de Ramiro y siempre que puedo me escapo a
su centro Shadak en Madrid, que es además punto de encuentro de gente
entrañable. Ramiro es un auténtico genio de la elocuencia, y no exagero si te
digo que es la persona que más sabe de yoga que jamás haya conocido.
-
Vives en una Ecoaldea en la que se realizan
diferentes actividades. Cuéntanos, ¿qué nos podemos encontrar?
-
Efectivamente, vivo en la Ecoaldea de
Valdepiélagos, a tan sólo 48 kilometros de Madrid. Una urbanización ecológica y
bioclimática, donde los desarrollos urbanísticos se han realizado con criterios
de máximo respeto al medio ambiente. Aquí tenemos un modesto
"ashram", el Centro de Yoga La Ecoaldea de Valdepiélagos, donde
realizamos retiros y cursos de fin de semana con la intención de ofrecer a quienes
nos visitan, una profunda desconexión de la presión y el estrés que genera la
gran ciudad y el ritmo de vida tan enajenante que impera. Es un sitio muy
especial, un remanso de paz, con un ambiente muy amigable y relajante.
-
Háblanos de tus proyectos, qué ideas tienes,
cómo diriges la mirada hacia el futuro.
- En breve publicaremos un nuevo CD, con el titulo
de Unity, dentro del proyecto en el que trabajo hace años, Yoga Music
Experience. De alguna manera esta propuesta aúna el espíritu del Yoga con la
música al servicio de la belleza y la autenticidad. Musicalmente es difícil de
etiquetar, ya que fusiona estilos muy diversos que van desde el jazz a la
música india, pasando por el ambient o el clásico. Es una propuesta bastante
original que en los directos está teniendo una acogida extraordinaria. Espero
que en los próximos meses podamos viajar bastante llevando este trabajo a otros
países. También estoy terminando un libro de cuentos, trabajando en la música
de la compañía de danza, Yoga Dance Experienc, terminando un guión de cine y
componiendo temas nuevos. Llevo unos meses de no parar, pero a veces hay
temporadas así y merece la pena vivirlas con gran intensidad.
-
¿Algo que quieras añadir con total libertad?
Simplemente agradecer tu labor. Cada granito de
arena que podamos aportar para hacer de este mundo un lugar mejor es una labor
maravillosa e imprescindible en los tiempos convulsos que corren. Tus libros y
artículos, querido Raúl, son una aportación tan generosa como necesaria.
Gracias a ti por tu labor, por ser una persona excepcional y llena de talento.
Y gracias a todos los lectores por dedicarnos estos minutos.
Gracias a ti por tu gentileza y honestidad.
En mi nombre y en la de todos los lectores de este blog, te deseamos los mejores deseos y las mejores energías para que continúes tu consolidada trayectoria.
Mucha suerte Chema, y a por todas!!
http://www.yogamusicexperience.com/
http://www.chemavilchez.com/
info@yogamusicexperience.com
Para las personas que deseen apoyar en el proyecto ¨crowdfunding¨ (financiación colectiva) del disco y espectáculo UNITY- YOGA MUSIC EXPERIENCE, no dudéis en seguir este enlace:
http://www.yogamusicexperience.com/es/crowdfunding.html